Vida Silvestre: Para avanzar en ganadería integrada al bosque hacen falta acciones en políticas de manejo sustentable

Profesionales de la Fundación Vida Silvestre Argentina marcaron posición sobre el Programa Nacional de Bosques con Ganadería Integrada (MBGI) y aportaron su visión ambiental sobre los aspectos que harían posible avanzar en forma sostenible con la iniciativa.

 

Manuel Jaramillo, coordinador del Programa Selva Paranaense de la Fundación Vida Silvestre, en una entrevista con ArgentinaForestal.com se refirió al informe de los profesionales de la Comisión Forestal del Consejo Profesional de Ingeniería Agronómica (CPIA) donde expusieron su preocupación por el Programa que impulsan desde Ambiente y Agricultura de la Nación y señalaron “inconsistencias” con la Ley Nacional 26.331 de Bosques Nativos.

 

Para Jaramillo, “es muy importante que el sector profesional se preocupe y ocupe de las mejoras necesarias en la implementación de la política pública, pero es esencial buscar espacios de consenso y acuerdo que tiendan a la propuesta de soluciones, más que a remarcar la problemática ya por todos conocida. Vida Silvestre intercambió opiniones con la comisión de bosques del CPIA, lo cual fue muy valioso para enriquecer los conceptos que Fernando Miñarro -coordinador del Programa Pampas y Gran Chaco- brindó en su presentación al respecto de este programa durante el Congreso Silvopastoril y Agroforestal realizado en mayo en Puerto Iguazú”, remarcó.

En ese contexto, resumió algunos puntos del trabajo que vienen realizando desde Vida Silvestre, donde consideran claramente que “en la selva misionera no es posible pensar en un esquema de MBGI que mantenga la condición de “bosque”. Es decir, bajo ningún punto de vista puede hacerse Ganadería en áreas de categoría amarilla del Ordenamiento Territorial de la provincia de Misiones, mucho menos subsidiarlas con fondos de la Ley de Bosques. El mismo caso aplicaría a las Yungas”, aclaró Jaramillo.

 

Pero a su vez, agregó que “en Misiones sería interesante que en áreas bajo la categoría verde sí pudieran incluir el programa de MBGI para aprovechar las ventajas de los árboles en los potreros y promover el sistema conocido como “parquizado”, lo cual es mejor para la biodiversidad y para la producción ganadera que el potrero tradicional”, indicó.

 

Con respecto al Parque Chaqueño, que cuestiona el documento de la Comisión Forestal del CPIA -como también a la iniciativa en Santiago del Estero- Jaramillo opinó que “se trata de una zona muy distinta. El tipo de estructura boscosa esta ecológicamente asociada a la herbívoría (antes de venados y tapires, y desde hace mas de 300 años, de vacas, cabras y caballos). También una alta frecuencia de fuegos de origen natural modelan estos bosques. Allí, aplicando técnicas de manejo que ya se están ensayando con buenos resultados desde el INTA Santiago del Estero, es posible aún en áreas de categoría amarilla mantener y mejorar la estructura de los bosques y los procesos ecosistémicos con el manejo ganadero. Aumentar la rentabilidad por hectárea del bosque es otra forma de promover su conservación. Por ello es posible pensar que en áreas amarillas y, por supuesto en verdes, se puede asegurar la existencia de bosque apoyando el manejo sustentable en un esquema realmente Silvopastoril”, fundamentó el profesional.

 

Finalmente Jaramillo agregó en relación a la situación de los bosques de Patagonia, donde aún no se tiene un análisis muy profundo, pero es una región donde hay ganadería desde hace al menos 100-150 años, que “los bosques están degradados, pero quizás con un manejo adecuado, sea posible recuperar su capacidad productiva de madera y carne. Todo es materia de estudio, investigación y manejo adecuado”.

 

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“No podemos pensar en conservar selva con ganadería”

 

Por su parte, Pablo Preliasco, coordinador del Programa de Ganadería Sustentable, precisó que “la idea que tenemos desde nuestro Programa respecto de la ganadería en bosques es que aquellos bosques que naturalmente tenían pasto, como la sabana del Espinal y el Chaco, pueden manejarse con ganadería, y mantener gran parte de su biodiversidad original”, dijo.

 

Aclaró nuevamente que “en las selvas, en cambio, si se las abre para sembrar pasto, pierden su estructura en muchos estratos que sostenía gran parte de su diversidad original. Por lo que no podemos pensar en conservar la selva con ganadería”.

