¿Cuáles son las claves para entender el riesgo defensivo del estilo Martino?

El técnico del seleccionado asume el protagonismo como algo natural; con Colombia en el horizonte, la obligación del equipo será no repetir las equivocaciones que provocaron cierta tensión.

Entre el papel defensivo y la búsqueda ofensiva, el técnico del seleccionado asume la palabra «riesgo» como algo natural de su propuesta. Una y otra vez sus gritos en las prácticas en el complejo Alpina, donde la selección se entrena arrinconada entre la ruta 5 y las montañas, son una afirmación de principios. «Presión alta y colectiva». «Jugadores en campo rival y recuperación en la menor cantidad de tiempo posible».

Los jugadores comulgan con la propuesta, pero saben que para encarar los cuartos de final, nada menos que ante un rival exigente como Colombia, deben hacerlo sobre una base de sustentación homogénea y un funcionamiento defensivo estable.

Las conversaciones internas entre los futbolistas y el cuerpo técnico han coincidido en un punto: que fueron superiores a los tres rivales del Grupo B, Paraguay, Uruguay y Jamaica, pero que los tres, aún llegando poco, desnudaron errores en el retroceso. A pesar de haber logrado el objetivo de finalizar primera en su zona, la selección tiene ante Colombia -y así lo siente- la obligación de no cometer equivocaciones en ese sector del equipo en el que un paso en falso puede marcar la diferencia entre seguir o marcharse. ¿Qué pretende el entrenador? Un repaso de sus conceptos.

Defender con la pelota

La posesión es el principal sostén de la seguridad argentina. Con ella en su poder y lejos del arco propio, la estrategia de Martino se siente cómoda. Ahora bien, ¿qué sucede cuándo eso no funciona? O cuando el resto físico no responde ante la demanda de movilidad y presión constante. La explicación de Javier Mascherano sirve para entender lo que puede llegar a pasar ante los colombianos. «El fútbol se trata de saber qué requiere cada situación. No es fácil cuando vos vas, vas y te encontrás con dos líneas de cinco. Siempre crear es mucho más difícil que destruir. Cuando creás y cada intento falla, te puede bajonear. Pero hay que tener paciencia y la convicción de jugar así aunque cueste… Quizá debamos replegarnos de una mejor manera. Tenemos jugadores para hacerlo bien. Y si los últimos 10 o 15 minutos queremos salir de contra, también podemos», explica con sinceridad el jugador de Barcelona.

Posición de salida

Con Romero en posesión de la pelota, los centrales Garay y Otamendi se ubican bien abiertos, con Mascherano y Biglia como salidas interiores, pero con los laterales Zabaleta y Rojo mucho más abiertos, pegados a la línea de los costados y prácticamente en la mitad de la cancha. De los laterales, el Tata necesita determinación para ir hacia adelante, y no hay problemas si la jugada demanda que vayan los dos al mismo tiempo. Deben ser facilitadores de descarga y generadores de centros o envíos profundos para los de arriba.

Posición a resguardo

Los del fondo deben acompañar el ataque estando cerca de los volantes. La premisa es conformar líneas cortas para presionar y recuperar. Y cuanto más lejos del área de Romero mejor, pues en esta Argentina del Tata el arquero casi que debe cumplir una función de líbero. El rival también juega y tiene capacidades. Y por lo visto hasta ahora, a la Argentina sus oponentes la esperaron para encontrar espacios de contraataque. Se presume que Colombia tomaría una posición similar, algo que Martino espera contrarrestar con una espera escalonada de los centrales en el medio, y en la que resulta clave el retroceso rápido de los laterales y, en el que caso de ser necesario, las coberturas de Mascherano y de Biglia.

El mano a mano

Una vez que el oponente superó la presión alta, la propuesta argentina expone a los futbolistas con vocación defensiva a ser eficaces en el uno a uno. Hay jugadores como Mascherano que están acostumbrados por su rol en Barcelona, pero otros juegan dentro de otros planteos en sus clubes. Firmes y escalonados cubriendo las zonas. Ante rivales de mayor jerarquía no se podrá fallar, especialmente ante un rival como Colombia, que en el compromiso del viernes en Viña del Mar propondrá salida rápida con Cuadrado y James Rodríguez por los costados, y con Teo Gutiérrez y Falcao como atacantes netos.

Juego aéreo

Para Martino, el consolidado defensivo deberá mostrar presencia, seguridad y contundencia en la marca, y especialmente sin caer en la tendencia de cometer faltas cerca del área. Un aspecto en el que la Argentina suele pasar sobresaltos (se lo vio ante los tres rivales de la primera etapa de la Copa) y tiene cinco jugadores para defender la pelota alta del rival (los dos centrales, más Rojo, Pastore y Mascherano; al que se sumará el resto con otras obligaciones). Agruparse ante los envíos que se le propongan, no distraerse y ganar en los duelos altos son las premisas.

Más allá de la tarea inicial en los días previos a los partidos -fortalecer física y mentalmente al plantel-, Martino y sus colaboradores saben que la última línea debe alcanzar una eficacia suficiente como para avanzar lo más lejos posible en suelo chileno, la gran obsesión.

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