Así lo aseguró el presidente del Colegio de Abogados, Martin Ayala. “Es una ley compleja y extensa. Es necesario debatirla, pero plantea cambios fundamentalmente en lo que respecta a la vida familiar”.
Martin Ayala, presidente del Colegio de Abogados (LT4 Red Ciudadana)
Ayala consideró que la nueva ley debería ayudar a los derechos que tenemos los argentinos. En esa línea destacó que “uno de los puntos más novedosos es la reproducción humana asistida. Muchas veces el niño que nace fruto de esta técnica de reproducción médica, no tiene la conformación de los gametos masculinos y femeninos para lograr el óvulo concebido que provengan de quienes quieren ser sus padres”, detalló.
Entonces agregó que “ese niño no tiene vínculo genético el ADN de quienes serán sus padres. Este nuevo Código reconoce que son sus padres, sus progenitores, pueden ser dos mamás, o una mujer y un hombre que han prestado el consentimiento. Es decir que ya basta la declaración de voluntad de querer someterse a esa técnica lo que confirma luego el vínculo filiatorio”, aseveró.
Asimismo manifestó que “el nuevo Código Civil y Comercial toca también temas de la vida civil, profesional o económica, pero esos cambios no son tan llamativos como los que se produjeron en el ámbito familiar, en las relaciones familiares. La vida familiar muta o evoluciona más rápido que las relaciones comerciales. Tiene reconocimiento en los derechos de los niños, en las uniones convivenciales, el tema del divorcio express”, dijo el Letrado.
En ese contexto, agregó “en especial hace hincapié en la relación de los padres con los niños, que estaba caracterizada por una subordinación del hijo hacia el padre. Antes era el padre el que decidía, de manera arbitraria o no. Hoy el Código Civil plantea un nuevo concepto de familia donde el niño, paulatinamente, podrá tomar decisiones que atañen a sus cuestiones personales, como la salud, y las cuestiones patrimoniales. Ahora el niño de 13 años debe ser oído. Todavía no toma decisiones por sí mismo, pero sigue requiriendo que ante una intervención médica la autorización de sus padres o tutores, hasta los 16 años. Es complejo pensar que a esa edad puedan tomar decisiones”.
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