Paran los gremios opositores y el Gobierno califica la medida de fuerza como «política»

El jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, volvió a insistir en la «necesidad de diálogo y negociación» con los sectores sindicales opositores que convocaron al paro para este martes, que afectará el servicio de transporte público, la recolección de basura y el expendio de nafta, entre otras actividades, medida a la que calificó como de «características políticas».

«Nunca se deja de tener diálogo, porque el Ministerio de Trabajo no ceja en eso y cada vez que uno puede colaborar, colabora de la mejor manera que pueda», dijo el jefe de ministros en su habitual rueda de prensa minutos antes de ingresar a la Casa de Gobierno, al exhortar al diálogo a los gremios que dispusieron la huelga.

«No es posible hacerle entender a algunos dirigentes que las herramientas legales están todas en este país. Entonces se hace una medida de fuerza que tiene más características políticas que otra cosa», explicó el funcionario.

Fernández agregó que en lugar de una medida de fuerza «lo que habría que hacer es sentarse a una mesa grande y discutir hasta que las velas no ardan y encontrar una salida a este problema».

«Y la salida se hace conversando, discutiendo, buscando y buscando, para ver de qué forma le encontramos la vuelta», añadió y puso como ejemplos las paritarias de los gremios bancario y aceitero, que llegaron a un acuerdo tras largas negociaciones.
Por su parte, el ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo, cuestionó la medida de fuerza al afirmar que se trata de «un despropósito».

En declaraciones a la prensa, el ministro ya había considerado en estos días como «un despropósito» a la medida «frente a un gobierno que ha tenido políticas públicas en relación al transporte como ningún otro gobierno”.

El paro de 24 horas de este martes afectará el servicio de transporte público, la recolección de basura y el expendio de nafta, entre otras actividades.

La huelga, que surgió de la Confederación de Trabajadores del Transporte (CATT) para luego ser avalada por la CGT Azopardo, de Hugo Moyano, y la CGT Azul y Blanca, de Luis Barrionuevo, además del apoyo de la CTA opositora, de Pablo Micheli, contará además con el respaldo de distintas agrupaciones de izquierda que cortarán distintas rutas en el interior del país y varios de los accesos a la Capital Federal.

El paro se sentirá debido a la adhesión del servicio de colectivos y de ómnibus de media y larga distancia, en tanto que en los ferrocarriles, aunque no adhiere la Unión Ferroviaria, será decisivo el acatamiento de los maquinistas de La Fraternidad y de los señaleros.

En cuanto a los servicios aéreos, apoyan la medida los aeronavegantes y el personal técnico aeronáutico y, en el caso de los subtes, si bien los Metrodelegados no adhieren al paro, el acatamiento de la UTA sí afectará el servicio.

La huelga también también afectará las actividades relacionadas con los camioneros como la recolección de la basura, la distribución de combustible, el reparto de alimentos y el clearing bancario.

Además, pararán los empleados de las estaciones de servicio, agrupados en un gremio barrionuevista, y la actividad portuaria también se verá afectada por la Adhesión de la Federación Marítima y Portuaria.

Por otra parte, funcionarán con normalidad bancos, supermercados, comercios en general y empresas metalmecánicas, gremios que en su mayoría ya alcanzaron acuerdos paritarios.

En tanto, el gremio de taxistas que conduce Omar Viviani tampoco adherirá a la medida de fuerza.

En el Estado, no se sumarán los empleados de la administración pública afiliados a UPCN, pero sí pararán las dependencias donde predomina un gremio opositor como ATE.

En este marco, a pesar del pedido de no realizar cortes de rutas ni piquetes, la izquierda cortará la Panamericana, la avenida Gaona a la altura del Hospital Posadas, el Puente La Noria y el Puente Pueyrredón, distintos puntos del interior bonaerense y de todo el país. Télam.

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