Estremecedor testimonio: Por primera vez habla el sobreviviente de la masacre en Crucero del Norte


Las muertes de Yamila Marczewski y Romina Szidloski significaron un antes y un después en la manera de entender la violencia de género en la provincia, pero significaron también un cambio en la metodología de asistencia. Se creó a partir de ese hecho, la Dirección de Asuntos de Familia y Género que realiza un seguimiento de los casos desde que son denunciados hasta que llegan a una medida judicial. A Romina y a Yamila las mataron un miércoles 17 de octubre a media mañana, en pleno centro, a plena luz del día. La impunidad de la que se valió Juan Benitez, autor de las muertes, ex pareja de Yamila, fue la misma de la que se valió en las incontables denuncias que tenía en su contra. Esa mañana en la sede del club Crucero del Norte en calles Catamarca y Colón, Romina y Yamila estaban como cada jornada, junto a Gastón Monges, su compañero de trabajo, de risas y salidas y el último que las vio con vida. Hoy, en una entrevista exclusiva habla por primera vez de aquel día, como un homenaje a sus amigas. #NiUnaMenos

_ Cómo siguió tu vida después de esa experiencia

_ Muy complicada. Siento que no recuerdo mi vida antes de aquel 17 de octubre. Llegás a perder algo tan básico como la felicidad. Te cuesta levantarte a la mañana, estoy todo el tiempo buscando un incentivo que te ayude a seguir adelante. Eso fue cambiando con el tiempo ya no trabajo más en el mismo lugar, y no creo que vuelva porque lo veo como cerrar un capitulo. Cuando me levanto a la mañana es lo primero de lo que me acuerdo y lo último antes de dormir. Dejé de tener pesadillas, para mí fue importante pero las imágenes no se borran, cualquier hecho de violencia  me lleva a ese día.

 

_ ¿A Romina y Yamila las conocías hace mucho tiempo?

_ A Romina iba a ser casi un año. Prácticamente vivíamos juntos, trabajamos todo el día, a la noche salíamos a correr y después a cenar, eso de lunes a sábado, y el domingo a la cancha. Estábamos todo el día juntos.

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_ Con Yamila era diferente

_ Yamila era más cerrada, pero uno después entiende el porqué, ella traía todo su problema encima. Temblaba con el celular en la mano, lloraba, y por lo que me contaba llevaba una vida difícil, muchas veces la encontré llorando y cuando miro su celular tenía 16 llamadas perdidas, 20 mensajes de texto de ese tipo. Nosotros sabíamos por lo que pasaba Yamila, yo la acompañé muchas veces a hacer la denuncia, de hecho tengo en el celular un video en donde ella está trabajando, lavando la vereda y el tipo parado al lado, y él tenía una orden de restricción, no se podía acercar a ella. Él iba todos los días a la oficina pasaba todos los días por ahí, sea sábado o feriado siempre pasaba, a veces subía con la moto a la vereda para que lo viéramos. El día anterior a que mate a las chicas se llegó a sacar el casco y le hizo a Romina un gesto con el dedo índice por el cuello como que la iba a matar.

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_ Las chicas tenían miedo de que él entrara y les hiciera algo?

_ El vino una vez a la oficina a pedir trabajo, habló con un compañero, y cuando Romina lo ve, me pregunta quien era y sube a la oficina donde estaba y se escuchaban gritos y él se va. Romina siempre me decía que no le tenía miedo, pero jamás imaginó lo que iba a pasar. Incluso me amenazó a mí, porque una mañana Yamila se puso a tomar mate conmigo en la oficina y él le mandó un mensaje preguntándole por qué estaba conmigo. No sé donde se escondía pero la perseguía todo el tiempo.

_ ¿Es cierto que le envió un mensaje de texto diciéndole que no iba a llegar al día de la madre?

_ Sí, a las dos. Les puso que disfruten de estos días porque ninguna llega al día de la madre. Esos mensajes se los mostraron a la policía también.

Una de las veces que Yamila fue a hacer la denuncia, la policía le dijo, pero él solo te amenazó, nosotros no podemos hacer nada porque no te hizo nada

Gastón habla con los ojos llenos de lágrimas, pero se repone. Recuerda que por muchas semanas no pudo dormir, que se pasaba mirando videos por las noches y con el primer rayo de sol salía a correr. Tampoco comía. Recibió asistencia psicológica, pero ayudó mucho vivir los primeros meses en Alem, con la familia de Romina. Es de Puerto Rico, pero no quiere volver, prefiere quedarse en Posadas y recibirse.

