El lado B de Martín Zuccarelli, DT de Guaraní: «Hice cuatro años de abogacía y la pienso terminar algún día»

Martín Zuccarelli, que junto a su padre Humberto forman la dupla técnica que busca mantener a Guaraní en la B Nacional, es uno de los DTs más jóvenes del fútbol argentino en las categorías de elite.

Con apenas 36 años (nació el 12 de octubre de 1978), este ex volante central -luego devenido en defensor- abandonó el fútbol profesional a los 23 años, luego de tres temporadas en la B con Cambaceres, donde nunca terminó de consolidarse como titular.

«Cuando quedé libre decidí alejarme porque entendía que no tenia las condiciones necesarias para vivir del fútbol. Tenía 23 o 24 años, me iba acercando al fútbol como entrenador. A los 22 ya dirigia un club de la plata en juveniles, deportivo Gonnet, siempre fui de receptar rápido las indicaciones del técnico y transmitírselas a mis compañeros», dice este oriundo de La Plata, que estuvo a punto de nacer en Medellín ya que su padre jugaba en esa ciudad colombiana y decidió regresar al país.

En un mano a mano con Misiones Online, un día después de la victoria de Boca ante Banfield por la Copa Argentina y la confirmación del choque con Guaraní, Zuccarelli dejó en claro que para ese partido «falta» y las prioridades ahora son Gimnasia de Mendoza y luego Central Córdoba por el Nacional B.

Algo debe tener este joven técnico al cual Estudiantes le confió dos veces el equipo interinamente en 2012 y 2013. La primera vez, con apenas 33 años, Zuccarelli se convirtió en uno de los DTs de Primera más jóvenes, solo superado por Luis Zubeldía, en ese entonces en Racing. Se había ido el Vasco Azconzábal. Luego vino Cagna y cuando el ex volante de Boca se fue, nuevamente se hizo cargo el más joven de los Zuccarelli para entregarle el equipo a Mauricio Pellegrino.

También fue DT de Villa San Carlos, aunque por malos resultados dio un paso al costado bastante pronto.

Pelo siempre cortito, prolijo, cara de chico bueno, Martín es el del medio de tres hermanos. Tienen una hermana psicóloga, un año mayor y un hermano menor, que nunca se dedicó al fútbol. «Trabaja en una empresa de construcción», explica Zuccarelli, mientras toma una lágrima y se apresta a la charla futbolera. Publicamos aquí la primera parte de la entrevista.

-¿Por qué te conviertiste en entrenador?

-Nací con mi papá siendo DT de algún equipo de Primera, cuando tenía 3 o 4 años mi papá estaba en Temperley, que estaba en Primera, cuando tenía 6 estaba en Estudiantes, ese tema me acompañó a lo largo de mi vida. Después como chico tuve la ilusión de ser profesional, de vivir de esto, de ser exitoso. Me acompañó durante la adolescencia, y mi papá dirigiendo equipos de las dos categorías superiores. Lo fui mamando mientras iba jugando, daba indicaciones adentro de la cancha, por ahí por mi historia y mi vida.

-¿Cómo te fue como jugador?

-Estuve en Cambaceres, que estaba en Primera B, tuve un breve paso por Estudiantes donde no estaba entre los convocados, fui a Cambaceres, llegue a primera, jugué 3 o 4 años como profesional, no era de los titulares, y cuando quedé libre decidí alejarme porque entendía que no tenía las condiciones necesarias para vivir del fútbol. Tenía 23 o 24 años, me iba acercando al fútbol como entrenador. A los 22 ya dirigía un club de la plata en juveniles, Deportivo Gonnet.

-¿Y cómo es trabajar en dupla con tu padre?

-Con mi papá vengo trabajando hace mucho, años en que el dirigía el Nacional B en equipos del interior y no había partidos televisados. Cuando empecé a manejar y no había iba a ver yo a los rivales en Buenos Aires, hace 20 o 25 años atrás. Después tuvimos la posibilidad de trabajar los dos como ayudantes de campo de Gustavo Alfaro en Arsenal y Rosario Central, cuando mi papá se fue a Chacarita me fui de Cambaceres y pasé a ser colaborador y en esta oportunidad decidimos trabajar en dupla, la verdad que bien, ya venimos con un conocimiento excesivo desde hace mucho tiempo (risas).

