Reflexión del pastor Decena: Felices los que lloran

Parece una paradoja de que sean dichosos o felices los que lloran, pero Jesús muestra que en realidad la felicidad está en la vida espiritual. Veremos qué nos dice la Palabra de Dios al respecto.

 

Mateo 5:4  Bienaventurados (felices) los que lloran, porque ellos recibirán consolación.

Jesús es nuestro modelo y lloró por tres motivos. Las personas más felices de la tierra van a llorar fundamentalmente por tres motivos:

  1. LLANTO POR LA CIUDAD.

El Señor se goza cuando un pecador se arrepiente, pero cuando se trata de sufrir  por los demás, lo hace por la falta de arrepentimiento, porque viven dañándose a sí mismos.

JESUS LLORÓ POR LA CIUDAD DE JERUSALEN:

Lucas 19:41  Y cuando llegó cerca de la ciudad, al verla, lloró sobre ella,

Lucas 19:42  diciendo: ¡Oh, si también tú conocieses, a lo menos en este tu …

Lucas 19:43  Porque vendrán días sobre ti, cuando tus enemigos te rodearán…

Lucas 19:44  y te derribarán a tierra, y a tus hijos dentro de ti, y no dejarán…

Lloró por la ciudad. Jesús no quería que sufrieran; Lloró por su presente y no por su pasado: “¡Oh, si también tú conocieses, a lo menos en este tu día, lo que es para tu paz!” ¡Él es tu paz!

Lloró por su falta de visión para el futuro: “Mas ahora está encubierto de tus ojos. 43-Porque vendrán días sobre ti, cuando tus enemigos te rodearán con vallado”. El mal que no veas no podrás evitarlo. Jesús no lloró por un mal inevitable, sino porque recibirían un mal del que Él vino a salvarles. Ese embarazo a destiempo, esa cárcel, ese accidente terrible; la vida está llena de cosas sorpresivas que no anticipamos. Momentos de dolor y sufrimiento que llegaron sin esperarlo. Jesús podría salvarnos de muchos males ¡Abre nuestros ojos Señor!

El día de visitación. Jerusalén no conoció el día de su visitación. ¿Puedes creerlo? Dios los visitó. Visitó Jerusalén y aun así la ciudad fue destruida. No fueron conscientes de Quién estaba entre ellos. Hoy estás siendo visitado! , ¿Puedes verlo? No te distraigas, abre bien los ojos espirituales.

 

  1. LLORÓ ANTE LA TUMBA DE LÁZARO: las lágrimas de la compasión.

Juan 11:33  Jesús entonces, al verla llorando, y a los judíos que la…

Juan 11:34  y dijo: ¿Dónde le pusisteis? Le dijeron: Señor, ven y ve.

Juan 11:35  Jesús lloró.

Juan 11:36  Dijeron entonces los judíos: Mirad cómo le amaba.

Juan 11:37  Y algunos de ellos dijeron: ¿No podía éste, que abrió los ojos…

Él se compadece de nosotros. Cuando Dios se conmueve pregunta por el lugar donde pusiste tu esperanza. Marta y María esperaban que Jesús llegara y sanara a Lázaro; después de todo, eran sus amigos.

Pero Jesús no llegó, al contrario, se tardó aún más. Así que la esperanza de Marta y de María terminó con la muerte de Lázaro. Por eso Jesús, al estremecerse y conmoverse preguntó: ¿dónde le pusisteis? ¿Dónde quedaron tus sueños? ¿Dónde enterraste tu esperanza? …Llévame, dice Dios, al sitio de tu dolor. Ábreme el corazón. Hay áreas interiores que no queremos abrir; dolores profundos que no queremos recordar. Entonces llega Jesús conmovido y te pide que lo lleves hasta allí,  para hacer resucitar lo que murió.

Cuando le dices: “ven y ve”, Él llora. Si te animas a mostrarle tu interior, la tumba de adentro, la parte que duele, la experiencia que huele mal, Él no retirará el rostro horrorizado; Él no te condenara; no, lo que Él hará, será llorar ,compartir tu dolor y ayudar.

No llora por el muerto, sino por los vivos. Cuando los judíos lo vieron llorar dijeron: “mirad cuanto lo amaba”;  Jesús se conmovió y lloró por los vivos; por los que tienen sus sueños rotos; por los defraudados que piensan que si la Presencia de Dios hubiera estado allí no les habría sucedido lo que les pasó.

Dice la Biblia que todos están vivos delante de Dios. Pero el Señor se entristece por la situación de tanta gente que sufre por ignorar sus leyes, las cuales fueron establecidas en su creación y no cambiarán.

 

  1. LLORÓ EN EL GETSEMANÍ: las lágrimas de la pasión.

Hebreos 5:7 “Y Cristo, en los días de su carne, ofreciendo ruegos…

Tomar la cruz cada día hace que se produzca un quebrantamiento interior, que nos lleva al llanto. Jesús dijo: “hágase tu voluntad y no la mía”  trae un quebrantamiento interior que se observó en nuestro Señor, y se observa en todo aquel que “muere” a la carne, al mundo y a los requerimientos del tentador. Vemos que hay un gemir del Espíritu Santo a través de la persona que quiere hacer la voluntad de Dios y no sabe cómo pedir:

Romanos 8:26.  Y de igual manera el Espíritu nos ayuda…

Estos gemidos surgen del Espíritu  y no cambia la felicidad de la persona, pues verá la respuesta de Dios y sentirá su poder. Sentirá la presencia del Señor en todo lo que hace. Se sentirá dichoso, bienaventurado, como dice la Palabra de Dios.

Que tengas una semana bendecida y de victoria!

Pastor Guillermo Decena, Centro Familiar Cristiano Eldorado.

Prédicas en vivo los miércoles y domingos 20 horas, a través de www.centrofamiliarcristanoweb.org

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