Zuccarelli acertó, el Guaraní «B» respondió y mandó un mensaje a todo Misiones: se puede

El triunfo histórico de Guaraní anoche en la cancha de Temperley, donde eliminó al Argentinos Juniors de «Pipo» Gorosito con absoluta justicia para meterse en los 8vos de fina de la Copa Argentina deja muchas conclusiones para repasar.

Zuccarellí acertó y hay que reconocerlo

Ante todo, reconocer -nobleza obliga- que Humberto y Martín Zuccarelli acertaron con la decisión de llevar una formación alternativa. La lectura inicial -desde este espacio- fue errónea, no desmerecieron la Copa Argentina, sino que apostaron a un grupo de futbolistas que sacaron a relucir un «plus» en una parada brava.

¿Hambre? ¿Ganas de demostrarle a todos que están para el primer equipo? No se sabe bien qué pasa con algunos equipos y jugadores que en una situación adversa, sacan algo nuevo, distinto, hacen un «click». El fútbol está plagado de ejemplos. Por caso, aquél recordado partido de la Selección Argentina en Colombia por las Eliminatorias a Brasil 2014.

Además, Zuccarelli demostró su caballerosidad. Hoy, ante un mensaje de reconocimiento por el resultado y -sobre todo- por el partido que hizo el equipo, el menor de la dupla contestó: «Cada cual tiene derecho a expresar lo que piensa, nosotros debemos pensar en lo mejor para Guaraní. Estábamos convencidos que era esto. Y también estábamos convencidos de que íbamos a ganar, se lo dije a los jugadores en la charla».

Se puede, y va también para Crucero

La victoria con un equipo «alternativo» ante los mejores de un equipo de Primera, en este caso Argentinos, demuestra que SE PUEDE. A pesar de que los planteles no tengan la misma jerarquía. Guaraní está demostrando en Copa Argentina que se puede. Ya limpió a dos de Primera. Lo hizo al eliminar a Arsenal en un momento complicado, apenas acababan de despedir a «Chaucha» Bianco.

Lo volvió a hacer ayer, con un equipo que viene último en la tabla de los promedios y venía de caer muy mal ante Los Andes (partido que se jugó el sábado pasado, a tan solo 40 cuadras del estadio de Temperley donde ayer redondeó otro batacazo).

El mensaje va también para Crucero, que es la Cenicienta de un torneo de 30 equipos donde los supuestos rivales directos tienen jugadores de mayor jerarquía. Se puede Colectivero…

¿Qué se necesita?

Indudablemente, para que un equipo que va de punto, como Guaraní anoche, termine haciendo saltar la banca, se necesita tocar una «fibra» o algo en la mente de los jugadores. Ya no pasa por tediosos entrenam ientos. Correr, hacer ejercicios repetitivos, seguramente es una rutina necesaria. Pero a veces no parecen suficientes para cambiar un rumbo.

Es dificil determinar qué hace tocar esa fibra en los equipos de fútbol que los hace rendir, a veces, incluso, por encima de sus propias posibilidades. Pero lo cierto es que la superación es posible. Y Guaraní lo demostró ayer.

El fútbol misionero necesitaba esto

Lo último, aunque las conclusiones no se agotan acá, es que el fútbol misionero necesitaba esto. Necesitaba un batacazo, un triunfo grande, la posibilidad de enfrentar a Banfield o -sería soñado- a Boca. Será una inyección para Villa Sarita, pero también para Santa Inés, porque en el mundo Crucero -donde sí desmerecieron la Copa Argentina al llevar una formación plagada de jugadores que no tenían minutos, juveniles debutantes y chicos de la Liga Posadeña- también van a querer estar a la altura, mejorar.

No quedarse atrás. Esto es lo bueno de la competencia. Y se necesita que haya mucha más competencia. Porque motiva a crecer, a mejorar.

Es muy probable que este partido de ayer haya tocado también alguna fibra íntima en el «Mundo Crucero».

La Copa Argentina es la «Libertadores»

Y un último concepto. E insistimos con esto. Este torneo, para un equipo misionero, es el equivalente a una Copa Libertadores para un equipo grande.

Por muchos motivos, porque vienen rivales fuertes, porque los partidos a esta altura se televisan, porque se le puede ganar a equipos mejores -en los papeles- y pasar y seguir soñando.

No vienen bien los equipos misioneros. No se trata de echar culpas. Los dos son muy novatos en sus categorías y la adaptación no es fácil, y los otros equipos también juegan. Es un aprendizaje ser de Primera o del Nacional B. Es decir, de la elite. Lo que no se sabe es si hay tiempo, paciencia (y dinero) para completar ese aprendizaje.

El mundo del fútbol por estos lados necesita algún triunfo que contagie, que inspire. Para que los hinchas que van a la cancha sigan yendo. Para que la prensa no pierda interés. Para que los chicos que son promesa no sigan eligiendo los clubes de Buenos Aires para ir a probarse.

Y sobre todo, para que los dirigentes y sponsors sigan apostando. Poniendo. Sosteniendo. Porque esto todavía no se sabe si llegó para quedarse, o es una primavera que va a durar poco. Sería volver a comer m…. -parafraseando a Javier Mascherano- durante años y años.

Por todo eso. A cuidar las chances en la Copa. ¿La Libertadores? No, la Argentina. Pero no importa. Porque vale muchísimo igual.

MB

EP

 

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