Denuncian que Arauco Argentina obliga a trabajadores a recibir alimentos “en mal estado”

La “mejora continua hacia los trabajadores” de la compañía multinacional chilena Arauco, ex Alto Paraná SA en Argentina, parece ser cada vez más un relato de una “película de ficción” que una práctica de un programa de Responsabilidad Social Empresaria Corporativa (RSEC).

 

Desde hace casi un mes que los trabajadores nucleados en el Sindicato de Obreros y Empleados de la Industria de Celulosa, Papel y Cartón de la localidad de Wanda, en Misiones,  iniciaron medidas de fuerza y protestas frente a “graves reclamos de insalubridad laboral” relacionada a las condiciones inadecuadas de la comida que sirven en las plantas industriales de la compañía. Según explicaron, por medio de la gestión integrada, contemplan el servicio de empresas tercerizadas con una Cocina Centralizada ubicada en el ingreso de la Planta de Celulosa en Puerto Esperanza, desde donde se provee del alimento diario a los operarios, incluso el servicio gastronómico se extiende en algunos casos hasta las distintas unidades de producción, tanto en la localidad de Puerto Libertad como Puerto Piray.

 

Desde la compañía sostienen que cuentan con todas las condiciones indispensables para garantizar un servicio de alta calidad, higiene y salubridad, con capacidad para elaborar hasta 1.500 raciones diarias, para asegurar que «cada menú responda a los gustos alimenticios regionales, pero además cubra todas las necesidades de calorías, vitaminas, minerales, etc., que los trabajadores requieren, tanto para un mejor desempeño como para un desarrollo más saludable», fundamentaron oportunamente desde la ex Alto Paraná.

 

Sin embargo en Esperanza «la alimentación es insuficiente y poco variada, además que no sirven en buen estado y no responden a los valores nutricionales que necesita el personal de la industria”, indicaron desde el SOEP. Denunciaron además que “a pesar de las presiones que día a día despliega Arauco Argentina contra los trabajadores que se desempeñan en la planta, hacemos saber que continuamos las gestiones y reclamos para que se nos asegure a los trabajadores de todos los sectores y niveles la ración diaria de comida en cantidad suficiente y condiciones de calidad, variedad y con valor nutricional adecuado”.
Advirtieron desde el sindicato que continuarán con medidas de protesta “hasta que se nos respete este derecho básico, establecido por ley de insalubridad laboral. Entre las medidas adoptadas, se encuentra la negativa de los trabajadores de recibir los alimentos, que, como muchos han experimentado, muchas veces se encuentran en mal estado”, afirmaron.
Por otra parte, explicaron que rechazan también la decisión adoptada por la empresa proveedora consistente en no suministrar al personal la bebida en botella tal como fue siempre: “esto constituye una evidente e inadmisible represalia por los insistentes reclamos que entre todos venimos desarrollando”, señalaron en el comunicado que compartieron con el personal nucleado en el SOEP.

 

Tensión laboral diaria

 

En este contexto laboral, de reclamo de mejoras de las condiciones alimenticias para el personal de Arauco Argentina,  existiría un clima de tensión diario en la planta industrial de Puerto Esperanza. “La medida adoptada por la empresa en orden a revisar nuestras pertenencias al ingreso para evitar que ingresemos con nuestros alimentos está destinada a desactivar las medidas de protesta. A esto, se suma las presiones y amenazas personales que los cuadros jerárquicos de la empresa despliegan diariamente contra los trabajadores que se han plegado a las medidas apuntadas”, denuncian desde el Sindicato.
Frente a la grave situación planteada, adoptaron medidas de acción gremial entre todos los trabajadores con la finalidad de lograr que la empresa modifique su “inaceptable conducta y comience a proporcionarnos alimentación nutritiva, en buen estado, de calidad y en cantidad suficiente tal como por derecho nos corresponde”, remarcaron.

 

“El Sindicato Papelero está luchando por todos los trabajadores de la planta para que mejoren la calidad de los alimento que recibimos a diario, estamos denunciando a la empresa por tener dentro de la fábrica un comedor, cuando por Ley de Insalubridad vigente en la provincia, no corresponde. Además, nos oponemos a seguir recibiendo los alimento en mal estado, estamos en plena lucha, por eso nos estamos manifestando frente del comedor dentro de la empresa Arauco”, dijo Adolfo Villalba, vocal titular del SOEP. «Estamos en plena lucha, estuvimos con quite de colaboración, y continuaremos con las medidas de protesta hasta que esta situación se revierta”, aseveró Villalba.

 

Las imágenes de los alimentos fueron publicadas en el Facebook del vocal del SOEP, quien sostiene que responden a las condiciones que sirven la alimentación en el comedor de Esperanza.

