“No tengo la expectativa de que todos se conviertan en matemáticos, pero sí de que la matemática por lo menos esté incluida en el menú”, dijo alguna vez en una entrevista el periodista y doctor en ciencias matemáticas, Adrián Paenza, que el año pasado recibió el premio Leelavati, de la Unión Matemática Internacional, por su destacada labor como divulgador matemático. Esa contribución apasionada por adentrarnos en una materia que genera temores y resistencia, lo trajo a la tierra colorada a la que vino para grabar la novena temporada de su programa, “Alterados por Pi”, que se emite por el Canal Encuentro y que incluye anécdotas, entrevistados, humor (aunque cueste hacer la relación humor – matemática) y resolución de problemas. Paenza acerca historias que tienen a la matemática como protagonista y ofrece un panorama distinto sobre la disciplina, como él mismo lo describe, más humano, divertido y cercano a la vida cotidiana.
Alterados por Pi se grabará en las Reducciones de San Ignacio, el Parque Temático de la Cruz de Santa Ana y el teatro de Prosa del Centro del Conocimiento.
Antes de comenzar con las grabaciones, analizó el cambio de época, lo nuevos paradigmas del docente y la manera en la que el país “comenzó a ser pensado”.
“El objetivo es socializar el conocimiento. No está bien que lo tenga un grupo privilegiado de personas, gente que tiene tabletas, celulares, TV. El país está en un momento de cambio que es difícil de ver porque está en gerundio, está sucediendo. Ojalá todos puedan dimensionar la distribución de cinco millones de netbooks, es una herramienta absolutamente inclusiva, es socializar el conocimiento y hacerlos participar a los chicos de lo que sucede en el mundo”.
Paenza entiende que la escuela requiere hoy de cambios para resultar más atractiva al interés de jóvenes que reciben múltiples canales de información: “Cualquier docente antes de comunicar algo debe preguntarse por qué cuenta lo que cuenta, qué problema resuelve. Los chicos rechazan lo que les cuentan de matemáticas porque es un síntoma de salud, como cualquiera que rechaza algo que no entiende, es muy aburrido, un chico está obligado a sentarse y escuchar que le digan cómo resuelve un problema que no tiene. Un adulto no tolera eso”.
_ ¿Qué debe hacer el docente para despertar interés por las matemáticas?
_Lo que hay que preguntarle al docente es antes de comenzar su clase si sabe por qué enseña esto. Cuál es la conexión con la realidad, si demuestra que en algún momento lo que le enseña al chico le va a ser útil en algún lugar, entonces lo va a tener enganchado. Si les enseñara algo de
robótica como para jugar al fútbol con un robot o le enseñara como ganar una vida en un video juego, van a ver cómo los chicos van a prestar atención. En cambio si le contamos que los ángulos opuestos por el vértice son iguales… Es cierto, pero ningún chico se despierta un domingo a la mañana, mira el techo y reflexiona.. “Ahhh mirá vos los ángulos parecen opuestos por el
vértice, serán iguales?” (risas) No pasa eso. Si el docente viera que hay que
estudiar a Pitágoras tampoco no está mal, pero para todo hay un momento.
A la matemática hay que darle una segunda chance . Paenza entiende que el alumno no es el que tiene problemas de motivación, sino el adulto. Que todo niño nace con alguna curiosidad, el desafío es descubrirla. Y plantea que el asunto es, en lugar de enseñar un océano de temas, elegir cuatro o cinco y a lo mejor pasarse todo el año pensando en cómo resolver el problema entre todos. “La escuela tiene ganado un lugar en el paraíso por muchas razones”, sostuvo, aunque agregó que hoy la educación tiene muchos competidores, la tele, internet, entonces para mantenerse viva necesita otro tipo de preparación. “A la matemática hay que darle una segunda chance. Yo me siento parte de un grupo de gente que entiende que lo que estaba pasando está mal, que hay que mezclar y dar de nuevo, pero que haya un programa de tele que hable de la matemática ya es un cambio”.
“El país está empezando a ser pensado”
El matemático que también trabajó en política y deportes en el ejercicio del periodismo, se refirió al momento por el que atraviesa el país, las decisiones que se tomaron desde el Estado y el rumbo hacia dónde camina. “El país está empezando a ser pensado, que antes no sucedía, pensar un país no ocurría antes, decidir qué hacer con el dinero que no es infinito, de eso se trata, lo pongo acá, o allá, decido en qué invertir, de lo contrario va saliendo simplemente un país, y que haya gente que piense “tenemos que apostar a esto, o a lo otro”, yo lo celebro y no pensé vivir para verlo.
_ ¿Tiene miedo de que si cambia el gobierno, todo eso que mencionaba también cambie?
_ Por supuesto, pero creo que como parte de la sociedad lo que haría independientemente del color político es tener bien en claro lo que queremos para el país, para que eso no cambie aunque los gobiernos cambien, que sean políticas de Estado no modificables. Yo voté al gobierno de la Alianza, porque en su plataforma decía que se iban a destinar el 1 por ciento del Presupuesto para el área de Ciencia y Técnica. El secretario era Dante Caputo, y en una entrevista cuando ya había ganado la Alianza yo le digo, pero ustedes dijeron que se iba a destinar el 1 por ciento del Presupuesto, y me dijo: “Es mucha plata Paenza”. Entonces, el ejercicio es que los políticos digan qué van a cambiar y lo que no, para que la gente lo sepa de antemano. Hay que establecer prioridades y defenderlas, un ejercicio de cada uno como sociedad.
J.M