-¿Cuál es la diferencia al trabajar como dupla, quién decide juega este o aquél? Porque no siempre estarán de acuerdo.

-Si, si, evidentemente no hay dos personas que piensen igual, lo charlamos y tratamos de evaluar la mejor alternativa posible a veces me convence con sus argumentos, a veces lo convenzo yo, lo importante es buscar lo mejor para el equipo.

-¿Trabajaste de otra cosa, estudiaste algo?
-Sí, apenas terminé el secundario hice tres años de odontología, cuando llegó el momento de usar las manos con los dientes entendí que no tenía la capacidad de maniobrar, al año siguiente me anoté en abogacía, hice cuatro años. Fui postergando rendir materias porque trabajé mucho más en el fútbol a nivel profesional, tengo la intención de terminar esa carrera, no me gusta el ejercicio, pero me gustan los conocimientos que te brinda. Trabajé en torneos y competencias, en Fox en el programa de Fernando Niembro, hacia análisis de los partidos o los equipos y buscaba las mejores ediciones para que el panel de directores técnicos pudiera discutir en base a las jugadas.

¿Tuviste relación con muchos DTs?
-Sí, con gente como Chilavert, Bauza, Hector Veira, Alonso, Cascini, Latorre, el «Maestro» Tabarez, Gorosito, Merlo, un montón de gente con mucha historia.

-Hablemos de la escuela Pincharrata, definímela.

-La escuela de Estudiantes es un poco la forma en que un grupo de gente comenzó a preocuparse por el fútbol cuando para otro montón de gente era simplemente un juego, tiene que ver con el trabajo, la seriedad, la responsabilidad, tratar de no dejar detalles librados al azar, estar encima de los detalles,

-Dame un ejemplo.

-Cuando Bilardo y Zubeldía se encargaban de analizar a los rivales, parecía que se desvirtuaba el juego, cuando empezó a jugar con la ley del off-side hablaban del anti-fútbol, cuando empezó a trabajar la pelota parada parecía que era una parte que no se le tenía que dar valor, y con el paso de los años lo comenzaron a hacer todos, hoy se los tilda de que no trabajan a quienes no hacen esas cosas.

-¿Fuiste a ver a Estudiantes cuando jugó contra Crucero hace dos semanas?

-No, no. Porque estaba el partido de Argentinos ese día que lo enfrentamos el jueves (la nota se hizo el día después del triunfo de Boca sobre Banfield y la confirmación del Boca-Guarani por la Copa Argentina), no quería ir a la cancha de Crucero y era televisado además, no se como se puede llegar a tomar ir a la cancha del equipo rival, en muchos lugares no está bien visto.

-Qué te parece Crucero, la está peleando como ustedes cada uno en su divisional.

-Es un club que ha crecido de golpe y obtenido logros muy importantes, por ahí el hincha de Guaraní no quiere que esté en Primera División, pero es importante que tanto Crucero como Guaraní estén en las categorías superiores, han hecho un buen trabajo en ese club.

-¿Miraste el partido de Boca-Banfield ayer?

-(Sonrisas) Más o menos, no me parece tan importante mirar ahora a Boca y pensar en Boca en la Copa Argentina, además uno conoce mucho a los jugadores y lo dan permanentemente por televisión, pero teniendo en cuenta lo que tenemos en el medio, falta bastante.

-¿Qué significa para vos, para el club o para los jugaores este partido?

-Hoy en la práctica no hablé con ellos de Boca, tenemos que tener la cabeza puesta en Gimnasia de Mendoza y Central Córdoba de Santiago del Estero después, sabemos lo que significa para el club, teniendo en cuenta el tiempo que hace que no se juega un partido así, para Posadas, para el club, llegado el momento pensaremos mucho más el partido en sí, pero hoy no nos podemos poner a pensar en Boca cuando nuestro objetivo primordial e instantáneo es Gimnsaia y Esgrima de Mendoza.

 

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