La historia comenzó en Estambul. Allí había un gato que no podía caminar. Estaba herido. Más de 14 millones de personas que viven en Estambul pasan junto a él cada día, pero ni una sola persona se detuvo para ayudarlo, excepto una niña.
Un día una niña de 7 años se detuvo junto al basurero, quiso hacer todo lo posible por salvar la vida del gato, lo tomó en brazos y lo llevó con su padre que es médico. Su cuerpo estaba totalmente lleno de heridas y pulgas, pero con un poco de atención y amor el gato hoy es otro. Mirá las imágenes.