Modelos y nombres propios

La crisis causó dos nuevas muertes acusaba desde su tapa el gran diario argentino el 27 de junio de 2002. El día anterior, dos jóvenes militantes sociales habían sido prácticamente fusilados por la Policía bonaerense en medio de un piquete en el que se reclamaba fuentes de trabajo y alimentos para comedores escolares. Se llamaban Maximiliano Kosteki y Darío Santillán. La crisis, así, en abstracto, no tuvo nada que ver con sus muertes. Fueron los disparos de una fuerza de seguridad que obedecía a un poder político al que poco le importaban los reclamos populares. Gobernaba el interino Eduardo Duhalde, pero no era nada que no hubiese sucedido antes, durante el menemismo o el fugaz paso de De la Rúa en el poder, al que asumió con dos muertes en otra brutal represión a maestros en Corrientes y terminó con más de 30 asesinatos en la plaza de Mayo en medio de las protestas que terminaron en la huida del aburrido abogado cordobés. Era la respuesta de la política al reclamo de una parte de la sociedad que había quedado excluida, separada, despreciada por el sistema. La crisis no tenía la culpa, porque no existe más que como abstracción y su existencia depende de decisiones políticas que impactan en la economía y en el bolsillo de cada uno.
Esa abstracción oculta las decisiones políticas que terminaron en la muerte de Kosteki y Santillán y que acabaron también con la suplencia de Eduardo Duhalde. Si la culpa es de la crisis, la culpa es de nadie. Pero la crisis fue el epílogo de una larga lista de decisiones políticas tomadas por personas de carne y hueso, que como tales, no son abstractas.
Los orígenes se pueden encontrar en la lejana dictadura militar, que preparó el terreno para salvajes políticas de ajuste abonadas con la sangre de quienes se oponían. Ya allí aparece un nombre conocido: Domingo Cavallo, presidente del Banco Central e ideólogo de la estatización de la deuda externa privada. Con Alfonsín estalló la economía empujada por las corporaciones y con Menem en el poder, se completó la ecuación de ajuste con las privatizaciones, el desempleo y la pobreza por las nubes. Fernando De la Rúa fue apenas un apéndice de un modelo que multiplicó la deuda pública y que solo tenía como receta el ajuste para que cierren las cuentas. Duró lo que un suspiro y las esperanzas puestas en el «cambio» de la Alianza se desvanecieron en más de lo mismo.
La crisis no provocó la caída de De la Rúa y después la de Duhalde, sino que fueron sus decisiones políticas, que continuaron el neoliberalismo inaugurado por Carlos Menem, las que la generaron.
Durante los 90 se aplicaron las más salvajes políticas de ajuste y de entrega de los recursos del Estado. Pero detrás de ese modelo había nombres que se repiten y que todavía siguen vigentes. Mauricio Macri y su familia estuvieron entre los beneficiados con la licuación de la deuda privada y las privatizaciones.
En Misiones las políticas neoliberales encontraron un escenario ideal y el gobernador Ramón Puerta fue calificado como uno de los mejores alumnos por Cavallo. Su mano derecha era Humberto Schiavoni, quien fue ministro de Economía provincial, interventor del Banco de Misiones y presidente del Comité de Privatizaciones de Empresas Provinciales.
Durante los 90 Misiones malvendió los principales activos del Estado y en paralelo creció exponencialmente la deuda pública. Es decir, se achicó el Estado, pero a cada paso se debía más dinero.
En 1991 la deuda era de poco más de diez millones de dólares. A fines de 1999 era de mil millones, con una sustancial parte tomada en dólares, con casi un centenar de créditos tomados con la banca privada y organismos financieros. Misiones llegó a deber dos veces y media su presupuesto anual y recién ahora, después de arduas negociaciones y una fuerte política de desendeudamiento iniciada en 2003, la Provincia tendrá en 2016 una deuda pública que representará el diez por ciento de los recursos anuales.
Los nombres de Puerta y Schiavoni fueron claves en aquel esquema y son centrales para entender el escenario político actual. Puerta encabeza un sector de la oposición y quiere volver a ser diputado nacional. Schiavoni ahora juega otro partido y es el presidente del PRO de Mauricio Macri, pero también aspira para el mismo cargo, pese a que hace más de una década que se convirtió en funcionario porteño y no viene a la provincia más que para pasar algún fin de semana.
