Los Tekis: la vida es un carnaval… aunque llueva y haga frío

Con una concepción del ritual del carnaval bastante distante de la nuestra, para los pueblos del noroeste argentino esta ceremonia tiene profundas raíces que fusionan lo religioso con lo pagano. “En Jujuy los festejos comienzan con el desentierro de un pequeño muñeco que representa el diablo que todos llevamos dentro, pero no un diablo malo, sino uno que sólo piensa en la diversión, y lo sacamos durante el carnaval para que no se nos salga el resto del año”, aclaró Seba, la voz principal de Los Tekis…. Y la fiesta comenzó.
Una poderosa versión de “Humahuaqueño” (el famoso “carnavalito”) confirmó lo que se presagiaba, Los Tekis en vivo son un espectáculo digno de disfrutar. Su fusión de folklore andino con tintes rockeros los catapultó al olimpo del folklore nacional contemporáneo, y al famoso “erke, charango y bombo” le suman un arsenal de sikus, batería, bajo, teclados, percusión y viola, conformando una aplanadora que, además, cuenta con el respaldo visual de una puesta en escena descomunal.
Del poder andino a la fiesta urbana con «Arde la ciudad», uno de los nuevos himnos del rock nac&pop de La Mancha de Rolando. Después llegaría «Tierra» y una andanada de canciones de “Hijos de la Tierra”, su nuevo disco, para luego arremeter nuevamente con su homenaje al rock nacional (antes una muy festejada versión de “Tu sin mí”, de Dread Mar I) con “Siguiendo la luna”, “Pupilas”, “El himno del cucumelo” y “Yo tomo”. Cadillacs-Pericos-Las Manos-Bersuit. El altiplano más rockero que nunca. Para el final la explosión, literal, de millones de papelitos y bocanadas de fuego. Un despliegue escénico formidable y una perfomance musical a prueba de incendios. Los Tekis demostraron en Posadas que la mancuerna folklore y rock tiene mucho para dar.

Los auténticos Alonsitos
Antes de Los Tekis fue el turno de los correntinos, quienes demostraron su versatibilidad a la hora de fusionar la pachanga carnavalera con el chamamé tradicional. Así, con un set que comenzó a puro sapukay, Los Alonsitos, que al poderío de sus fuelles le sumaron el acordeón de Sergio Tarnowski y luego la voz de Raúl Mandagarán, fueron mutando el baile del público hacia una algarabía propia del carnaval. A mitad de camino entre Los decadentes y Tarragó Ros, los correntinos despertaron la pasión popular y demostraron que tantos años tocando les valieron el respeto y un cariño incondicional.
Antes aún, Fabián Meza, quien luego de recorrer tantas peñas cordobesas y del norte argentino se codea al tú por tú con los mayores exponentes del folklore nacional, hizo las veces de anfitrión de los jujeños y brindó un show corto, contundente y a la altura de las estrellas del cartel. Para el inicio y el final de la velada quedaron Kechum Vallejos y Los Mitá, que con su chamamé power son de esos pocos artistas que pueden subir a un escenario después de un show como el de Los Tekis.

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