La reina mundial de la inmersión a pulmón libre desapareció en aguas del Mediterráneo

La rusa Natalia Molchanova, plusmarquista y campeona de la inmersión a pulmón libre, practicaba allí cuando no retornó a la superficie el domingo pasado. Las búsquedas no arrojaron resultados y se cree que murió en las profundidades del Mediterráneo.

Era un día más, uno como cualquier otro, uno en el otra vez podía disfrutar de la belleza del mar y de la actividad que más le gustaba hacer. La rusa Natalia Molchanova, de 53 años y plusmarquista y campeona mundial, practicaba apnea -la prueba deportiva en que se mide la profundidad a la que se puede bajar en el agua a pulmón libre- cuando desapareció en el Mediterráneo, frente a la costa de la isla de Formentera, al sur de las Baleares, en España.

Según una nota del diario español El País, Molchanova desapareció bajo el mar el domingo 2 de agosto ante una de las playas más célebres y populosas, Ses Illetes. La voz de alarma se dio, a media tarde, cuando la deportista no retornó a la superficie mientras practicaba en compañía de otros tres buceadores, a unas dos millas de la costa, no lejos del puerto de la Sabina. Fueron ellos quienes lanzaron un aviso de emergencia a Salvamento Marítimo desde el barco, fondeado, en el que operaban. El rastreo inmediato, a ojo y bajo el mar, de los colegas de expedición fue infructuoso. Tampoco dio resultado el peinado de la zona desde el aire y la búsqueda por mar por parte de los equipos estatales de rescate.

Aunque es imposible fiarse ante la potencia del mar, Molchanova no era ninguna novata: su experiencia indica que había alcanzado los 69 metros de profundidad sin aletas y los 101 con aletas y peso fijo. Además, en Internet se le atribuía la capacidad «de apnea estática de nueve minutos y dos segundos» y el haber nadado, sin respirar, 182 metros de largos de piscina. «Ella era una estrella de la apnea y ninguno de nosotros pensaba que algo pudiera dañarla; pero jugamos con el mar y cuando juegas con él ya sabes quién tiene más fuerza», fue la contundente declaración del presidente de la Asociación Internacional para el Desarrollo de la Apnea (AIDA), Kimmo Lahtinen, en The New York Times.

Después de los primeros rastreos, un robot submarino, con cámaras de vídeo y teledirigido, trabaja en Formentera. Fue contratado por la familia de la deportista, luego de los nulos resultados de las dos jornadas de trabajos según protocolo de las autoridades locales, que terminaron ya que «bucear con equipos convencionales hasta 80 metros para rescatar un cuerpo es considerado altamente peligroso», indica El País.

Para el diario las opciones son solo las de encontrar el cuerpo sin vida. De haberse quedado con el cinturón de plomo (el peso agregado que utilizan para sumergirse más rápido), Molchanova estaría en el fondo, a merced de las corrientes. Mientras que si logró sacárselo, la posibilidad es que tuvo problemas al emerger, pudo perder la conciencia, ahogarse al flotar bocabajo y, entonces, fue arrastrada por las olas y las corrientes de superficie. «Para nosotros, al no haberla hallado en las primeras horas de iniciarse la búsqueda se supone que el cuerpo está en el fondo. Ahora la búsqueda es competencia de la Guardia Civil», explica Miguel Félix Chicón, responsable de Salvamento Marítimo de Baleares.

La visibilidad era muy buena y el agua estaba tranquila al momento del accidente; y esas condiciones se mantienen. Sin embargo, las esperanzas decrecen con el correr de las horas. Y el único consuelo para sus familias es encontrarla en la inmensidad del mar.

(Clarín)

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