Aunque a priori compiten por el mismo cargo, en la práctica mantienen negociaciones abiertas para juntar a toda la oposición con la idea de derrotar a la Renovación en Misiones y al kirchnerismo en el país.
Es una cadena que conduce indefectiblemente al mismo destino. El PRO es socio del radicalismo que negocia con Puerta una gran alianza opositora en la que por primera vez el radicalismo admitiría ceder la candidatura a gobernador a Alex Ziegler, que ya cerró un acuerdo con Claudio Wipplinger, el joven empresario que comenzó a caminar la política de la mano de Puerta y Macri. Ambos comenzaron a mostrarse en público a la espera de que se definan los demás partidos. Es que ninguno de los dos juega fuerte en las Primarias, ya que no llevan ningún candidato presidencial en las boletas ni aspirantes a ocupar un lugar en el Congreso. Entonces, especulan con el paso del tiempo para que, más cerca de octubre, se terminen de acomodar los tantos, especialmente después de que se abran las urnas en agosto y se sepa cuántos votos reales puede conseguir cada uno de los pretendientes.
En el PRO anticipan que si logran imponerse en las primarias, sería “lógico” que sean ellos quienes encabecen la alianza opositora. El radicalismo espera lo mismo, pero con las cuatro listas en pugna, el resultado puede no ser
En última instancia, si la gran alianza no se termina de sellar, habrá dos corrientes opositoras que se nutren del mismo pensamiento: por un lado el PRO con sus aliados radicales y la posible incorporación de Ziegler y Wipplinger y por el otro lado, Puerta y el peronismo disidente.
La figura del ex gobernador es la más “despreciada” por los demás partidos de la oposición, pero la idea de que juntos pueden sumar lo suficiente es alentadora para olvidar viejas rencillas. “No descarto ninguna posibilidad. Es una buena noticia para la ciudadanía», dijo el presidente de la UCR, Hernán Damiani, sobre la posible alianza con Puerta, impensada otrora, posible ahora por el espanto ante una posible nueva derrota.
El radicalismo no cerró el acuerdo provincial con el PRO pero mantiene el compromiso de apoyar a Macri después de agosto en un implícito reconocimiento a las escasas posibilidades de que Ernesto Sanz llegue a superar las Primarias.
El propio Gustavo González, hasta hace unos días férreo defensor de su candidatura a gobernador, votada en las internas del año pasado, admitió la posibilidad de bajarse para ir a pelear la intendencia de Eldorado.
Wipplinger no descartó a Puerta dentro del frente, “si es lo que pide la mayoría”, para que conforme una de las listas y reveló que hay un sector del radicalismo que está negociando con el apostoleño.
Puerta devolvió gentilezas y sostuvo que la alianza opositora debe estar encabezada por el radicalismo que sacó más votos en las últimas elecciones.
Pero, pragmático y nostálgico de los años del bipartidismo, advierte que el resto debe ir a la cola para tener posibilidades serias.
Esta corriente de pensamiento permite contrastar los modelos ya no como una abstracción, sino con los protagonistas definidos. Puerta y Schiavoni fueron los responsables de una política de endeudamiento que dejó una pesada herencia en Misiones y que en paralelo, hizo crecer la pobreza y las desigualdades.
La pobreza llegó a alcanzar al 71,1 por ciento de las personas en la cúspide de un modelo de gestión que se inició en los 90. Hoy no supera el diez por ciento. La tasa de mortalidad infantil superaba los 32 por mil y ahora está por debajo del diez por ciento.
La concentración de tierras en los 90 produjo un enorme éxodo rural de las chacras hacia las ciudades porque la agricultura familiar era considerada “inviable” en comparación con el desarrollo de la forestación.
Hoy las chacras reverdecen y cuando se cumplen 20 años del nacimiento de las Ferias Francas, que están celebrando en Oberá, son miles de familias las que viven gracias al producto de la tierra.
Ningún cambio fue mágico. En el medio hubo una recuperación del Estado como rector del rumbo económico y social.