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_ ¿Y de esa mañana qué te acordás?

_ Todo. Estábamos solo nosotros tres, Romina, Yamila y yo. Ese día nosotros estábamos organizando la fiesta de inicio de temporada del club que era en noviembre, y entre charla y charla con Romina yo le dije que le iba a compartir la foto de la fiesta del año pasado para que viera como era, y fue lo último que le pasé a las 09:45 marcó mi celular y ahí entra él (Juan Benitez) a la oficina. Romina le dice, Yamila no está acá adentro te pido por favor que te retires. Él estaba parado frente a ella sin el arma en la mano y le pregunta por Yamila, y en un momento, le pregunta por el jefe de seguridad del club y Romina se empieza a poner nerviosa y se agarraba el pecho porque le empezaba a faltar el aire, tenía miedo y él me mira a mí y me ve con el celular en la mano, me pregunta dos o tres veces si voy a llamar a la policía, y en eso intento levantarme y él saca el arma y le dice a Romina, así que vos no me tenías miedo. Yo escucho que detrás en otra parte de la oficina estaba escondida Yamila estaba llorando bajito, yo no sé si él la escuchó. Le dice a Romina de nuevo así que vos no me tenías miedo, mirá lo que tengo, y después sin decir nada más le dispara en el corazón. Lo último que dice Romina es… ay no… se agarra el pecho y me mira. Yo pensaba que el disparo fue para la pared, no me dí cuenta, la miraba a ella y miraba a la pared y cuando él le dispara, Yamila comienza a llorar más fuerte. Él me mira a mí, se sonrié y la va a buscar a Yamila, y yo le grito Yamila corré. Fue todo en un segundo pero para mí fue eterno, nunca sentí miedo, pero pensé ahora me toca a mí, lo único que pedía era que fuera rápido y que no me duela. Cuando él se va, le dije a Romina voy a llamar a la policía, ella solo me mira. Cuando estoy por salir escucho que la encontró a Yamila y ella gritó de una forma que ni en una película de terror escuchás esos gritos.

Cuando Gastón sale de la oficina, se encuentra con un empleado de un local lindante que le pregunta qué pasaba adentro, él en estado de shock le dijo que había un hombre disparando, y cuando quiere ingresar de nuevo a la oficina la ve a Romina intentando pararse, pero ya no lo dejaron entrar. A Yamila la vio viva, saliendo en brazos de un policía, lloraba, y aun con dos disparos en la cabeza se pudo parar para buscar ayuda.

Hasta el día de hoy, yo no me veo como un sobreviviente ni nada, y lo cuento como si fuese en tercera persona, lo niego todo el tiempo. Uno nunca supera una experiencia así. Nosotros éramos los tres felices, el fin de semana anterior salimos a brindar porque nos estaba yendo bien

Yamila y Romina iban a viajar a Corrientes a pasar el día de la madre, era una sorpresa para la mamá de Romina, pero Juan Benitez lo sabía porque le sacó el teléfono a Yamila para revisar sus mensajes y llamadas, eso, quizás apuró su decisión de matarlas.

_  Vos, que viviste esta experiencia, ¿qué pensás que hace falta para proteger a las víctimas y que no se llegue a un femicidio?

_ Hace falta reforzar la tarea de protección. Me acuerdo que una de las veces que Yamila fue a hacer la denuncia, la policía le dijo, pero él solo te amenazó, nosotros no podemos hacer nada porque no te hizo nada. Para ellos son solo amenazas, dichos, pero de la amenaza a la muerte hay un solo paso. Yamila muchas veces incluso se bloqueaba, no sabía que contarle a la policía. Estaba muy manipulada y decía que era culpa de ella. Romina muchas veces cuando la policía iba a la casa de Yamila les decía quedense, porque él en cualquier momento va a aparecer.

Hoy voy a ir a la marcha por ellas, siempre la visito a Romina en el cementerio, a las dos, pero cuando voy a Alem, siento que las dos están ahí no solo Romina, me pasó eso en el velorio de Romina, si bien Yamila estaba internada yo sabía que ese era el final de las dos. Se querían, se protegían y se fueron juntas.

J.M EP

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