 

 

Cuándo y cómo es posible avanzar en ganadería sustentable

 

Fernando Miñarro realizó varias presentaciones en representación de Vida Silvestre, en su carácter de coordinador de los Programas Pampas y Gran Chaco, aportando interrogantes para un análisis más profundo sobre el acuerdo de “Manejo de Bosques con Ganadería Integrada” que desde el Estado Nacional impulsan, siempre desde una mirada de la conservación de la biodiversidad de los bosques nativos. El especialista explicó sobre las posibilidades concretas de avanzar en la iniciativa y las debilidades que aún se enfrentan para concretar acciones sostenibles por medio del Programa en marcha.

 

Partiendo de la base que la organización ambiental pone en foco en los bosques nativos estrategias que apuntan a la educación y conciencia ambiental, áreas protegidas, ordenamiento territorial, uso sustentable de los recursos, “en la búsqueda de soluciones, con propuestas basadas en la mejor información y conocimientos científicos disponibles”, señaló Miñarro.

 

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En la actualidad, los principales frentes de deforestación que se presentan en el Gran Chaco y la Selva Paranaense, son las presiones por el avance de un modelo de ganadería que reemplaza al bosque, la agricultura y la infraestructura. Para “la conservación y el desarrollo sustentable de los bosques nativos que nos quedan, la solución debería pasar por otro lado. La ganadería no debería ser la mejor opción, sino el manejo forestal sostenible, los productos forestales, los productos forestales no madereros, y el turismo. Pero el mercado está mandando, esa es una realidad actual”, admitió.

 

En este contexto entonces se preguntaron: ¿Se puede avanzar en Ganadería Sustentable en bosques nativos? ¿Es posible pensar en una producción ganadera compatible con la conservación de la biodiversidad y los servicios ecosistémicos de los bosques nativos?

 

Analizando el Acuerdo General, marca principios y lineamientos nacionales para el Manejo de Bosques con Ganadería Integrada (MBGI) que promueve Ambiente y Agricultura de la Nación. Y tiene un Marco de acción que señala: “…el fin de establecer el marco general y los principales lineamientos para que las actividades ganaderas en zonas de Bosques Nativos (…) cumplan los criterios de sustentabilidad ambiental, económica y social…”

 

También establece que “…Este acuerdo alcanza definiciones de carácter general y de aplicación a todo el territorio nacional. Particularmente, algunos lineamientos son precisados mediante umbrales, especialmente en referencia a la región del chaco árido y semiárido…”

 

En ese marco, para Vida Silvestre hay consideraciones a tener en cuenta para una ganadería sustentable en los bosques nativos:

 

1°) Bosques con sotobosque de varios estratos como las selvas subtropicales (Selva Paranaense): “No es posible compatibilizar producción ganadera y conservación de la biodiversidad reemplazando esta complejidad por un estrato graminoso con vacunos”. Se trata de una estructura compleja con alta biodiversidad en estrecha relación con la diversidad de hábitats generados.

 

2°) Sí es posible en los bosques con pastos (Gran Chaco) donde existe un estrato arbóreo y un estrato graminoso, acompañado muchas veces de un estrato arbustivo. Buena parte de los bosques tienen pastos nativos y pueden agregarse pastos exóticos, en principio, sin gran conflicto con la conservación. Estos ambientes evolucionaron con fuego y las adaptaciones a este disturbio permiten tolerar el pastoreo.

 

Hay tecnologías ya disponibles o en desarrollo, aunque aún muy promisorias, pero que indicarían que es posible la producción de carne y el uso de la madera en ambientes boscosos del Chaco con poco impacto, reversible y conservando buena parte de la biodiversidad. “Pero para lograrlo, es clave una estrategia interdisciplinaria, participativa y de fortalecimiento de las capacidades locales”, advierte Miñarro.

 

Por lo tanto, es fundamental planificar programas de capacitación y extensión local, investigación interdisciplinaria y gestión participativa, ya que es lo que permitiría lograr manejo de bosques saludables. Si bien el Acuerdo propone este enfoque de manejo adaptativo y habla de “estado inicial o línea de base”, “metas”, “propuesta de intervención”, “monitoreo y ajuste”, la pregunta que aún se hacen es ¿quiénes?, ¿cómo?, y ¿con qué recursos se avanzaría?

