Trabajadores de la fábrica de papel La Arminda obtuvieron en tiempo record la matrícula de su cooperativa

En mayo de este año los empleados de la fábrica de bolsas de papel de Puerto Rico salían a la calle a pedir ayuda y se manifestaban buscando alternativas ante la quiebra de la empresa con casi 30 años de trayectoria en la Capital del Trabajo. Este miércoles a poco más de 4 meses de esos acontecimientos y tras haber conformado una cooperativa de trabajo, recibieron la matrícula que les permitirá reactivar la fábrica de inmediato con nuevos inversores y conservando 42 de los 54 puestos de trabajo originales.

El ministro de Trabajo de la Provincia Jorge Valenzuela y su par de Acción Cooperativa, Mutual y Comercio, Fabiola Bianco entregaron hoy la matrícula a los trabajadores valorando la rapidez con la que lograron organizarse, ya que por lo general el trámite de este tipo se realiza en promedio de un año y ellos lograron hacerlo en un par de meses.

 

“Hace más de un año los trabajadores se acercaron por los problemas que comenzó a tener la empresa tras la muerte de su dueño, cuestiones que se fueron agudizando y finalmente también a principios de este año se sumó la desaparición física del hijo del propietario, lo que paró la empresa y por ende afectaba el empleo de más de 50 familias. Ya con varios meses de no cobrar el salario y ante la pérdida de la fuente laboral los trabajadores nos propusieron la conformación de una cooperativa a través de un acuerdo con los sucesores. Acá quiero destacar la gestión de la ministra Bianco por la celeridad y el compromiso con la iniciativa de los asalariados”, contó el Ministro.

La Arminda S.A. surgió a principios del año 1.993 como un emprendimiento en el rubro de la fabricación de bolsas de papel. Entre sus principales productos se destacan envases que van desde un pliego a multipliegos,  logrando así también bolsas impresas de hasta cuatro colores mediante sistemas flexo gráficos. Se confeccionan bolsas con válvulas, bolsas con boca abierta, bolsas con abre fácil y bolsas patentes, entre otras, que se utilizan para empaquetado de almidón, harina, azúcar y en especial las tradicionales bolsas de cemento.

El presidente de la flamante cooperativa de trabajo Camilo Gabriel Berón, contó que luego de varias negociaciones ya tiene asegurado el ingreso durante un año y comienzan a trabajar desde septiembre. Desde el mes que viene ya estarán en condiciones de percibir un salario ya que lograron un contrato con un empresario de Buenos Aires.

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“En principio eran 54 familias y hoy son 42 familias. Lo que hacemos son bolsas de papel de 5 a 100 kilos que se utilizan en azúcar, carbón, harina y bolsas de cemento que en Argentina hay solamente tres fábricas. Necesitábamos el CUIT para trabajar y captar los clientes anteriores”, dijo.

La historia de su lucha

Berón, un trabajador más que hoy asumió el compromiso de ser la cabeza de la cooperativa había contado que el conflicto con la empresa se remontaba a más de dos años atrás cuando empezaron a observar que no se invertía. Así las maquinarias quedaron obsoletas y también se dejó de comprar papel, material indispensable para la tarea. A eso se sumó la falta de pago de sueldos y permanente merma en la producción. “En febrero el hijo del dueño ya desaparecido tomó la decisión de quitarse la vida y nosotros quedamos en el aire”, recordó.

Asimismo señaló que hubo varias versiones sobre la venta de la empresa a empresarios locales, aunque nada concreto, y que la solución consensuada entre los trabajadores fue la organización en para una cooperativa de trabajo con el fin de preservar el empleo fuente de ingresos de tantas familias.

 

Fabiola Bianco. Mtra. de Acción Cooperativa.

Jorge Valenzuela. Mtro. de Trabajo.

Gabriel Berón, presidente de la cooperativa.

GS

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