El viaje de Luchetti, del vestuario de estrellas en Boca, al Clemente Argentino

Hace apenas cuatro años, el «Laucha» Cristian Luchetti comía «caviar», era el arquero del Boca Juniors de Falcioni y compartía vestuario con figuras como Martín Palermo y Juan Román Riquelme. Este sábado por la noche estuvo en el Clemente Argentino como una de las figuras de Atlético Tucumán, uno de los poderosos de la categoría.

Pero jugando contra equipos recién ascendidos del Argentino A, en canchas muy distintas a las que estaba acostumbrado a visitar con Boca o también con Banfield, donde fue campeón y figura y tuvo los mejores momentos de su carrera.

«Es un torneo largo, con canchas difíciles, con viajes largos, hay muchos equipos que subieron del argentino A, que no estábamos acostumbrados, se hace difícil, es muy cansador, desde Tucumán tenemos que hacer casi todos los viajes en coletivo, es duro, parejo, pero es fútbol y para ascender hay que ganar en todos lados», ilustró Luchetti, tras el partido en el Clemente Argentino. No lo dijo en tono quejoso, todo lo contrario.

Luchetti mostró en el Clemente que no tiene ningún tipo de «divisimo» como otros jugadores que pisaron el Clemente Argentino y mostraron cierto desdén hacia la prensa o el público, como si les pesara venir a jugar a Posadas. El ex arquero de Boca, en cambio, saludó a todos, firmó autógrafos, habló con todos los periodistas y hasta le regaló su camiseta a un hincha de Guaraní.

 

«No había jugado nunca acá, es linda la cancha, linda para hacerse fuerte de local», comentó, con la mejor onda. Luchetti si estuvo en el Andrés Guacurarí hace seis meses, cuando Atlético Tucumán enfrentó a Crucero del Norte por la 12ava fecha del Torneo de Transición de la B Nacional, que finalizó en un nuevo empate 1 a 1.

«Nosotros, estábamos en el mejor momento en el primer tiempo y ellos hicieron el primer gol y tuvismos que remarla de atrás, creo que el empate fue justo», dijo Luchetti.

Sobre el disparo de Mauro Gómez, que reventó el travesaño, dijo: «La verdad que pensé que entraba, o dije, toca en el palo y me vuelve a pegar».

MB

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