En Misiones la política tributaria que en los 90 no existía con la pretensión de generar un efecto derrame, se convirtió en una poderosa herramienta de gestión y transformación que se traduce en obras públicas, hospitales, viviendas, seguridad, cientos de escuelas y miles de chicos incorporados e incluidos en el sistema educativo.
Ese es el principal contraste de estas elecciones. Dos visiones políticas que se contraponen con nombre y apellido. “Si se juntan la Biblia con el calefón para ganarnos, no nos tenemos que preocupar nosotros, sino el pueblo de Misiones», advirtió el gobernador Maurice Closs ante el panorama opositor.
“Por unos candidatos que hasta hace un tiempo hablaban mal el uno del otro y ahora se juntan, el resultado va a ser malo», adelantó, al mismo tiempo en que consideró que «»no van a ganar las elecciones».
«Los proyectos se pueden juntar en base a modelo de país y modelo de provincia. Además hay una cosa que no están acertados. El error pasa por pensar que el misionero está disconforme con el Gobierno y la política de la Renovación y eso yo hoy no lo noto en la calle, en absoluto. En la mayoría de las provincias que intentaron juntarse, la elección terminó 60 a 40» a favor de los candidatos del modelo.
Closs hace una lectura sencilla: nada garantiza que la unidad opositora sume automáticamente los votos de uno u otro candidato. Quizás los dirigentes acepten subirse a cualquier tren que convenga a sus intereses particulares, pero no necesariamente la sociedad acompañará en el mismo sentido.
Sin ir más lejos, en el radicalismo, presidido por Hernán Damiani -ahora de licencia- brotó el descontento al saber que se iba a postular como candidato a diputado nacional y los jóvenes armaron una lista paralela para competirle.
Aunque pierdan contra el veterano dirigente, es seguro que no soportarían una alianza que incluya a Puerta y encima tener que trabajar para el PRO. No saldrán a inflar los globos amarillos.
Es difícil de comprender el raro laberinto de las negociaciones opositoras. Wipplinger y Ziegler pactaron caminar juntos. Quieren sumar al radical González, que admite a Puerta, a quien rechaza Wipplinger y esperan por Cacho Bárbaro que desdeña un acuerdo con Ziegler.
La experiencia permite visualizar los efectos de las políticas aplicadas en uno y otro tiempo. Y es evidente que la forma de entender el rol del Estado sigue intacta para algunos sectores.
El electo gobernador de Mendoza, en el marco de la alianza entre el radicalismo y el PRO, Alfredo Cornejo anunció que “habrá que ajustar el gasto público” pero al mismo tiempo sostiene que hay que volver a tomar deuda “cuando cambie la situación de la Argentina”, ya que “el crédito internacional está barato para el resto del mundo”.
En Buenos Aires uno de los candidatos a diputado del Parlasur por el PRO es Fabián Rodríguez Simón, procesado por violentos desalojos de indigentes de las calles porteñas. Rodríguez Simón tuvo que salir a asegurar que no busca la protección de los fueros que podría obtener si resulta electo para integrar ese organismo regional.
Ajuste, deudas y represión. La ecuación del radicalismo y el PRO. Nada nuevo.
Los datos de Misiones también permiten confrontar, por ejemplo, la gestión PRO de Macri.
La ciudad de Buenos Aires triplicó la deuda pública en los últimos ocho años. Pasó de 574 millones de dólares a 1794 millones de dólares.
Misiones debía en 1999, 913 millones de dólares y ahora redujo la deuda a 394 millones. La Ciudad de Buenos Aires, con un presupuesto exorbitante, construyó apenas 50 nuevas escuelas durante el Gobierno PRO.
En Misiones, con menos de la mitad de habitantes que la capital federal, se crearon cerca de 800 y el número se actualiza día a día.
La continuidad está clara en la candidatura de Hugo Passalacqua y Oscar Herrera Ahuad. «Mi compromiso es educación y más educación», dijo el viernes el vicegobernador en un acto en Campo Grande, junto a miles de docentes.
