Se afianzan los nuevos yerbales

En el pequeño municipio de Gobernador López, de apenas 100 kilómetros cuadrados, los viejos yerbales van tomando una nueva forma: el suelo rojo se tiñe de verde y nuevas plantas del tradicional producto crecen vigorosas. Todo esto, de la mano de productores que derrochan optimismo y comunión con el ambiente donde viven.

Gobernador López está situado en el departamento de Leandro N Alem. Para llegar, hay que transitar la ruta provincial 4, en dirección a San Javier. Quizás sea su proximidad con el río Uruguay, o tal vez la ubicación geográfica (parece estar situado en “una gran lomada”, en una zona alta) sea lo que le confiere a este municipio tanta frescura, tal lo reflejan los productores.

Junto al técnico Higinio Enríquez visitamos, en la primera semana de agosto, algunas chacras, caracterizadas todas por una fuerte apuesta de sus propietarios de incorporar nuevas técnicas para revitalizar el cultivo.

“Nuestra chacra tiene yerbales de hace 70 años. Cuando papá compró estas tierras ya había yerba, y él planto un cuadro nuevo. Quiere decir que estamos en tierras a las que se le exigió muchísimo y ahora, de la mano del Tres por Uno del INYM, estamos incorporando una nueva manera de producir, recuperando la fertilidad para lograr más rentabilidad”, relató Santiago Senio al ilustrar la situación de su propiedad de 25 hectáreas.

“Cuando cayó el precio de la yerba, se abandonó esta actividad en las chacras y recién en los últimos años se retomó. En nuestro caso, el yerbal estaba encapuerado y nunca se cuidó el corte, y desde hace unos 5 años empezamos a hacer un buen corte, la limpieza, fertilizar y fuimos levantando… Son 8 hectáreas que hace algunos años no daban ni 30 mil kilos; ahora se enderezó muchísimo, con un buen manejo a nivel general y con una cosecha anual, y está dando un buen rendimiento, más del doble de lo que daba”, agregó el joven productor.

Santiago Senio es uno de los 290 productores que en toda la zona productora de yerba mate (Misiones y Corrientes) forman parte del Programa de Renovación de Viejos Yerbales, conocido como Tres por Uno, iniciativa que impulsa el Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM)  y que consiste en plantar una nueva hectárea de yerba mate de origen policlonal con la mejor tecnología existente en un remanente de suelo de buena calidad, con insumos y asistencia que se provee sin cargo, y redireccionar tres hectáreas improductivas de yerba mate, al cabo de cinco años de iniciado el proceso, a otra actividad agrícola, ganadera o forestal.

“La experiencia del Tres por Uno que tenemos aquí es muy buena”, evaluó Senio. “Y ahora se ve apoyada además por la entrega de vales para canjear por insumos, que también otorga el INYM, y que en mi caso resultó sumamente útil, ya que obtuve, sin costo, los herbicidas”, agregó, ponderando Plan de Asistencia para Mejoramiento de la Productividad de los Yerbales de la Zona Productora.

La chacra donde se crió y hoy vive Juan Aníbal Klecha con su familia tiene 30 hectáreas, de las cuales 10 están destinadas a la yerba mate (cuyas edades oscilan entre los 60, 40 y 25 años de producción), donde se cosechan entre 8 y 9 mil kilos de hoja verde por hectárea por año, y una al programa del Tres por Uno.  “Antes, en esta zona, donde ahora tenemos el Tres por Uno, tenía pino, pero decidimos cortar para plantar más yerba. Y el resultado es sorprendente: prendieron casi todos los plantines policlonales, de las 1150 plantas solo tuvimos que replantar unas 50, y hoy, un año después de ser plantados, tienen casi un metro de alto y ya hay que pensar en hacer la poda de formación”, contó Klecha. Esto, con el suelo con cubiertas verdes: “el año pasado sembramos poroto sable, y como no heló este año, todavía está verde y a la par está naciendo la avena”, agregó.

Para Klecha el Programa de Renovación de Viejos Yerbales “es muy bueno, muy positivo, porque es completo: te brindan todos los insumos y el  acompañamiento técnico, y uno aprende sobre nuevas técnicas, mucho más amigables con el ambiente y muy distintas a aquellas que usaron los primeros productores”. Pero además, continuó, “se realizan reuniones y uno se enriquece con las experiencias de los vecinos y con los aportes del técnico, es un ida y vuelta que no tiene desperdicio”. En ese marco, advirtió que los cambios climáticos preocupan, principalmente en el verano cuando el sol golpea fuerte y se produce estrés hídrico. “Las lluvias fuertes y la erosión fueron lavando la tierra, y en verano las plantas sufren mucho con el sol intenso y la falta de agua; estos son aspectos que uno ve y que hay que aprender a manejar… las cubiertas verdes ayudan, pero tenemos que pensar en cómo mitigar más estos impactos”.

“La yerba nueva está viniendo muy bien”, compartió, entusiasmado, Mario Muchaboski, al mostrarnos el trabajo en su chacra, donde vive desde hace 44 años. “Acá hay 22 hectáreas de tierra, y 6 tienen yerba, la mayoría yerba vieja que fue abandonada cuando el producto no valía y que ahora estoy limpiando y mejorando”, expresó.

Muchaboski plantó una hectárea de yerba mate policlonal en el marco del Tres por Uno. “Esa yerba es una maravilla, está viniendo muy bien, no hay falla, crece fuerte, y se cuida el suelo, con poroto sable y avena, para que sea siempre fértil y no haya erosión”, indicó.

