Del Storni al ejército de Israel y custodiar sus fronteras

Cesia Brambilla hace cinco años era cadete del Liceo Storni hasta que decidió darle un increíble giro a su vida. Ahora integra el ejército de Israel, como comandante tiene once soldados a su cargo y se desempeña en la frontera con Egipto.
Ya vivó momentos “difíciles y de acción”, de los que no puede dar detalles por razones de seguridad.
La joven de 20 años, una década atrás soñaba con su vida de hoy: formar parte de las fuerzas armadas del estado israelí.
A los 12 les pidió a sus padres Héctor y Miriam, participar de un campamento de invierno de la colectividad judía.
Allí la interiorizaron sobre el programa Naale, que permite a los adolescentes judíos de la diáspora graduarse en las escuelas secundarias de Israel.

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Lo sigue contando ella: “Es para hacer tercero, cuarto y quinto año, allá. Nos mostraron folletos y videos y salí convencida. Volví del campamento y les dije a mis padres que quería ir. Fue una decisión mía”. Y se fue.
Cesia nació en Buenos Aires pero de chica se instaló junto a su familia en Misiones. Hizo la primaria en Posadas y luego ingresó al Liceo Naval Storni.
“Elegí estudiar ahí por la formación militar y cuando estaba en segundo año, decidí ir a Israel. Hice un examen de ingreso en Buenos Aires, que es para toda la familia, lo aprobamos y me dieron la fecha para viajar”, relata.
La joven salió de Argentina el 30 de agosto del 2010. Su destino fue el kibutz Gesher, entre las ciudades de Beit She’an y Tiberias, a dos horas de Tel Aviv, y en la frontera con Jordania.
Los kibutz son comunas voluntarias agrícolas, que fueron esenciales para la creación del Estado de Israel.
“Al principio fue una experiencia difícil pero buena. Empezamos con el colegio y con prácticas para adaptarse a vivir sin los padres. Los fines de semana nos hacían conocer distintos lugares de Israel. Allí teníamos una “madrij”, que es una maestra, una líder, y sus dos ayudantes. Ellos nos apoyaban con el colegio y con el hebreo, eran como profesores particulares. En mi año, que era tercero, empezamos 34 chicos, terminamos 20, y de ellos, 18 nos quedamos allí”, cuenta la joven.

Armada en la frontera
Cesia Brambilla ahora está en Posadas. Vino tres semanas a visitar a su familia.
Viste jeans y remera blanca, y es una bella joven, de quien nadie imaginaría que su profesión es estar en situación real de guerra, con su fusil, uniforme y adiestrando a once soldados en Medio Oriente
“En el 2013 me hice israelí y en marzo del 2014 ingresé al ejército. Era una sueño que tenía desde chiquita, desde los diez años les decía a mis padres que quería estar en el ejército de Israel”, cuenta.
Integra un batallón de hombres y mujeres. “Es una unidad que va creciendo en cantidad de integrantes y estamos desplegados en la frontera con Egipto, pero no podemos brindar información exacta de los lugares”, dice.
Admite también que “tuvimos jornadas bastante tensas, sobre todo en la etapa de adiestramiento. Nos preparan y entrenan física y mentalmente, y son semanas muy difíciles. Por ejemplo nos ponen pesos en el cuerpo y debemos caminar 24 horas seguidas, o nos hacen cargar las camillas con algún compañero arriba y llevarlos durante distancias y largo tiempo”.

Cesia está destacada en una frontera caliente. Israel y Egipto tuvieron en el pasado serios desencuentos. La Guerra de los Seis Días -conocida como Guerra de Junio de 1967 en la historiografía árabe- fue un conflicto bélico que enfrentó a Israel con una coalición árabe formada por la República Árabe Unida -denominación oficial de Egipto por entonces-, Jordania, Irak y Siria entre el 5 y el 10 de junio de 1967.
Sin embargo, hoy Israel y Egipto mantienen una estrecha cooperación en materia de seguridad e Inteligencia. El Estado Islámico y el grupo islamista Hamas que controla la vecina Franja de Gaza son dos poderosas razones de esta luna de miel.
La relación con el presidente Abdelfatah al Sisi es uno de los escasos «logros» del premier Benjamín Netanyahu en una escena internacional cada vez más esquiva debido a la cuestión palestina y a sus críticas contra el acuerdo nuclear iraní.
El año pasado una oficial y un soldado israelí resultaron heridos como consecuencia de un ataque armado desde el Sinaí egipcio.
No es la primera vez que desde el Sinaí -donde hay presencia destacada de yihadistas armados- se ataca a Israel. Los dos países mantienen una estrecha colaboración en materia de seguridad e Inteligencia, especialmente en todo lo que concierne a las actividades de los diferentes grupos yihadistas en la inmensa península egipcia.

 

Cesia hoy es comandante, para lo cual hizo el correspondiente curso.
“Tengo a mi cargo a once soldados que debo entrenar durante ocho meses y después pasamos a desplegarnos en la frontera”, describe.
Agrega que “cuando terminás el curso de comandante te asignan a distintos puestos, adiestrando a soldados en el colegio o en la frontera, cuidándola con distintas tácticas”.
“Como comandante, dormimos tres horas por día porque siempre hay cosas para hacer. Tuvimos momentos tensos y extremos, pero no los puedo contar por razones obvias”, dice.
Cesia Brambilla está pasando los últimos días en Posadas.
“Pude venir porque los soldados que no tienen a sus padres en el ejército, entre otros derechos, una vez por año nos autorizan a viajar para visitarlos. Ahora teníamos tres semanas relativamente más tranquilas y por eso me dieron el permiso”, termina contando.
Luego se va caminando junto a su padre Héctor por el centro posadeño. Pasa desapercibida en jeans y remera blanca. Nadie sospecharía que se siente más cómoda con su uniforme de combate, su fusil, y custodiando las fronteras de Israel.

 

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