Pablo Gómez de Carvalho (22) cobró notoriedad en la provincia y en el país cuando se fugó de un calabozo de la comisaría Segunda de Oberá luego de embadurnarse el cuerpo con jabón y atravesar los barrotes. Lo hizo con un socio, Gilberto Duarte (38), atrapado el pasado viernes por la tarde.
Ayer, alrededor de las 16, penitenciarios que buscaban a un recluso de la Unidad Penal Dos, dieron con el «jabonoso». El procedimiento se realizó en el barrio en un monte del barrio Ecológico. El evadido estaba detenido por un delito en contra de la propiedad y ahora nuevamente fue puesto a disposición de la justicia.
En medio del monte Gómez de Carvalho había colocado ropa y otros elementos para armarse un refugio. Tenía pensado quedarse allí hasta que aflojara la búsqueda.