Ya salió una novela sobre el caso Nisman y ocultan quién la escribió

Está firmada con un seudónimo. El libro fue escrito en un mes. Sus personajes son “Lerman”, “Castagnino” y la presidenta “Hernández de Larcher”.

La sorpresa no es que se haya escrito una novela sobre la muerte del fiscal Alberto Nisman; más de uno habrá pensado que lo que pasaba era de novela, de película. La sorpresa es que se haya escrito en un mes y, sobre todo, que se sepa que su autor (o autora) nació en la Argentina pero no se sepa quién es. El libro se llama El fiscal y está firmado por R.S. Pratt, un nombre que se dice desde el vamos que es un seudónimo. En el ámbito de la cultura ya se discute quién es el autor y cada uno de los mencionados se apura a desmarcarse.

Escrita como un policial –y con un apuro que se nota en las erratas– la novela deja claro de qué está hablando. Por eso el fiscal Nisman es el fiscal Lerman, Stiuso se llama Trusso, Diego Lagomarsino es Castagnino (y tiene un contrato “sucio” de cinco mil dólares), Jorge Lanata es El Gordo Lanari y la presidenta Cristina Kirchner es Hernández de Larcher.

El libro arranca con Trusso estacionando un Porsche en los docks de la Aduana y, enseguida, comunicándose con Lerman por whatsapp para hacer una cita: “Venite a la Baticueva”. El fiscal, en la novela, es un hombre a quien “nada lo afectaba tanto como el fracaso laboral”, que se deprime cuando la realidad no confirma sus hipótesis y a quien el éxito lo confunde “pero lo disfrutaba igual”.

Lerman está cerca del Presidente hasta que patina, encuentra un culpable del atentado a la AMIA que se llama Ibrahim Berro –como ocurrió, en la realidad, en 2005–, el Presidente lo apoya y la hipótesis, ay, se cae. Entonces “la relación de Lerman con el Presidente (…) entró en una zona de frialdad de la que nunca salió”. Durante todo el libro, Lerman está vivo. Hasta la última línea. ¿Cómo muere? No se cuentan los finales de los libros.

El Fiscal fue editado por Emecé. El director de Planeta, el Grupo Editorial al que pertenece ese sello, tuvo mucho que ver con que fuera escrito y con su publicación express. Lo cuenta él mismo, Ignacio Iraola: “La idea surgió charlando con el autor/a el día de la muerte de Nisman. Me llamó para comentar el tema. Esa noche esta persona leyó completa la denuncia de Nisman y me volvió a llamar al otro día diciendome –directamente– que el caso (la muerte) era una novela de Le Carré. Le propuse que escribiera una novela por ese lado, a modo de thriller, pero que teníamos que correr y publicarla en menos de un mes y medio. Me dijo que sí pero que sólo lo hacía con seudónimo, pues prefería preservar su nombre para sus libros, que son bien literarios…”

 

¿Quién es el autor?

Varios nombres han empezado a rodar: el de Jorge Fernández Díaz –que la editorial asegura que no es–, el de Marcelo Birmajer –que calificó la atribución de “infamia”– el de Jorge Asís, el de Juan Sasturain, el de Guillermo Saccomano y el de Ernesto Mallo, quien en su página de Facebook dijo que “Eso nunca lo hice, ni lo volveré a hacer”.

¿Cobró bien el autor? En la editorial comentan que el adelanto fue “normal”, es decir, entre 35 y 40.000 pesos.

Un misterio marketinero y mucha urgencia. El aire de los tiempos en la industria editorial.

(Clarín)

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