 

Testimonio de un ex cocinero: “La política de Arauco es coartar el ejercicio de la profesión por ajustar costos”

 

Silvio González es Maestro de Cocina matriculado. En la actualidad impulsa su propio emprendimiento gastronómico frente a la terminal de Wanda, tras haber intentado desarrollarse durante dos en la ex Alto Paraná SA. En diálogo con ArgentinaForestal.com relató su propia experiencia en ejercicio en la cocina de la compañía y ratificó que la práctica de aquellos años se mantiene hoy, con lo denunciado por el SOEP.

“A mí me despidieron en 2008. Y fui despedido por la empresa por haberme negado a cocinar un menú de papas con carne al horno, ya que la mercadería no contaba con las condiciones de sanidad adecuada, las papas ya tenían moho y en el traslado de la carne no habían respetado la cadena de frío”, recordó.

 

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“Esta compañía multinacional tiene la política de querer coartar el trabajo profesional de los cocineros imponiendo materia prima de mala calidad y bajo contenido nutricional, pero facturan millones”, cuestionó. “Lo único que les importa es que el menú responda al menor precio, a bajar costo, a que se ajusten los números. Los arreglos siempre los directivos lo hacen con el retorno a la cúpula de la empresa contratista del servicio de cocina. Así se manejan en el país”, opinó González.

 

En la compañía, el Maestro de Cocina fue contratado en dos períodos, durante 2006 y 2008, por las contratistas Arcat (Posadas) y Empresa Central Restaurantes (Capital Federal).  “En Alto Paraná siempre el servicio de cocina se contrataba por medio de una licitación de convocatoria de empresas para tercerizar el servicio de catering, según se establece por ley nacional. El sistema de trabajo habitual era presentar en forma semanal el menú para su aprobación a Recursos Humanos. La compra de la materia prima la realizaba, por ejemplo, la Central de Restaurantes en Buenos Aires, y la mercadería se trasladaba hasta Misiones. Muchas veces no llegaban en las condiciones óptimas, porque no se respetaba la cadena de frío en el caso de las carnes o de la mercadería congelada. Y después, por ejemplo, con esa mercadería había que elaborar el menú y trasladar además el catering a los comedores de las otras plantas industriales. Allí comenzaban las tensiones, no se trataba solo de números, no podíamos arreglarnos con eso. También pasaba que por los costos, del menú solicitado –que contemplaba los valores nutricionales adecuados y demás- nos abastecían solo el 50% de todo lo pedido y con eso pretendían que nos ajustemos. Los directivos solo consideraban los costos, pasando por encima de la profesión, intentando obligarme como profesional a no hacer las cosas bien”, manifestó con clara indignación González en la entrevista.

 

“En esta empresa creen que pueden pisotear tu matrícula porque te pagan un sueldo, lo único que les interesaba era que los números le cierren, no les importaba los trabajadores, ni su estado nutricional, ni las calorías, ni las porciones diarias, ni nada de eso. Todo esto lo sufrí durante dos años, siempre discutía con los directivos que como profesional no podía hacer lo que pedían, y que debían controlar desde Alto Paraná a las empresas contratistas del servicio de cocina, si realmente tenían interés en hacer bien las cosas”, dijo el ex cocinero.

 

“Pero nunca me escucharon, ya que tenían una política opresiva hacia la profesión de una persona capacitada. Yo soy Maestro de Cocina recibido, y lo que ellos hacen va en desmedro de la profesión de quien sabe y tiene conocimiento de la manipulación de alimentos. Y finalmente, por eso me despidieron, por negarme  a hacer un menú con mercadería que no estaba en las condiciones adecuadas para la alimentación. En eso, estaba en juego mi matrícula profesional, pero me negué a hacerlo y me despidieron. Es más, una frase que no me olvido que decían los directivos ante mis planteos fue: “Vos cociná como te pedimos y se lo mandás a los negros”, recordó González.

 

Para el profesional la búsqueda de la compañía de reducir costos es el factor que perjudica principalmente a los trabajadores. Sumado a la distancia de traslado de los alimentos, ya que asegura “que en la zona no compran nada, todo lo traen de afuera, con los riesgos que esto implica. Hay que hacer muchos controles y entender que si se perdió la mercadería porque en el traslado no se respetó la cadena de frío o se afectó la mercadería seca, eso es pérdida, así de simple. No pretender coartar la profesión del cocinero y obligarlo a ir contra su formación, conocimiento y ética profesional avalada por una matrícula para la cual nos hemos especializado”, concluyó González.

 

 

Por Patricia Escobar, ArgentinaForestal.com

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