«Quiero que se me conozca como el Pintor de Dios», expresa con mucha convicción Sergio Ortiz, y no es para menos, de una foto en blanco y negro multiplicó su dimensión y pintó en el techo de la cúpulta de la Catedral, el Espíritu Santo derramando sus siete dones. La obra la realizó con la ayuda de su familia y alumnos desde el 2007 fue inaugurada en el 2008 ,y este año quiso que la Catedral luzca hermosa por los 400 años de Posadas , por ello propuso al Obispo restaurar la Virgen de Itatì de cedro y La Piedad, que son esculturas de yeso de María sosteniendo a Jesús crucificado, ambos están en una caja de vidrio del lado derecho al acceder a la Iglesia.
La Virgen de Itatí
La idea de restaurar la imagen de cedro de surgió a principios de año, “le había comentado a monseñor Martínez (el Obispo de Posadas), la inquietud de restaurar la imagen de la Virgen de Itatí, como se cumplía este año los 400 años de la ciudad de Posadas y quería que la Catedral luciera hermosa»
La obra es una talla de madera en cedro, donado por el arzobispado de Corrientes, y la trajeron de Itatí en peregrinación por el río Paraná, en un yate hasta el puerto de Posadas.
Ortiz contó que para restaurar y renovar con la pintura correspondiente, porque los colores anteriores estaban desgastados, él se ajustó a una foto de la Virgen de Itatí, y rescató en esa obra «lo que sería la belleza de la escultura, porque es el rostro de una niña de 15 años que refleja como dice la canción, ‘Carita de nogal manitas de timbó’, en esa mirada tan dulce y su coronación que tiene doce estrellas”.
Recordó la historia de la fundación de Itatí, por Luis Bolaños el 7 de diciembre de 1615, que originariamente llevó el nombre El Pueblo de los Indios de la pura y limpia concepción de Itatí.
Al describir la imagen, el artista dijo que «l vestido blanco simboliza su virgnidad y pureza, el manto azul el color del Cielo, simboliza su elección para ser madre del hijo de Dios, la mantilla de encaje sobre la cabeza simboliza el Espíritu Santo que la cubrió con su sombra en el momento de la Encarnación; las estrellas que rodean la corona la identifican con la Mujer del Apocalipsis que apareció en el Cielo coronada por doce estrellas que representan a los doce Apóstoles, María es la Madre de la Iglesia, una santa Católica y apostólica, ella está viva e intercede por nosotros, eso a mí me emociona, ella es la que dirige la obra, yo solo pongo mis manos, las obras hablan de Dios esto es obra de Dios”.
Irene recibió a la Virgen en 1950
Irene Ramírez y los recuerdos de cuando trajeron a Posadas en 1950 la imagen de cedro de la Virgen de Itatí que está en la Catedral.
Irene Ramírez es una docente jubilada de 80 años que vive en la avenida Roque Pérez, entre Buenos Aires y Félix de Azara, a pesar de los años transcurridos recuerda en forma muy vívida cuando la Virgen de Itatí llegó en yate al puerto de Posadas, en 1950. Esos momentos «los guardo en lo más profundo de mis sentimientos, como si la estuviera viendo con todas las luces y ornamentaciones, no sé si eran banderas o banderines que traía un hermoso yate blanco no sé si era de la Prefectrura de Corrientes o acá de Posadas, pero fuimos a recibirla como pueblo cristiano de Dios a la imagen regalada por la provincia de Corrientes que en esa época en 1950 nosotros dependíamos administrativamente».
Y la memoria permanece en su mente » en primer lugar por tratarse de quien es, nuestra madre Santísima, la imagen era espectacularmente bella y sigue siendo aún más bella aún con los retoques artísticos que le ha dado para distinción nuestra el señor Sergio Ortiz, quien la realzó con ese don del Espíritu Santo que ilumina siempre su trabajo, y así embelleció a la Virgen”, comentó a Misiones on Line.
La vecina posadeña no paraba de hablar, y así comentó que «ayer me enteré que era una talla de cedro, hueca y ese color cetrino de su piel ha quedado como nunca, me ha llamado mucho la atención el tono de ese color tan característico, es un color aborigen, porque ella es madre de todos los pueblos aborígenes, una raza heroica de la región», agregó.
La Piedad
Sergio Ortiz cuenta cómo restauró La Piedad, y lo que simboliza.
Al hablar de La Piedad, Ortiz refirió que la escultura habría sido de un escultor peruano y que la habían traído a la Catedral en 1970, «según los datos que tengo, el padre Cichanowski la ubicó en este lugar (a la derecha de la puerta de acceso a la Catedral), estaba protegida rodeada sólo con tres vidrios, la gente depositaba dinero y se rompieron los vidrios, después se fue deteriorando la imagen, en el 2.008 fue restaurada pero la siguieron rompiendo, el año pasado se terminó de romper incluso le sacaron el brazo izquierdo de Jesús, la mano derecha estaba totalmente rota y también los pies, el pecho, el manto, las manos de la Virgen también, y el t rabajo consistió con la ayuda de mis hijos Edgar y Nelia, en hacer un trabajo escultórico para después pintar».
En esta parte “fueron modificados un poco los colores respecto al original para que resalte Jesùs en la parte principal y la mirad de María, ese dolor que no eso el dolor humano que no tiene consuelo, ella sabía lo que iba a pasar, pero también hay que tener mucho cuidado respecto a la sangre, que no sean colores intensos para que no produzca rechazo en la gente al ver”, explicó el artista plástico.
El pintor tuvo que tener en cuenta todos los detalles al restaurar a María y Jesús, y las piedras en la base, que no brillen mucho para que la obra aparezca muy discreta y que el orante se transporte y salga con una paz después de visitar esta imagen, dijo Ortiz.
