«Esta gente no tiene nada que ver», afirmó Betros, el narco confeso

Se realiza hoy la última jornada del juicio a los 13 imputados de la llamada banda de narcopenitenciarios. En la mañana se realizaron las replicas y las últimas palabras de los acusados. El tribunal dictará sentencia a las 14 horas. Desde la Fiscalía piden penas de entre 4 y 15 años para la llamada banda de narcopenitenciarios.

La jornada comenzó minutos antes de las 9 de la mañana, con la réplica de la fiscal la doctora Vivian Barboza quien remarcó que la fiscalía realizó un análisis global de la causa por la complejidad que esta conlleva. apreció que es una causa muy grave porque involucra a personal de fuerzas de seguridad nacionales y requiere de un análisis integral.

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Emar Tévez hablando con su defensor

Sobre la postura de la defensa de Juan Betros, el narco confeso  la Fiscal explicó que él confeso “el hecho como propio, no le dimos valor solo a la declaración de Betros, sino que valoramos las pruebas y los dichos de Betros, por eso el grado de participación que le corresponde”. Aclaró que ellos solo se abocaron al análisis de las pruebas, sin ningún tipo de interés fuera del jurídico.

Explicó que ellos encontraron vínculos en la comunicación éntrela familia Samudio, Vargas y Betros, esta vinculación se da en las comunicaciones telefónicas, los viajes y el uso de vehículos. que según la fiscalía supera la relación familiar. En base a “un análisis general de la relación entre Betros y la familia Samudio y la integridad de las pruebas se comprobó la vinculación, la relación y la función que cada uno tenía en esta organización” dijo la fiscal.

Ratificó que para la parte acusadora se trata de una banda organizada. Que no podían actuar desconociendo lo que se transportaba en la carga incautada por Gendarmería Nacional. Indicó que el chofer del camión del Servicio Penitenciario Federal (SPF), Emar Tévez tenía conocimiento de lo que debía transportar. La familia Samudio “debían haber integrado esta banda por el nivel de organización que presentaban”.

En cuanto a la situación de los otros acusados, explicó que todos los imputados por la fiscalía eran parte de la organización y tenían conocimiento de los hechos que estaban cometiendo. que si bien había participes secundarios en el hecho, sabían lo que se estaba transportando.

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Los imputados durante la jornada de hoy

Luego fue el turno de las duplicas a cargo de las diferentes defensas.

En ella la defensora de Juan Betros explicó que su defendido reconoció que “él iba a transportar estupefacientes, pero no se ha probado que el sea el vértice de una organización. Él se comunicó con Vargas pidiéndoles que se haga una mudanza de electrónica y muebles en cajas cerradas. Vargas no podría saber que se transportaba “.

Insistió en que Betros no podía dirigir una organización y que no se puede hablar de una coautoría donde todos sabían lo que estaban transportando. Para ello se “necesita probar un acuerdo previo entre los intervinientes para probar que hubo una organización. No hubo una organización dirigida por Betros y hubo solo un transporte de estupefacientes” concluyo la defensora.

La defensora oficial a cargo de la defensa de Hernán Vargas, Darío, Javier, Aníbal y Virginia Samudio volvió a plantear el uso de la comunicación entre integrantes de la misma familia como una prueba. Planteó que la Fiscalía no identificó fehacientemente la titularidad de los equipos desde donde se presume se realizaron las llamadas.

La defensa del chofer Emar Tévez ratificó que “era imposible que Tévez supiera que se llevaba en la carga, en cajas cerradas”. Además indicó que actuaba bajo órdenes de sus superiores y que su situación por ende era igual a la de Briñocoli el acompañante. Algo que fue acompañado por el defensor de este penitenciario.

En tanto el defensor del camionero Julio Otto Schwarz planteó la falta de uso de los datos del GPS del camión de su defendido para probar si el realizó el traslado de las cajas de San Ignacio a Eldorado. Además planteó que el allanamiento a la propiedad donde estaba el camión se hizo de forma ilegal basados en datos de testigos que no se pueden identificar ni volver a llamar.

Luego de un cuarto intermedio de 20 minutos los acusados tuvieron lugar a sus últimas palabras, donde varios de los imputados aprovecharon para contar su visión de los hechos.

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El primero en hablar fue Juan Betros, quien ratificó que “esta gente es inocente”. Explicó que él es único responsable por la carga transportada y que “nadie podía saber lo que había en esas cajas cerradas y selladas”.

Pidió disculpas a todos los imputados por haberles causado tantos problemas ratificando que “la culpabilidad es mía”. Indicó que la transporto desde San Ignacio a la droga. Pidió que los integrantes del SPF “lleven el uniforme con orgullo, porque son dignos de él”.

También pidió seguir alojado en la Unidad 17, porque desde allí está reconstruyendo su vida junto a Virginia Samudio.

