La caña de azúcar se ha convertido en una alternativa para diversificar la chacra

En los últimos años, el buen precio que se pagó por la caña de azúcar entusiasmó a muchos productores de la zona del Alto Uruguay a incorporar este cultivo en sus chacras. Es el caso de Hipólito Kurzniswki, productor de Mojón Grande, que trabajó toda la vida la tierra junto a su familia y su principal actividad fue el tabaco. La baja rentabilidad del tabaco, en comparación con la caña de azúcar, hizo que comience a reemplazar el cultivo.

??????????????????????“Toda mi vida planté y coseché tabaco, pero hace tres años comencé de nuevo con la caña de azúcar. El primer año me fue muy bien, tuve muy buenas ganancias. Pero el segundo bajó mucho por las condiciones del tiempo, ahí no ayudó el clima. El año pasado repuntó un poco en comparación al anterior, aunque no fue tan bueno como el primero”, relató Kurzniswki, quien anhela aumentar las hectáreas plantadas con caña.

Como tantos otros productores de la cuenca, Kurzniswki entregaba caña a la cooperativa azucarera, que fue fundada en 1961 y funcionó como tal hasta fines de la década del 90, a partir de entonces el Instituto de Fomento  Agropecuario e Industrial (IFAI) se hizo cargo de la administración del ingenio. Recordó que en esa época plantó caña, pero no era socio de la entidad. “En ese entonces me fue muy bien con mis cosechas, tenía 13 hectáreas de caña de azúcar. Después ya no me convenía más, y por motivos políticos dejé de plantar caña”, relató.

Hace tres años volvió a la actividad cañera, con la asistencia técnica y acompañamiento del  IFAI. En ese contexto, aclaró: “yo no quiero que me regalen nada, si yo pido un subsidio o algo de dinero para invertir en mi chacra, después voy a devolver. Hace poco pude comprar unas tierras que durante años estaba persiguiendo, pero el dueño no quería vender.Este año, vino y me dijo que se iba a ir a otro lado y quería vender su chacra. Entonces, fui con mi hijo a ver. Hicimos negocio rápido porque siempre quise ese lugar”.

Kurzniswkitiene de todo un poco en chacra, cultiva caña, tabaco, maíz, cría animales de granja y ahora quiere también comprar cabezas de ganado vacuno para seguir diversificando. “Se hace de todo para vivir mejor. Yo siempre planté tabaco, soy un hombre que no le escapa a ninguna cosecha, pero en los últimos años no se está pagando bien. Es más, este año me fue muy mal con la plantación del tabaco, aunque igual algo de plata va a entrar”, comentó.

Si bien, por el momento seguirá plantando tabaco, porque significa un ingreso para la economía hogareña entiende que no puede “confiar mucho en una sola plantación”. Aunque reconoció que dejaría el tabaco “si tuviera más tierras para plantar caña, que es más segura si se mantiene bien la tierra, hay que limpiar bien y el trabajo es más liviano. En cambio, el día a día del tabaco es muy cansador”.

Para Kurzniswki, en la actualidad “el único problema que veo es que no hay gente para cosechar la caña, porque es una plantación delicada. No se consigue gente para este trabajo, pero también tiene que ver con lo poco que se paga”. Sin embargo, tiene muy buenas expectativas porque el rinde por hectárea de su plantación es de 70 toneladas.

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