La escritora Gladys Alvarez Krieger, quien también es empleada municipal del área cultura no logra reponer su ánimo aún, sigue con miedo, desalentada, con pastillas antidepresivas y para dormir, y no es para menos, el viernes a la tarde cuando después de una jornada de trabajo llegó a su domicilio en el barrio Hidrelco de Itaembé Miní, descubrió con espanto que la casa estaba “toda revuelta y los ladrones se llevaron mi esfuerzo de 28 años de trabajo, todo lo que había comprado en cuotas porque yo hacía cuadros, pintaba Negras africanas y ahora quería dedicarme a hacer muebles chicos pero me robaron todas las herramientas de carpintería y para pintar”.
“Fue el día más triste de mi vida, me cortaron las manos”, dijo, intentando salir adelante ella confía en las investigaciones que está realizando la policía de la jurisdicción para que le recuperen esos materiales de trabajo, dijo que los ladrones probablemente se movilizaban en algún vehículo por todas las cosas que se llevaron. Para entrar a la casa lo hicieron por un baldío que está a un lado de la vivienda y el cual “nos cansamos de pedir que se limpie pero nadie nos dio respuesta”, contó.
Los elementos que le robaron
Los delincuentes robaron de la casa de la escritora diez máquinas de carpintería que desde hace tres años venía comprando con mucho sacrificio, en cuotas para iniciar su taller, ya que estaba haciendo cursos de carpintería en el Carrillo y de pinturas en un taller cercano a dicho nosocomio, además de tres teléfonos inalámbricos, una licuadora, una multiprocesadora, una cafetera, una hidrolavadora, frazadas, (los títulos de propiedad de la vivienda y de un auto los encontró después), un decodificador de televisión, un secador de cabellos y hasta remedios, entre otras tantas cosas.
“Sacaron pollo y manzanas que había en la heladera y comieron todo, incluso lo que estaba en las alacenas. Hasta se llevaron los platos. Fueron al baño y se alzaron con el shampú, no dejaron ni el dentífrico ni el timbre de la casa”, relató Álvarez, quien luego de radicar la denuncia en la comisaría Novena sigue en contacto con el comisario y aguardando por novedades de la investigación.
Ayer volvió a su casa a la que no había podido entrar del «terror que tenía», y pudo comprobar que le faltaban más cosas, por lo que tiene que ir a ampliar la denuncia en la comisaría.
Mientras tanto, en el muro de su facebook pidió a la gente que si les ofrecen un espejo facetado antiguo; una amoladora nueva; lijadora nueva; un taladro; una caladora de banco un atornillado eléctrico nueva con sus implementos una circular grande;, una plancha eléctrica nueva; una licuadora; una sierra de mano; una juguera eléctrica; una máquina de fotos; una garrafa; una maquinita de pintar eléctrica; dos teléfonos inalámbricos de los de Telecom; un equipo de receptor de canales; pinceles varios y pinturas acrílicas.
Además, ollas de teflón; un exprimidor de jugo; una multiprocesadora; cajas grande de herramientas; hidrolavadora nueva amarilla; un portafolios nuevo de cuero marrón y negro con un bolsillo al costado; una bordeadora grande;black and deker; termolar; una batidora y amasadora; un celular sin chip; una ingletadora para hacer marcos; dos docenas de juegos de plato de porcelana, que “ por favor avisen a la comisaría novena o al 154738289”.
Y «antes que me roben» también puso a la venta un juego de living grande (foto), un televisor de 29 pulgadas, un frezzer, un modular y otros elementos. Agradeció a muchas personas que le hicieron llegar su solidaridad y ayuda con los elementos básicos, pero «la garrafa todavía no pude comprarme, si no tengo nada», dijo.
Como escritora, originó un movimiento para crear la Casa del Escritor de Posadas, participa siempre en la organización de la feria municipal del Libro que se realiza en invierno en el Paseo La Terminal y este año, por todo esto que le pasó «creo que no podré hacerlo», admitió.
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