«En el aula se decide el futuro de Misiones, desde ahí vamos a hacer mucho. Les pido no solamente que nos acompañen sino que nos empujen, la energía es de ustedes, nosotros estamos al servicio de ustedes. Si ustedes no nos empujan, que son el futuro estaremos complicados como sociedad. Lo que se viene se juega en la cancha de ustedes que es el aula», remarcó.
La misma línea de pensamiento puede apreciarse en Buenos Aires. El gobernador Daniel Scioli, inauguró una escuela cada tres días. Macri, una cada 51.
El candidato presidencial del Frente para la Victoria tiene claro que la fortaleza que tiene en las encuestas tiene el sello de las transformaciones de los últimos doce años, con las presidencias de Néstor y Cristina Kirchner.
Con su impronta, promete sostener el modelo «incentivando el círculo virtuoso del mercado interno, a través de herramientas como la asignación por hijo y la distribución del ingreso».
Pero también se comprometió ante unos 1.500 empresarios a duplicar el PBI en los próximos diez años, crear un Banco de Desarrollo y dar «previsibilidad para invertir».
Scioli prometió construir «100 mil viviendas por año» y sostuvo que «la Argentina tiene que estar en obra pública en forma permanente, adecuar nuestros caminos, nuestros puentes y cada vez dar más protagonismo a los emprendimientos».
Para Macri, la preocupación central es pagar la deuda a los Fondos Buitre.
“Esa es la posición de Mauricio Macri. Cuando querés priorizar el pago de la deuda terminas perjudicando a los más débiles, bajando los salarios, perjudicando a la educación. Pero es la idea de este espacio y es bueno que lo digan con claridad. Hay que decir que se va a pagar a los Fondos Buitres, pero habrá que bajar la jubilación, los salarios públicos, bajar partidas en educación y salud pública”, consideró Adolfo Safrán, ministro de Economía de Misiones.
Safrán dijo no entender “cuál es el compromiso que tienen estos sectores con los fondos Buitres. Los mercados le siguen atendiendo a la Argentina, prestando recursos, más allá del conflicto que hay con los Fondos Buitres”, aseguró.
Quizás la mejor imagen para entender el contraste sea el de los rostros curtidos de los miles de productores concentrados en Oberá en el 20 aniversario de las Ferias Francas.
La iniciativa que nació durante la resistencia popular contra el neoliberalismo como método de subsistencia se transformó ahora en una forma de vida para cientos de productores.
En las 600 ferias francas que existen en el país circulan por quincena 300.000 consumidores que adquieren productos directamente de los agricultores familiares.
Una investigación del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y el Ministerio de Agricultura determinó que las verduras y hortalizas frescas que son comercializadas por estas vías cuestan entre un 20 y 77 por ciento menos que en los supermercados.
Al romper con el eslabón de concentración que presentan los grandes comercios, la mayor parte de las erogaciones de los consumidores va directamente a quienes producen los alimentos. En total, serían unos 600 millones de pesos por año que circulan por las ferias.
Hoy Misiones cuenta con 1.200 productores feriantes en 55 municipios y 85 puntos de ventas, consolidando un sistema económico social, de comercialización y reconocimiento a la mujer productora de la chacra misionera.
Eugenio Kasalaba, dirigente del Movimiento Agrario de Misiones (MAM), fue uno de los impulsores del fortalecimiento de la producción de alimentos en las chacras, buscando la diversificación para proveer al mercado local en pleno auge del neoliberalismo en la Argentina.
En esos momentos el 80 por ciento de los alimentos que se consumían en Misiones provenían de otras provincias, principalmente de Buenos Aires.
“Los 20 años de las Ferias Francas son un logro de todos los productores», señaló el dirigente agrario y destacó que resultó ser «un contramodelo de lo que nos querían ofrecer, que era que dependamos de afuera». Kasalaba fue uno de los luchadores de las Ligas Agrarias contra la dictadura, cuando comenzó a tomar forma el modelo neoliberal que hizo eclosión en los 90.
La rueda del tiempo permite dimensionar el impacto de las políticas. “El candidato del globito no vio una feria franca ni por foto«, ironizó el gobernador Maurice Closs quien ayer encabezó la ceremonia de apertura del tercer encuentro de feriantes en Oberá.

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