Detectan red de explotadores sexuales que ofrece un servicio “delivery”

Gracias a la denuncia de una madre desesperada por la desaparición de su hija, efectivos de la Gendarmería Nacional lograron rescatar a la menor de tan solo 11 años, oriunda de San Vicente, hallada en la localidad de Jardín América, cuando salía de una vivienda donde estaba alojada. Se cree que la pequeña fue víctima de una red de tratantes que operaría en distintas localidades ofreciendo un servicio “delivery” para sus clientes.
El rescate se produjo en febrero pasado, luego de que la progenitora de la pequeña llegara a pedir ayuda a la GN en San Vicente. Ella contó que la nena había desaparecido de su casa sin dejar rastros y que pese a que había radicado la correspondiente denuncia no había tenido noticias.
La mujer se mostró desesperada, porque temía que la pequeña estuviera en manos de una red dedicada a la trata de personas. Entonces, luego de poner al tanto de la situación al juzgado Federal de Oberá, empezaron una investigación, que todavía continúa, pero que arrojaría novedades de un momento a otro.
Gendarmería obtuvo el dato de que la menor podría estar en Jardín América por lo que se montó un operativo y lograron encontrarla. Se realizó un seguimiento y por la noche rescataron a la pequeña.
La pequeña declaró a las autoridades que estaba siendo explotada sexualmente desde el primer día que fue raptada y que mediante engaños lograron convencerla para trasladarse desde su ciudad de origen hasta Jardín América.
Un dato alarmante es que la chiquita contó que entre 15 y 20 niñas habrían pasado por el mismo calvario.
Apenas trascendió el rescate, los responsables de haberla raptado desaparecieron. Sin embargo, los investigadores pudieron averiguar detalles de la modalidad implementada por los criminales: los explotadores trabajan con la modalidad “delivery”, es decir, que ofrecen a las víctimas, acuerdan un punto de encuentro con el cliente y entregan a las niñas.
Operan con movilidad constante
Fuentes cercanas a la investigación indicaron que no es tarea sencilla ubicar a los explotadores porque operarían haciendo uso de una movilidad constante.
No tienen una “base” fija, sino que apenas logran captar a una víctima, contactan al cliente, siempre residente en otra localidad, y la entregan.
Los sospechosos que están en carpeta desaparecieron de San Vicente sin dejar rastros apenas trascendió el rescate de la nena de once años.
Fue tal el hermetismo con el que trabajaron los gendarmes, que recién esta semana se conocieron detalles del operativo y de que la investigación sigue abierta.

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