 

Si bien se destaca que es una propuesta que aprovecha los planes y políticas vigentes entre la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable, Ministerio de Ciencia y Tecnologías, Ministerio de Agricultura de la Nación, sumado a las provincias para la puesta en marcha de centros de implementación (sitios piloto) y capacitación/extensión en MBGI, con el apoyo de universidades nacionales y provinciales, investigadores del INTA, organizaciones de la Sociedad Civil, productores dispuestos, comprometidos; complementando con aportes de la Ley de Bosques, Programa de Bosques Nativos, Programas Provinciales, Programa de Cambio Rural II, Plan Federal de Ganados y Campos, etcétera, aún hay aspectos que analizar en materia ambiental.

 

Políticas necesarias

 

La conectividad a escala regional y de paisaje, y de los bosques con otros ecosistemas (pastizales, humedales), son aspectos claves para la fauna. Dice el Acuerdo “…los planes de manejo a escala predial deberán responder a definiciones de escala supra-predial, como la de paisaje o regional…” “…evitar la fragmentación del Bosque Nativo, mantener la diversidad de ecosistemas existentes y no impedir la comunicación entre los mismos (…) un diseño espacial que contemple la conexión del bosque con otros ecosistemas…”

 

“Para lograr esto, es necesaria una política urgente de fortalecimiento de corredores y áreas protegidas públicas y privadas: hay que trabajar en las nuevas instancias de revisión de los Ordenamientos Territoriales de Bosques Nativos para alcanzar esta conectividad a escala regional”, precisó Miñarro.

 

“Es necesaria una política urgente de fortalecimiento de corredores y áreas protegidas públicas y privadas: Alcanzar el 17% de áreas protegidas públicas y privadas, en una matriz de MBGI, con políticas de fortalecimiento del manejo forestal y el turismo. Destinar el uso de los fondos de la Ley de Bosques para la creación de nuevas áreas. Implementar política de presupuestos mínimos para áreas protegidas”, agregó.

 

También consideró necesario trabajar en fortalecer las políticas de conservación de especies amenazadas, paraguas e indicadoras de bosques saludables; identificar a las especies indicadoras para su monitoreo en los planes; establecer paisajes de conservación de especies amenazadas para integrar a los análisis de conectividad a escalas regionales y de paisaje.

 

Además, se debería aplicar el Principio precautorio ambiental en el marco del manejo adaptativo: “¿Cuánta superficie habilitar con este modelo MBGI?, ¿Áreas verdes? ¿Áreas amarillas fuera o dentro de corredores? Necesitamos tener un balance entre el principio precautorio ambiental y viabilidad económica y social”, remarcó Miñarro.

 

Retomando sobre el marco que establece el Acuerdo: “…el fin de establecer el marco general y los principales lineamientos para que las actividades ganaderas en zonas de Bosques cumplan los criterios de sustentabilidad ambiental, económica y social…”, agregó la necesidad de otros compromisos políticos que deben acompañar y estar bien presentes: sobre la ilegalidad, es necesario avanzar con sanciones sociales, económicas y penales ejemplificadoras. Sobre la Ley de Bosques, hay que fortalecer la no re-categorizaciones, efectivizar el incremento del Fondo, y mejorar la implementación efectiva de la herramienta legal.

 

El programa Gran Chaco de Vida Silvestre busca contribuir a poner en acción este Plan impulsado desde Nación. “Con foco en las provincias de Salta, Formosa, Chaco y Santiago del Estero, el proyecto apunta a fortalecer las capacidades locales para un manejo productivo ganadero y forestal compatible con la conservación de los bosques y su biodiversidad. Ya demostramos que esto es posible en los pastizales pampeanos mejorando los resultados económicos a partir de un trabajo conjunto con los distintos sectores y disciplinas, y ahora queremos aportar ese modelo de acción al Gran Chaco”, expresó oportunamente Miñarro.

 

Pablo Preliasco, coordinador del Programa de Ganadería Sustentable de Vida Silvestre agregó que “hoy por hoy el negocio viable en el Chaco es ganadero. Sin embargo es necesaria una política nacional que torne rentable el manejo silvícola puro del bosque nativo para que a escala de paisaje haya campos sin pastoreo y con pastoreo, lo cual aumentaría la diversidad de hábitats para la biodiversidad”.

 

Miñarro concluyó señalando que “sin dudas es fundamental que las políticas de producción y medio ambiente vayan de la mano, promoviendo el desarrollo, puesta en práctica y extensión de buenas prácticas silvopastoriles, que permitan asegurar ecosistemas boscosos saludables y resilientes en el contexto de cambio climático que atravesamos.

 

 

Por Patricia Escobar

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