Un camión con una carga valuada en más de un millón de pesos y que traía langostinos, salmón rosado en trozos, salmones enteros, surtido de mariscos, filetes de lenguado, abadejo, entre otras variedades de pescados, fue interdictado en las últimas horas en uno de los controles fiscales de la Dirección General de Rentas de Misiones (DGR), porque no tenía documentación respaldatoria de lo transportado, entre otras irregularidades.
En la insólita boleta que traía el camión, se consignaba como destinatarios: “Señores de Misiones”, no tenía ninguna otra precisión, domicilio o algo que lo vincule con los comercios que tienen en venta estos productos. También decía que la carga era de 7.966 kilogramos, cuando la balanza fiscal determinó que la carga era de 15.860 kilos de surtido de mariscos, salmón rosado en trozos y enteros, langostino, filetes de lenguado y abadejo, entre otras especies. O sea que, el o los remitentes –también desconocidos- intentaron evadir 7.894 kilos de estos costosos y selectos productos.
“No es la primera vez que la DGR retiene camiones con estos productos que intentan ingresar al mercado misionero, totalmente en negro, evadiendo al fisco en detrimento de la sociedad”, señalaron los inspectores que estaban al frente del operativo. Tras lo cual, recordaron que “retuvimos otras tantas cargas similares pero que solo subvaluaban lo transportado, en las semanas previas a la última Semana Santa”.
Esta vez el camión traía productos por más de un millón de pesos, no tenía destinatario ni remitente. El remito inválido estaba dirigido a “señores de Misiones” y el chofer se limitó sólo a señalar lo mismo, sin agregar nada más a esta otra interdicción que realizó la DGR.
Según informaron desde el organismo fiscal, aún no se acercó nadie demostrando fehacientemente responsabilidad en lo transportado. “Sólo un par de porteños que intentaron hacer uso del tráfico de influencias, queriendo hacer creer que la carga es parte de los programas nacionales, pero salieron por donde entraron, porque es sabido que estos productos no van a los sectores populares. Son los inescrupulosos que buscan evadir o evitar el pago de impuestos y que los traen para supermercados de ciudades importantes y restaurantes de zonas turísticas incluso de países limítrofes”, dejaron trascender.
