Casi un mes después, aún no se sabe quién mató al changarín Julio Antonio Lloret en Guaraní

¿Quién mató a Julio Antonio Lloret (25)? Es la pregunta que desde fines de febrero intenta responder la Justicia y aún no pudo. Pasaron a ocho policías a disponibilidad por el caso e intervinieron una comisaría por el caso y también pusieron bajo la lupa a vecinos del pueblo. Sin embargo, hasta el momento no hay indicios que incriminen a un sospechoso el particular.
Lo único concreto es que el changarín de la localidad de Guaraní (en la zona Centro, cerca de Oberá) murió por un fuerte golpe que recibió en la cabeza y que le provocó un sangrado interno. Fuentes judiciales dicen que es prácticamente imposible que se haya lastimado solo, con lo que indefectiblemente la figura de un homicida sobrevuela la causa.
Los detectives determinaron que Lloret recibió la lesión letal entre el martes 24 y el miércoles 25 de febrero. Le manifestó a su hermano Ricardo que lo golpearon “tres hombres con sus botas”. Su familia está convencida que eran policías.
“Creemos que estaba muy amenazado por policías. Contó que eran tres que le patearon con las botas. Dijo que le pateaban por todo el cuerpo, le levantaban y le empujaban contra los hierros del arco (de entrada a Guaraní). Le rompieron toda la ropa y 30 pesos que había pedido prestados para viajar a Oberá, donde tenía una changa el miércoles. Dijo que rompieron y le tiraron la plata en la cara”, le contó Ricardo Lloret, hermano del fallecido, a la prensa.
El viernes 27, la vecina Zulma Corrado, de Villa Somer, lugar donde vivía el changarín, solicitó presencia policial en el domicilio de Lloret, debido a que el joven se encontraban muy mal de salud. Antes había pedido una ambulancia y también ayuda a la comisaría del pueblo, pero fue un móvil (el 2-823) del destacamento de Villa Industrial, a cargo del sargento ayudante Roberto Oscar Meneses, el que lo llevó al hospital Samic de Oberá.
El mismo día, luego de salir de la guardia del centro de salud, Lloret se tomó un micro y bajó en el acceso a Guaraní. Horas después, un colectivero que pasaba por el lugar lo vio todo mojado y lo llevó hasta la comisaría. El changarín le dijo que había quedado en el arco esperando a que alguien lo llevara porque no tenía dinero para moverse hasta su casa.
“Me solicitó que lo bajara en la entrada de Guaraní. Estaba re mal y lo único que me dijo es que parece que tenía la pierna quebrada. No se podía mantener en pie. Se bajó en el acceso y seguí con mi recorrido; volví a Guaraní y lo vi sentado debajo de una lluvia fuertísima en el mismo lugar donde lo había dejado. Entonces me dio lástima y le pregunté qué pasaba, y me dijo que no podía caminar. Le ayudé a subir al colectivo y lo acerqué hasta la comisaría”, declaró ante los investigadores el chofer del micro.
Dos policías lo bajaron en la comisaría y luego lo llevaron en el móvil 3-120 hasta la casa de sus familiares en Villa Somer. Este lugar queda a unos 10 kilómetros de la zona urbana de Guaraní.
Cerca de las 20.35, el mismo sargento Meneses, que es conocido de los vecinos de Villa Somer, avisó a la Policía que los parientes de Lloret le habían avisado que el muchacho había fallecido en su casa.
El changarín estaba acostado en un colchón colocado sobre la tierra. Sus familiares detallaron que le habían cambiado de ropa, porque estaba mojado. Y que luego el joven pidió quedarse al lado de la cocina, porque tenía frío. Una hora después, oyeron un grito y encontraron sin vida a Julio Antonio.

LLORET

Lo que viene después es historia conocida: ocho policías fueron pasados a disponibilidad, entre ellos un médico de la fuerza de seguridad que firmó el certificado de defunción donde se asentaba que el changarín había sufrido una “muerte súbita”. También inspeccionaron la comisaría, que fue intervenida, y secuestraron documentos.
Casi un mes después, todavía no está en claro quién le asestó el golpe letal al joven. Todavía no hay imputados ni sospechosos detenidos.

MAS- EP

 

LA REGION

NACIONALES

INTERNACIONALES

ULTIMAS NOTICIAS

Newsletter

Columnas