Copa Argentina: Boca pondría a Tevez, pero acá a los Zuccarelli no les parece necesario llevar a su mejor jugador

Guaraní A. Franco enfrentará esta tarde a Argentinos en cancha de Temperley en un partido que podría ser muy importante para su corta historia desde que volvió a la elite del fútbol, hace exactamente un año. Si pasa, jugará con el ganador de Banfield-Boca, que dirimirán su llave el miércoles próximo en Formosa.

¿Se imaginan un Boca-Guaraní por los puntos? ¿Se imaginan lo que significaría para el fútbol de Guaraní y para todo el fútbol de la tierra colorada? No es difícil advertir el efecto que podría tener en un mundo franjeado donde hoy predomina la impaciencia y la frustración. Porque el equipo de Villa Sarita llegó a la B Nacional en el campeonato que subían casi 1 de cada dos equipos, y le fue mal. Fue un golpe duro, el primero.

Rápido vino el segundo mazazo. Porque Guaraní arrancó esta temporada ilusionado con pelear un ascenso, con el «Chaucha» Bianco como DT. Hoy cada vez más campea la desesperanza y la incertidumbre. Todavía faltan 17 fechas para que finalice el torneo, pero el equipo no despega, no ilusiona, juega cada vez peor y la gran pelea será por mantener la categoría (a esta altura, todo un triunfo si lo logra).

La pregunta se impone: ¿Por qué la dupla de Humberto y Martin Zuccarelli llevó a Temperley para esta noche un equipo tan alternativo? Los DTs de la escuela «Pincha» dejaron en Misiones a: Exequiel Narese, Tobías Albarracín, Eric Jérez, Milton Zárate, Sergio Sagarzazu, Jorge Piñero da Silva y Luciano Leguizamón. Tampoco están por lesión y no hubieran podido viajar Cristian Barinaga y Osvaldo Young.

Alba, el jugador en «estado de gracia»

Pero lo que realmente no se entiende es que los Zuccarelli dejaron en Posadas, trotando, al jugador que se convirtió en un verdadero «salvador» en varios partidos de la era poschaucha: Miguel Alba. Una era donde no pudo estar en cancha Cristian Barinaga, la máxima figura del equipo.

Alba fue el autor del golazo de tiro libre que le permitió a la Franja jugar el cotejo de esta tarde/noche. Fue hace más de dos meses, en Formosa, ante Arsenal de Sarandí, antes había abierto la cuenta Maurito Gómez, que esta noche sí estará en el Beranger, hogar del «Gasolero».

Desde entonces, Alba -que casi no había tenido oportunidades desde que llegó al club a comienzos de esta temporada- fue creciendo en importancia en un equipo sin rumbo, a partir de su buena pegada y, sobre todo, de su cada vez mayor confianza. Le metió un golazo a Chacarita que sirvió para empatar 2 a 2 con el «Funebrero» en Villa Sarita.

También le metió el único gol a Douglas Haig de Pergamino para la segunda victoria de la Franja como visitante. Y en el último partido en Villa Sarita, sacó las papas del fuego metiendo otro golazo para ganar 1 a 0 a Unión de Mar del Plata faltando 8 minutos para el final y con un Clemente Argentino que era una caldera (por los reclamos de la hinchada, cada vez más subidos de tono).

Pero Miguel Alba, un delantero de 27 años que fue papá hace algo más de dos meses -su hijo vino, literalmente, con goles decisivos bajo el brazo- no estará esta noche. Sin Barinaga, Guaraní no tiene al único jugador que hoy es desequilibrante. Que puede aportar algo distinto. Un jugador que le inspire confianza a sus compañeros, porque saben que está atravesando un buen momento. Alguien a quien, si las cosas se ponen complicadas, siempre se le puede tirar la pelota, a ver qué conejo saca de la galera. Es mucha ventaja, ante un equipo que ya de por sí es inferior al «Bicho» nombre por nombre y por jerarquía e historia. Ya el partido ante los de Gorosito es muy importante, pase lo que pase.

Los Zuccarelli no advierten lo que podría significar la inyección anímica para todo el equipo y el plantel si pasan, si tienen por delante un cruce con Boca. Si se pueden dar el gusto de eliminar a un ex Campeón de América, como los de La Paternal.

En el fútbol las modas se imponen, y todo el mundo copia a todo el mundo. Un jugador se corta el pelo de una manera, a los pocos días todos están igual. Un jugador se tatúa todo el brazo y la moda se extiende como reguero de pólvora. Otro se empieza a tapar la boca para hablar y que las «cámaras» no le lean los labios. Todos lo hacen. Y con los DTs pasa lo mismo. Se puso de moda esto de guardar a los titulares. Y muchos -no todos- lo repiten, pensando que una decisión garantiza más chances de triunfo y otra, es «dar ventajas».

Pero, realmente. ¿Quien garantiza que estos jugadores que se quedaron trotando en la soledad del Clemente y que el otro día en Lomas de Zamora «tiraron la toalla» a los 15 minutos del primer tiempo, lo van a hacer mejor el domingo ante Boca Unidos por no haber viajado hoy? ¿No jugarían mucho mejor si se les dan la chance de eliminar hoy a Argentinos y ganarse el derecho a meterse entre los 16 mejores? ¿Qué es mejor en este Guaraní, un jugador con confianza o alguien sin confianza pero un poco más descansando?

Es cierto que llevar a los titulares tampoco garantiza el triunfo. Como también es cierto que los chicos que estarán hoy en cancha, podrían dar el batacazo. Pero el tema pasa por la actitud y la importancia que se le da a un cotejo que es mucho más importante para la vida y el futuro de Guaraní de lo que su dupla técnica advierte.

Para Guaraní, la Copa Argenitna es la Copa Libertadores. Porque ganará un premio de 573.000 pesos si pasa, más la posibilidad de seguir acumulando premios. Porque el partido será televisado. Porque si el equipo desciende, nadie garantiza que vuelva a recuperar la categoría pronto. Este fue el único año, por su condición de equipo de la B Nacional, donde Guaraní se ganó el derecho a comenzar la Copa Argenitna en 32avos de final.

Es la instancia donde la organización paga pasajes, traslados, hotel y premios. Jugar la Copa Argentina en sus fases iniciales, como ha hecho Guaraní hasta ahora, es a pura pérdida. Todo sale del bolsillo del club. No en esta oportunidad, que puede ser debut y despedida si Guaraní decsciende a fin de año.

Los Zuccarelli no lo advirtieron y «copiaron» a algunos técnicos que juegan a ese juego de «preservar» titulares. Lo que no se sabe es a los DTs de qué equipo copiaron, porque hoy, en Copa Argentina, casi todos los grandes del país ponen lo mejor que tienen. No es nada descabellado pensar el rival del equipo que gane hoy en Temperley será Boca, con Carlitos Tevez, esperando. Pero Guaraní está en otra cosa…

MB

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