Antes de terminar volvió a denunciar que “faltan cuatro cajas, que son 600 kilos de droga, que fueron robadas por Gendarmería Nacional, son aproximadamente 1200 dosis, que fueron robadas y debieron ser vendidas a los pibes de las escuelas misioneras, porque esta gente no tiene la capacidad de transportarla a otro lugar”.

Luego  fue el turno del penitenciario retirado Hernán Vargas, quien consideró que a veces la “justicia del hombre se equivoca”. Afirmó que “yo pedí la mudanza para Betros, como un favor. No sabía que transportaba, creía que eran muebles y electrónica. Le pedí a Vallejos un favor creyendo en Betros, no se podía saber que había en las cajas”.

Hablo de que él usaba un teléfono con dos chips y que de ellos uno estaba a su nombre y el otro a nombre de su padre. Consideró impropio que la acusación se base solo en el uso de los teléfonos, porque “con Betros hablaba seguido por ser mi compadre y amigo, pero no tuve 57 charlas con Vallejos ni 200 con Tévez”.

También denuncio la falta de las cuatro cajas. Así como que “no sabría llegar a ese galpón en Eldorado”.

Luego fue el turno de hablar del jefe de la sección Suministros de la prisión de Devoto, Buenos Aires, Armando Hipólito Vallejos. Quien explicó que el cumplía funciones de personal Superior en la SPF, en la parte de administración, no al de control o de operaciones. Que se realizan habitualmente infinidad de mudanzas al personal en actividad o retirados de la fuerza por una cuestión de respeto entre pares.

Reconoció que el día del operativo, Tévez se comunicó con el dos veces, la primera informándole del control y la segunda de que querían abrir la caja del camión. Que allí el habló con un oficial de Gendarmería. Luego de eso “pedí venir inmediatamente a Misiones a presentarse a aclarar la situación. Mis superiores no me dejaron, hasta que llegó el pedido de la Justicia”.

Explicó como conclusión que “los que piden las mudanzas son responsables de lo que se transporta”.

En tanto el ayudante principal de la División Suministros, Emar Favián Tévez indicó que “Nosotros no tenemos nada que ver en esto. Me piden hacer una mudanza, mis superiores. Yo no hago más que cumplir órdenes, solo obedecí a mi Jefe, no sabía que traía en esas cajas”.

“Yo quiero decir que no tengo nada qu ver con esto, es ilógico lo que piden, por lo que se nos acusa. Nos quieren encerrar por un hecho de narcotráfico y faltan cuatro cajas y nadie investiga eso” dijo el chofer. Aclaró que “estuvimos en un calabozo, no vimos el procedimiento y las declaraciones de los propios Gendarmes se contradicen”.

“Yo pase a ser una basura del SPF, mi hijo que es oficial de Servicio del SPF ahora debe vivir con esta mancha imborrable” dijo muy dolido el hombre. Que concluyo diciendo “a mí me dieron una orden de mover el camión y ahora yo soy el culpable de esto”.

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Cuando llegó su turno Julio Otto Schwarz planteó que “la fiscal dice que me dedicaba a traer narcotráfico con un camión que no es mío, ese camión tiene un sistema de GPS. Yo no podía desconectar el GPS”. Consideró que eso no fue tomado como prueba para saber donde viajo el camión y en qué día. Afirmó que “se le entregaron todas las planillas del servicio del GPS a Gendarmería y ahora nadie sabe donde están”, pidiendo que se las tome como prueba y no solo los usos de los teléfonos.

Indicó que “para ser camionero hay que estar 16 a 20 horas en el camión y los fines de semana los tenía para descansar con mi esposa y mis padres. No tengo tiempo para delinquir, no me interesa, hace 16 años soy camionero. No pertenezco a ninguna organización. No tiene lógica el pedido de la Fiscal”.

En tanto el ayudante de cuarta de la misma repartición, Sergio Daniel Briñóccoli hablo de que los contactos que figuran en su teléfono están por buena fe, porque le pasaron en el trabajo. Cómo el de cientos “que me pasaron en el trabajo. Eso no significa que sabía lo que hacían las personas”.

En tanto la madre del camionero Schwarz, María Estela Montiel agradeció a la defensa por su trabajo y explicó que “mi esposo le permitía guardar el camión a mi hijo en mi casa, porque sino le robaban las cosas. A mí no me consta que mi hijo haga esto, si cargaron el camión en mi casa, debió ser el viernes por la mañana, porque era el único momento que no estábamos con mi esposo, después yo estaba en la casa”.

Indicó que “ese viernes él (su hijo) estaba viajando en su camión y eso se puede corroborar con el GPS. Yo no puedo acusar a nadie porque no vimos nada” dijo concluyendo la mujer.

Los imputados Sandro Salazar, Darío, Javier, Aníbal y Virginia Samudios y Emilio Betros no hicieron uso de la última palabra.

La presidenta del tribunal explicó que “nos manejamos en base a las pruebas concretas  presentadas por las partes y la instrucción y aplicaremos el derecho como corresponde” cerrando así el caso hasta el momento de la sentencia. Que se espera sea emitida a las 14 horas de hoy.

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