“La Consagración de la primavera”, del escándalo al éxito en 100 años

Cuando el 29 de mayo de 1913 el público del Théâtre des Champs-Élysées de París observó los primeros minutos de “La Consagración de la Primavera” estalló, y no en aplausos tal como acostumbraba ante cada presentación de los Ballets Rusos del empresario Diaghilev. Tanto música disonante y polirítmica de Igor Stravinski, como la coreografía de Vaslav Nijinsky –enfrentada con los postulados clásicos del ballet, estuvieron muy adelantados a su tiempo y motivaron uno de los motines más recordados del arte global. Así, Nijinsky y Stravinski sentaron las bases de la danza contemporánea (el coreógrafo) y de la música transgresora del siglo pasado (en el caso del compositor). Desde los Beatles a Pink Floyd, todo el rock irreverente compuesto en la historia le debe una cuota de rebeldía y desobediencia al gran Igor.

En entrevista radial previa a su presentación de este sábado, Oscar Araiz, una de las figuras más renombradas de la coreografía nacional y mundial, se refirió a esta puesta en escena tildándola de “Una obra clásica y fundamental para comprender lo que es la cultura de los siglos XX y XXI y fue montada el año pasado junto al Grupo de Danza de la Universidad Nacional de San Martín –UNSAM– con motivo de los 100 años de su estreno, que por cierto fue muy escandaloso y conflictivo”, recalca Araiz. “ Fue una revolución, casi como un recital de rock a inicios del siglo XX. Un gran atrevimiento tanto de Stravinski, que con esa obra creó un ícono de la música contemporánea del siglo XX, sin pasar por alto la coreografía de Ninjinski, que transgredió todos los formalismos académicos”.

Cuando lo primitivo se vuelve moderno
Para Araiz, el abordaje de esta obra arrancó con un estudio antropológico sobre el primitivismo, “que es el espíritu que impregna musicalmente la obra. Me parece importante apreciarla desde esos temas tan atávicos que todos llevamos dentro, como el sexo, la guerra, la siembra, el sacrificio, la muerte, que son cosas que suceden cotidianamente. En lo que respecta a lo musical, Araiz recalcó que “uno de los grandes hallazgos de Stravinski fue la superposición de sistemas rítmicos y melódicos, y en “La consagración” se perciben esas superposiciones. Hay instrumentos que están tocando con un compás y otros con otros. Las melodías se superponen, como una poliritmina”, aunque aclaró que si bien implica una gran sensibilidad artística, no es necesario ser muy académico para sentirse atraído y conmovido por esta música.

Doble programa
Previo a la puesta principal, Grupo de Danza de la Universidad Nacional de San Martín presentará Pleyade, una obra con música de Frank Martin y que, al igual que “La consagración…” cuneta con coreografía de Oscar Araiz y vestuario de Renata Schusshein. “Pléyades” que con música de Frank Martin, pertenece a “Estrella”, un tríptico con una profunda mirada hacia el cielo. “Este es uno de los cuadros y no tiene un argumento ni personajes, son atmósferas en las que prima un espíritu heroico, hay momentos que son casi guerreros y otros con cierto lirismo y sensibilidad. Es algo un tanto difícil de describir, es más para observar y sentir y, como siempre, es el observador el que pone su interpretación, su sello y estado anímico. De eso se trata el juego con el espectador”.

“La consagración de la primavera” y “Pléyades” podrán ser disfrutadas este sábado 6 a partir de las 21 Hs. Los tickets de ubicación se entregarán dos horas antes de la función (19 Hs.).

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