Su novio la dejó plantada en el altar y ella se divirtió de una manera especial

Shelby Swink era una joven estadounidense como cualquier otra: conoció a un hombre, se enamoró y tras meses de relación le pidieron matrimonio.

Ella aceptó y pronto estaba planeando la boda de sus sueños para el mes de noviembre.

“Vertí mi corazón y alma en los planes de la boda, porque yo quería que el día que celebramos nuestro amor y compromiso con el otro fuera absolutamente increíble”, detalló esta joven de 23 años.

Pero a una semana de la ceremonia, su prometido decidió cancelar toda la fiesta y terminar con ella.

“Me dijo, ‘no estoy enamorado de ti y no me quiero casar contigo. No quiero pasar el resto de mi vida contigo “, relató Shelby.

De la noche a la mañana, el sueño de convertirse en su flamante esposa y comenzar una familia se fue a la basura.

“Estaba en shock y no tenía idea que pensar o hacer. Estaba paralizada”, señaló. Lo peor de todo, es que tenía que llamar a todos los invitados y proveedores para cancelar los servicios que había contratado para su “gran día”…. hasta que la fotógrafa Elizabeth Hoard le propuso la perfecta forma para cerrar ese ciclo.

Esta sugirió una sesión de fotos haciendo pedazos de vestido de novia, pero de una forma divertida y positiva.

Shelby inmediatamente aceptó e invitó a sus damas de honor y familia a participar del evento.

“Al principio parecía una locura, pero después de pensarlo mucho, me di cuenta que era la opción perfecta para mí”, dijo.

Y agregó que “Después de todo, era sólo un vestido”.

Fue así como el primero de noviembre ella pasó un día feliz y rodeada de sus seres queridos, tal como lo había planeado en un principio.

Utilizaron pomos con pintura para pintarrajear el vestido blanco y, de paso, a las amigas de la novia y a los padrinos.

Se divirtieron tanto que hasta se olvidaron el nombre del desaprensivo ex novio.

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