Pamela Pilawa es de Suiza, hace cinco años cuando tenía 16 años hizo el intercambio educativo en Chile, y volvió a su país siendo designada voluntaria de la organización Youth for Understanding (YFU) Suiza. Actualmente se encuentra en Posadas donde recorre los colegios secundarios promocionando el programa para los jóvenes que quieran vivir experiencias en su país. Habla un español fluído y dice que le gusta mucho Misiones por su naturaleza y porque «la gente es muy abierta». En los próximos días recorrerá localidades del interior.
Pamela Pilawa. (Audio Misiones on Line).
Pamela vino a la Argentina en agosto pasado, vivió 5 meses en Buenos Aires trabajando en la sede de YFU y desde enero viaja por las delegaciones en todo el país para la formación en esas sedes, y esta semana estuvo en Posadas para capacitar un grupo más grande para apoyo y difusión, relacionándose con la gente que le interesa el intercambio. Dentro de un mes vuelve a Suiza, donde la organización enviará otros pasantes para seguir la formación en esta parte del continente.
La motivación de viajar por el mundo
Pamela tiene 21 años y aprendió rápido el castellano. “De hecho el intercambio sirve para aprender el idioma, porque confrontando todos los días un idioma que no sabés te hace llegar a conocerlo, en el colegio sólo preparás las frases y ya está, en Chile aprendí el español pero con el acento chileno, acá aprendí con el acento argentino, en principio cuando llegué a Chile sabía ‘sí, gracias’, sabía algo de español antes porque había aprendido en el colegio, pero en el país es distinto, la gente habla rápido, la gente no espera que prepares tus frases, en un mes aprendí y cuando regresé a Suiza seguí practicando”.
La joven admitió que le gusta mucho conocer culturas, y más allá de aprender el idioma y conocer una cultura “es mucho aprendizaje para una misma, de repente no tenés la familia o los amigos cerca, te sentís sola, pero después obviamente creás lazos con la nueva familia anfitriona o con los amigos, pero se tiene mucho tiempo para pensar sobre una misma y lo que realmente quiero, yo venía de una familia que no se discutía mucho, era siempre el otro primero, vos respetuoso, si me decían algo o se quejaban de mí yo me tomaba muy a pecho y sufría un poco eso porque no tengo una personalidad tan fuerte”.
Contó que en Buenos Aires “·me tocó una familia muy expresiva, y ahí aprendí que tengo que abrirme y está bueno discutir, defender un poco las opiniones y eso me sirvió mucho, por haberme abierto después empecé a tener una relación muy buena con la familia anfitriona, justamente eso buscaba porque con el intercambio llegué a conocer más cosas y otras personas que te llevan a conocer más”.
Hace nueve días que está en Posadas y le encanta el lugar, “es muy encantador que haya selva, tierra roja que no conocía otro lado, y siempre la gente hace lugar, si hubiese venido sola no sé, pero estando en esa organización vine y fui recibida, me relacioné con los voluntarios y creé buenas amistades, y eso es lo que me gusta acá, la gente es bien abierta”.
El costo para el intercambio
El tiempo del intercambio es de medio año a un año. El costo total sin beca es de 10 mil dólares para Europa, Australia o Nueva Zelanda, y 6 mil dólares para dentro de Latinoamérica, se paga en pesos en cuotas todo el año. Cubre el traslado desde el domicilio hasta la casa anfitriona en el país que se elija, y con el vuelo abierto si no le gusta y quiera volver, o si le gusta alargar un mes. Si no se adapta con la familia anfitriona, está la posibilidad de cambiar a otra.
Pamela no sabe decir si se va a quedar en Suiza con su familia, o en algún país de América Latina, no está pensando echar raíces por aquí, “me abrió mucho los ojos que Argentina es muy distinta a Chile y eso que están al lado”, pero le gustó relacionarse con familias chilenas, “son experiencias distintas”, dijo.
(ampliaremos con video)
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