Los inspectores en los puestos de control fiscal de la Dirección General de Rentas detectaron el ingreso de miles de kilos de carne a Misiones con documentación apócrifa, subvaluada, remitos sólo con domicilios postales de supuestos centros de venta en Buenos Aires y Oberá que querían comercializarla aquí, desde la zona centro.
Caminos alternativos para evadir los puestos de control fiscal, datos fiscales de personas no inscriptas en ninguna actividad, documentación trucha, declaración de una mercadería pero en realidad se transporta otra y ahora puntos de ventas que solo son casillas postales, son algunos de los modus operandi que usan aquellos que viven de la evasión, de la trampa y de actividades comerciales de dudosa transparencia.
Así en los últimos meses, se detectó intentos de evasión al fisco en gran escala con soja, porotos, alpiste, harinas, aceites, bebidas varias, ropas calzados, vehículos, pescados y ahora también con carne. La práctica se hizo evidente cuando se reformuló el sistema de vigilancia en los puestos de control fiscal que tiene la DGR en los ingresos y egresos de Misiones. La profesionalización de los inspectores redunda en beneficio a las arcas misioneras, porque mejoró significativamente la recaudación.
Esta semana, aparecieron los camiones con reses de carne vacuna. Con documentación invalida, por lo cual los inspectores cruzaron información con inscripciones en otras provincias y ahí surgió el alerta de otro modus operandi de evasión al fisco. Mientras por la carne se pagan sumas importantes, un grupo de empresarios de la zona Centro habría negreado varios camiones intentando beneficiarse con crédito fiscal inexistente.
Ante la evidencia de la maniobra ilegal, rápidamente mostraron la documentación original donde la evasión era evidente en el pesaje, ilegalidad documental y puestos de ventas inexistentes que son solo una casilla postal.
En un solo camión, los inspectores detectaron 20 mil kilos de productos cárnicos, algo así como 370 mil pesos de evasión al fisco. El intento de evasión, significaría aproximadamente 1.500.000 de pesos en negro para quienes lo realizan, mientras el consumidor final paga en promedio 70 pesos por cada kilo.
El vehículo quedó interdictado y la maniobra fue denunciada para profundizar la investigación en una de las áreas de menor transparencia tal como lo es la venta de carne en reses provenientes de otras provincias.
