Un confuso episodio se originó esta madrugada en Puerto Iguazú. Un hombre brasileño conocido como Everaldo había conocido a un joven de Puerto Esperanza y entre trago va y trago viene se hicieron amigos. Luego de que Francisco le pidiera a su nuevo compañero que lo acercara hasta su casa no era más que una excusa para robarle la moto. De hecho lo logró pero a las pocas horas fue capturado por la policía.
Muchas veces se dice que el famoso cuento del día tiene muchas variables pero pocos se imaginan que un acercamiento en el boliche entre dos hombres puede traer algo extraño. Everaldo de 27 años había concurrido a un local bailable de la zona centro de Iguazú y allí conoció a un nuevo compañero de tragos. Se trata de Francisco (30) quien le pidió a la salida a su amigo de ocasión que lo llevara a su casa, tal vez con la promesa que en ese lugar algo más para beber podría conseguir.
Con los riesgos del caso y siendo un desconocido, Everaldo aceptó y trasladaba a su nuevo compañero en motocicleta de 600 cilindradas pero cuando transitaba por calle Jangaderos y Formosa de Iguazú, el desconocido le propinó un golpe y tras dejarlo reducido se quedó con el biciclo.
A esa altura ya era un robo y el descontento porque su nuevo amigo no era tal pasó a tener preocupaciones mayores. Everaldo, que estaba de paso por el lugar ya que es oriundo de la localidad de Toledo, Estado de Paraná, Brasil alcanzó a hacer la denuncia en una comisaría y rápidamente los efectivos tomaron cartas en el asunto.
Tras montarse un amplio operativo con distintas fuerzas de seguridad, cerca de las 6, efectivos de Gendarmería en un control cerca del Lago Uruguai demoraron al joven que se había llevado la moto de Everaldo.
Por el hecho, Francisco (30) oriundo de Puerto Esperanza fue detenido y puesto a disposición del Juzgado de Instrucción de turno en Iguazú.
