Guaraní A. Franco tiene la hinchada más importante de un equipo misionero, se sabe. Y ayer en el partido ante Unión de Mar del Plata se hizo sentir en el Clemente Argentino.
Como sucedió en las primeras fechas, cuando el equipo arrancó mal esta temporada en la B Nacional, a modo de protesta, el grueso de la hinchada que ocupa siempre la tribuna César Napoléon Ayrault, en una de las cabeceras del Clemente, no entró cuando arrancó el partido.
Fueron 25 minutos interminables, donde brilló por su ausencia. Los sonidos del estadio, sin la barra, son los de un partido más de cualquier torneo zonal o regional (hay que tener en cuenta que no hay hinchada visitante).
Recién en el minuto 25 (la primera vez que hicieron esto había dejado pasar solo 15 minutos) se hizo presente.
Los cantos también dejaron un mensaje claro. Eligieron bien el repertorio. «Hay que poner más h…», arrancaron. Pero a medida que pasaban los minutos y en el césped Guaraní no podía doblegar al débil Unión de Mar del Plata, los reclamos se hicieron con más intensidad.
«Si nos vamos al descenso que quilombo se va a armar…», primero cantaron, dirigiendose a los jugadores. Más tarde, tampoco se salvaron los dirigentes.
También hay que decir que el mensaje de la hinchada es compartido por todo el mundo Guaraní. En la platea también se escucharon varios reproches y algunos insultos contra la dupla técnica ayer cuando reemplazaron a Jorge Armando Piñero da Silva, el centrodelantero, en lugar de Pablo Ostrowski (el 9 suplente).
Pero faltando apenas 7 minutos para el final llegó el golazo de Miguel Alba que apagó el fuego, y evitó que la caldera explotara. Al menos por 15 días más. Guaraní ahora jugará con Los Andes y el próximo partido de local será ante Boca Unidos, el fin de semana del 25 de julio.
En la semana los jugadores fueron abordados por algunos hinchas antes de la práctica de fútbol del jueves. Es importante recalcar que en ningún momento hubo violencia. Fue una charla, donde el mensaje fue claro: hay que hacer lo imposible por no bajar.
MB
EP
