Esa es la historia que tiene como protagonista a Maximiliano Peña, futbolista de Liniers de Bahía Blanca. El haber viajado a Formosa para enfrentar a River le valió quedarse fuera de la panadería que lo tenía contratado. «Mi jefe me dijo que si iba, contrataba a otro en mi lugar», esbozó el joven. Para colmo, además de la derrota, su entrenador dispuso que no esté ni en el banco.
Cuando Liniers de Bahía Blanca se enteró que iba a enfrentar a River, una mezcla de sensaciones invadió al plantel del «Chivo». Una de ellas, sin dudas, era de alegría. Más allá de la diferencia de jerarquía, este humilde elenco del Federal B tenía la chance de poder medirse con el último campeón de la Copa Sudamericana.
Sin embargo, para Maximiliano Peña no fue nada de esto. Su elección de viajar a Formosa para enfrentar al «MIllonario» por la Copa Argentina le valió quedarse sin empleo. «Siempre los viajes eran de uno o dos días, pero como éste era de cuatro, mi jefe me dijo que era imposible que me banquen. Me dijo que si viajaba tomaba a otra persona, pero este viaje era el viaje de mi vida, yo no sé si se va a volver a repetir», explicó el joven futbolista.
«Trabajaba en una panadería de Bahía Blanca, hasta una semana antes del partido. Cuando pedí el permiso para ir, me despidieron. Yo hacía las facturas. Entraba a las 6 y me iba 14.30. De ahí, me dirigía al club a entrenar», agregó a su relato.
Y, como si fuese poco quedar desempleado, ‘Maxi’ no jugó, ya que quedó fuera del banco de suplentes. Peña no recibe ningún ingreso por parte de Liniers y vive junto a su pareja, por lo que recalcó que ahora deberá buscar un nuevo trabajo para mantenerse. «Espero volver y con toda esta repercusión que se armó mi jefe me dé la posibilidad de volver a trabajar. Yo quiero volver, más que nada por necesidad», explicó, de manera apesadumbrada.
