A Rubén Zacharski, piloto desde hace tres años del Rally Misionero, todavía le dura la amargura. Ayer en la segunda jornada del Rally San Ignacio-Corpus, se le prendió fuego el Peugeot 206, él y su navegante lograron salir justo cuando las llamas se devoraban el auto, que quedó totalmente destruido.
«El auto vale unos 150.000 pesos y no tiene seguro, porque nadie te asegura un auto de carreras, pero más allá de la pérdida material lo que más me duele es que ningún piloto paró a ver cómo estábamos a ayudarnos, nadie nos asistió, nos tuvimos que ir al parque de asistencia con un particular que nos alcanzó, comimos algo y nos fuimos a casa sin que nadie de la organización se acercara», dijo Zacharski, esta mañana, el día después del espectacular incendio de su Peugeot con el cual competía en la Clase N2.
«No pararon la carrera, en ningún lugar del mundo se desarrolla así, pasaron autos y motos, no paró nadie, presumieron que estábamos bien, no sabían si estábamos o no quemados, el Rally se desarrolló normalmente, nunca llegó ni una ambulancia ni un autobomba, después vinieron particulares y periodistas pero no apareció nadie de la Ampynar», dioj Zacharski.
El piloto y su navegante salvaron su vida de milagro, ya que no advirtieron que había fuego en la parte de abajo del vehículo. «El fuego se inició en la zona de abajo, se ve que tomó contacto con el escape el tanque, que es de plástico, al llegar a una chicana me di cuenta que no tenía frenos, lo llevé hasta donde pude, paramos y cuando bajamos ya había medio metro de fuego entre las piernas, gracias a Dios teníamos los buzos antiflama que nos protegieron, antes habíamso escuchado tres explosiones», dijo Zacharski.
El piloto, que también es organizador de las carreras de Enduro en la provincia desde hace más de 10 años, no quizo aventurar si volverá a competir este año. Todavía le dura la amargura por el mal momento vivido en San Ignacio el día de ayer.
MB
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