Guaraní jugará pasado mañana en Formosa un partido histórico. Enfrentará desde las 21 a Arsenal de Sarandí por los 32avos de final de la Copa Argentina. Lo hace en medio de un dilema.
¿Darle prioridad a este torneo que le puede dar prestigio y una rápida forma de enfrentar a rivales grandes como Arsenal o eventualmente Banfield o Boca si pasa un par de cruces? ¿Descuidar el frente en el torneo de la B Nacional y aumentar las chances de perder la categoría?
El partido ante los de Sarandí llega justo en una semana complicada donde Guarani deberá jugar el domingo en Tandil ante Santamarina, con un viaje de 1500 kilómetros en el medio.
Una verdadera pena, porque la Copa Argentina es a Guaraní lo que la Libertadores a un equipo grande de Argentina. ¿Por qué? Porque por primera vez en 30 años enfrentará, en un partido oficial, a un equipo de Primera División, algo que no sucedía desde 1985, su última participación en un torneo Nacional.
Formato con grandes posibilidades
Porque el formato de la Copa Argentina da más posibilidades a los equipos chicos. El sistema de eliminación directa a un partido en cancha neutral, sin alargue y con definición por penales le da mas chances al chico que enfrenta al grande (que a veces si se ve obligado a poner en segundo plano este torneo). Basta con mirar a Huracán, equipo que estaba en la B Nacional igual que la Franja y que llegó a jugar la Copa Libertadores hasta hace poco, o ganarle la Supercopa Argentina a River, todo por haber ganado la Copa Argentina. El equipo de Parque Patricios fue campeón ganando muy pocos partidos en el tiempo regular. Se necesitan pasar 6 cruces para ganar la Copa Argentina: 32avos; 16avos; 8avos; cuartos, semifinal y final.
¿Banfield y Boca?
Si Guaraní le gana a Arsenal jugará con Banfield, y si llegara a superar al equipo de Almeyda podría enfrentar a Boca Juniors en octavos de final.
En Guaraní nadie duda de la importancia y la jerarquía de este torneo. «Se lo que significa para los jugadores y para la institución», dijo Chaucha, el sábado a la noche consultado por MOL. El problema es que al equipo misionero le llega esta chance justo cuando tiene la soga al cuello en la B Nacional, acusiado por el problema del descenso. Hoy tiene 1,000 y es el tercer peor equipo, integrando el lote de cuatro que perderían la categoría.
Cristian Barinaga, goleador y figura, ya dijo lo que le parece que hay que hacer. «No me importa la Copa Argentina», sentenció. Está claro que le gustaría jugar ante Arsenal o eventualmente Banfield o Boca, pero tiene bien claro lo que podría significar para la Franja perder la categoría.
MB
EP
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