Cerca de esta propiedad está la chacra de Hipólito Smola. “En este lugar, los trabajos que se han hecho fueron: primero la preparación del terreno, con una subsolada con un subsolador que se entierra a más o menos 60 centímetros, curvas de nivel y cubiertas verdes, y luego se plantó la yerba policlonal”, detalló el técnico Higinio Enríquez. “El desarrollo de las plantas es increíble si se compara de las viejas plantaciones”.

El Programa de Renovación de Viejos Yerbales “tiene muy buena aceptación en esta zona y podemos decir que ya no es más un desafío, es una realidad…”, consideró Enríquez. “Porque antes el productor no creía en esto y ahora se han incorporado nuevos productores que aceptaron esto, y tenemos muchos pedidos de productores que quieren formar parte del mismo”, agregó este técnico que tiene a cargo dos grupos de diez productores cada uno.  “Es pura tecnología. Hasta ahora nos ha dado buenos resultados, son plantines con buen desarrollo y asistidos técnicamente; el INYM no nos hace faltar nada, los insumos están llegando en tiempo y forma a cada una de las chacras que forman parte del programa”.

Las prácticas en las chacras asistidas a través del Tres por Uno se trasladan de boca en boca y se multiplican en tierras vecinas. “Esto me da mucha satisfacción; trabajamos con hijos de productores inmigrantes, que tenían otra manera de producir, y hoy transitamos por las colonias y podemos ver cubiertas verdes, y se dan charlas técnicas orientadas a los productores, cuadrillas, tareferos, capataces, con muy buena asistencia, y luego vemos que implementan lo aprendido porque entendieron que hay que introducir tecnología”, dijo Enríquez.

Sobre el Plan de Asistencia para Mejoramiento de la Productividad de los Yerbales de la Zona Productora, el técnico señaló que recibe muchas consultas “y se puede observar que los productores no se sienten solos ahora, se sienten muy acompañados”.

Enríquez dedicó además algunas palabras al cuidado del ambiente para brindar mejores condiciones a la planta de yerba mate y optimizar su rendimiento: “Ha cambiado mucho el clima y eso nos preocupa porque vemos yerbales viejos que están siendo muy castigados por el sol o por las lluvias torrenciales que arrastran todo el suelo; por eso recomendamos dejar más hojas en las plantas para que no sean castigadas en verano, o ir haciendo la cosecha por partes; e implementar cubiertas verdes que protejan al suelo de la erosión”.

“Lo interesante es que el productor no sólo tiene una ayuda económica, sino que además –es lo que notamos- adquiere productos que les costarían más comprar, o directamente no lo comprarían, si tuvieran que poner plata de su bolsillo”, dijo Julián Zusañuk, propietario de una de las agropecuarias donde son canjeados los certificados del Plan de Asistencia al Sector Productivo otorgados por el INYM a los productores.

A modo de ejemplo, Zusañuk señaló que “los yerbateros no estaban comprando, por ejemplo, equipos de protección personal, que son los trajes de protección para la aplicación de agroquímicos, y eso ahora llevan; y lo mismo pasa con los fertilizantes, antes pensaban dos veces antes de comprar y ahora lo canjean con los certificados del INYM”.

“Tuvimos mucha aceptación, y eso significa que el Plan, por supuesto, nos beneficia también a nosotros, las agropecuarias”, agregó Zusañuk, propietario de puntos de ventas en Posadas, Apóstoles y Leandro N Alem.

El Programa de Renovación de Viejos Yerbales es impulsado por el Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM), con apoyo del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA). Está destinado a productores de hasta 10 hectáreas de superficie cultivada en estado de degradación, y cuyos recursos financieros provengan exclusivamente de lo generado en su chacra. Consiste en plantar una nueva hectárea de yerba mate de origen policlonal con la mejor tecnología existente en un remanente de suelo de buena calidad, con insumos y asistencia que provee sin cargo el INYM, con el asesoramiento técnico del INTA, y redireccionar tres hectáreas improductivas de yerba mate, al cabo de cinco años de iniciado el proceso, a otra actividad agrícola, ganadera o forestal, adecuada a las condiciones del suelo.

La experiencia se inició en el año 2012 en 50 hectáreas distribuidas entre 5 grupos (de 10 productores, o sea 50 productores); continuó en el 2013 con 2 nuevos grupos (otros 20  productores); el año pasado sumó 13 grupos (130 agricultores) y este año a otros 9 grupos (90 colonos). De esta manera, en la actualidad son 290 los pequeños yerbateros que forman parte del Programa de Renovación de Viejos Yerbales.

El Plan de Asistencia al Sector Productivo consiste en la entrega de certificados a productores, de hasta 50 hectáreas de cultivo, que podrán ser canjeados por implementos e insumos, destinados a tareas de manejo de yerbales y mejora de la productividad.

La iniciativa comprendida en el marco del Plan Estratégico 2013-2028,   contempla la asignación de certificados por un monto de 3.000 mil pesos a productores que tienen hasta 10 hectáreas de yerba mate y por un monto de 1.800 pesos a quienes poseen entre 10 y 50 hectáreas, y hayan entregado hoja verde –en ambos casos-, conforme datos que surgen de las declaraciones juradas presentadas al INYM, durante los años 2013 y 2014. Esos certificados podrán ser canjeados por insumos y/o implementos que surgen de listados aprobados por el Instituto y que estarán disponibles en agropecuarias habilitadas.

El Plan de Asistencia al Sector Productivo, cuyo presupuesto asignado es de 24.500.000 pesos, estará vigente hasta el 30 de septiembre próximo en toda la zona productora (Misiones y norte de Corrientes).

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