¿Por qué se considera a «Finito» el mejor deportista misionero de la historia? Lo cuenta un gran periodista de básquet

Mañana se inaugurará el Polideportivo Ernesto «Finito» Gehrmann y Misiones rendirá así el homenaje más importante a quien fue, quizás, el deportista misionero más importante de todos los tiempos.

¿Qué hizo «Finito» para ganarse semejante reconocimiento?

 

A continuación, reproducimos un artículo publicado hace dos años por el reconocido periodista Osvaldo Ricardo Orcasitas, quien por años firmó con el pseudónimo O.R.O en publicaciones como El Gráfico. Orcasitas falleció este año, en febrero pasado, seguramente habría estado presente mañana en Posadas presenciando el homenaje a la figura misionera.

El artículo de Osvaldo Ricardo Orcasitas sobre «Finito» Gehrmann

 

El más grande de los deportistas de la tierra colorada está de cumpleaños este martes.
Ernesto Gehrmann celebra sus primeros 68 años junto a su familia y al pueblo misionero que lo idolatra.
Su vidriera en el básquetbol del país fue el Campeonato Argentino realizado en Mendoza en el año 1963. Ernesto Gehrmann concurrió como integrante de la Selección de Misiones. Un año antes, cuando la misma cita convocaba en la capital de su provincia, ya había sido preseleccionado. Pero, mientras se entrenaba, Finito sintió miedo (ya entonces existía el “miedo escénico” que popularizaría Valdano) y, para evadirse, se ocultó en los montes de Colonia General Alvear, muy cerca de Oberá, su ciudad natal.
En Mendoza ya había superado el trauma. Entonces impresionaba su altura: 2,06 metros. Después se quedaría en sus históricos 2,11. Cuando caminaba por las calles era toda una atracción. “¡Oigan! ¿Y a éste para qué lo tienen?”, preguntó ironizando un lugareño. Los misioneros contestaron haciendo gala de sus bondades turísticas: “¡Lo tenemos para pasarles el plumero a las Cataratas!”
Obviamente que sirvió para mucho más.
Tres años más tarde, nada más, el 12 de febrero de 1966, debutaba en la Selección Argentina. Fue contra Paraguay en Cosquín jugando el torneo “Confraternidad Americana”. Y sería campeón sudamericano en Mendoza 1966, con “Los Cóndores”,y Medellín 1976.
En 1978 cumplió su última temporada internacional e igualaría hasta ese momento el récord de permanencia en el equipo nacional -con doce años de trayectoria-, considerando el debut y la última vez. Lo tenían Rafael Lledó y Ricardo Alix. Pero Gehrmann hizo lo que nadie: dio el presente en cada temporada. Hoy, con 16 años, ese récord lo ostentan Carlos Raffaelli y Carlos Romano.
En su amplio abanico internacional se destaca su participación en seis Campeonatos Sudamericanos (desde 1966 hasta 1977), tres Juegos Panamericanos (1967, 1971 y 1975) y dos Mundiales (1967 y 1974).
Es el argentino más goleador de nuestra historia mundialista, al jugar 16 partidos y promediar 20,5 puntos. Fue el goleador (23,8 de media) del Sudamericano de Bogotá 1973.
Por su gran aporte, por ser un gigante que peleó contra todo el mundo, yo he escuchado decir al gran Beto Cabrera: “La Selección Nacional siempre se debe armar empezando por Gehrmann”. Y al Tola Cadillac referirse en el mismo sentido: “¡Que Fino no se muera nunca en la Selección!”.
De Tokio de Posadas se fue a Gimnasia y Esgrima La Plata y de allí recaló en el Palmeiras de San Pablo, Brasil. Volvió en 1976 al Lobo platense, siendo bicampeón de la Capital Federal en 1978 y 1979.
Después de haberse escondido aquella vez en los montes misioneros, le saqué la cuenta de todos los países donde pisó una cancha: ¡24!
Finito fue un grande. Y por sobre todas las cosas es un gran tipo.

Fuente: Webasketball por Osvaldo Ricardo Orcacitas – ORO.

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