El consumo de yerbas compuestas, que mezclan hierbas con el tradicional producto madre de la región, ya representa más del 20 por ciento del total de yerbas del país. Desde la empresa líder en ese segmento, apuntan a dos nuevas líneas para seguir incrementando su participación en el mercado: las yerbas saborizadas y las funcionales. Destacan que mediante la introducción de productos novedosos se pretende sumar a nuevos consumidores, no a competir con opciones tradicionales ya establecidas.
La última gran novedad en el mercado de la yerba mate fue el lanzamiento al mercado de productos que mezclaban la tradicional infusión con hierbas serranas, a más de 35 años de ese hito, las yerbas compuestas se llevan más del 20 por ciento del consumo total del mercado interno. Desde la empresa CBSé, la pionera en ese campo, explicaron que el producto surgió de copiar una costumbre ancestral que se practicaba en Córdoba, la de ponerle yuyos al mate, y extenderla hacia otras latitudes.
Gustavo Redondo, gerente comercial de CBSé consideró que uno de los grandes méritos de la compañía fue haber desarrollado de cero un nicho de mercado que no existía y con ello, haber agrandado el negocio de la yerba mate, lo que trajo beneficios para toda la cuenca productiva.
La marca ahora apuesta fuerte a dos líneas de producto con las que confía darle otra “vuelta de tuerca” al mercado: las yerbas funcionales, que son aquellas que prometen algún tipo de efecto en el organismo, como adelgazar, energizar o aportar algún componente en particular a la dieta y las yerbas saborizadas, con gusto a frutas.
En relación a las primeras, Redondo destacó que son muy requeridas en mercados externos, en ese sentido destacó que el producto con propiedades adelgazantes ya es el más requerido de la marca en lugares como Bolivia, mientras que la yerba energizante tiene gran potencial entre los más jóvenes, incluso en aquellos que no son consumidores habituales de mate.
En cuanto a las saborizadas, indicó que tuvieron una muy buena recepción en el mercado interno, especialmente la de naranja, por ser el sabor más conocido. “Desde tiempos de la colonia existe la costumbre de mezclar yerba con cascara de naranja, así que el producto resultó familiar para buena parte de los consumidores”, dijo el directivo. Agregó que un caso particular se dio con la yerba con sabor a pomelo, que todavía no tuvo buena acogida por los consumidores, pero que en todas las pruebas tipo focus group que hizo la empresa, siempre resultó uno de los productos preferidos, por lo que estiman que en algún momento “prenderá”.
Redondo explicó que el consumo de yerbas compuestas está bien diferenciado por regiones. Dijo que la mitad de la demanda proviene de Buenos Aires, mientras que el NOA es donde este tipo de producto tiene la participación de mercado. En todos los casos, la mayoría de los consumidores son mujeres. En Misiones la demanda es más bien baja y las preferencias se inclinan por las yerbas fuertes.
Destacan el potencial de crecimiento comercial de nuevos tipos de yerba
