Mañana llega el «Ogro» con una revelación: «Hace un año estuve a punto de jugar en Crucero»

Mañana llegará a la provincia el plantel de Estudiantes de San Luis con Cristian Fabbiani, ya recuperado del cáncer que le extierparon del gemelo de la pierna derecha.

El «Ogro» que volvió a jugar en las últimas dos fechas, ingresando en el segundo tiempo, será sin dudas la mayor atracción del «Pincha» puntano que el viernes a las 21 visitará a Guaraní en Villa Sarita.

Fabbiani llega por primera vez a Misiones a disputar un partido de fútbol con una revelación. «Hace un año estuve a punto de venir a jugar a Crucero del Norte, al final me terminé yendo a Bolivia», dijo ayer en el programa de radio Gol desde el vestuario, que se emite por LT4. De esta forma confirmó una versión que, en su momento, sonó con fuerza en Santa Inés pero siempre en forma «extraoficial».

El ex Lanús y River se refiere al comienzo del torneo de Transición 2015, que empezó hace un año y que el Colectivero encaró ya sin «Pinti» Alvarez en el equipo y buscando un reemplazante para el goleador paraguayo.

Al final, Crucero terminaría trayendo a los paraguayos Gabriel Avalos, Roberto Martínez Gamarra y Nico Martinez para cubrir ese rol. Entre Avalos y Martínez hicieron 10 goles decisivos para lograr el ascenso a Primera, mientras que Martínez Gamarra no tuvo muchas chances y terminó desvinculándose al final de ese torneo.

La carrera mediático y futbolística del «Ogro»

El «Ogro» Cristian Fabbiani es, quizás, el segundo jugador más reconocido -al menos desde lo mediático- en llegar a Villa Sarita desde que la Franja volvió a la «elite» del fútbol. El primero, claro, fue Juan Román Riquelme cuando vino con Argentinos Juniors.

La carrera de Fabbiani, quien actualmente tiene 32 años, comenzó en Lanús donde captó rápidamente la atención de muchos clubes, a pesar de que nunca fue un titular indiscutido.

Pasó al fútbol chileno (Palestino) y luego a Ucrania donde brilló en ambos eqiupos. Volvió a la Argentina para jugar en Newell´s donde alcanzó su mejor rendimiento. Desde ahí, el «Ogro» se convirtió en un jugador codiciado en el mercado de pases, por su gran habilidad a pesar de su tamaño y peso. En rigor, nunca fue 9, sino más bien un segunda punta. Con gestos técnicos de «papi fútbol», pisador de la pelota y capaz de dejar desairado a un rival en una baldosa.

En 2009 tenía casi todo arreglado con Vélez, un equipo como para pelear por todos los campeonatos, cuando decidió a último momento ir al River de «Pipo» Gorosito, un equipo en crisis.

Encontró, claro, la fama instantánea, su carisma le valió una suerte de idolatría efímera. Fabbiani, además, ya venía apareciendo en los programas de chimentos por su relación con Amalia Granata, con quien tuvo una hija, Uma.

Después de River, empezó su caída como jugador, pasó a un equipo de la segunda de México y luego volvió al país y recaló en All Boys, no le fue bien y pasó a Independiente Rivadavia de Mendoza, donde fue despedido a fines del 2013 por su sobrepeso y falta de disciplina.

Hace un año, a mediados de 2014, estaba a punto de arreglar con el Colectivero, pero al final fichó con un equipo ignoto de Bolivia, Sport Boys.

Dice que está cambiado, que tuvo que cambiar obligado por las circunstancias. La vida le dio una revancha, habrá que ver si todavía está a tiempo para tener también su segunda oportunidad en el fútbol. Condiciones le sobran.

MB

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