Memoria y Democracia: “Quienes no conocen la historia están condenados a volver a repetirla”


Sin dudas un escenario con tanta presencia de jóvenes llenos de ideas y rebeldía propia de la edad hubiese sido imposible en los años de dictadura. Jóvenes que afortunadamente tuvieron que hacerse de libros, relatos, imágenes y archivos para conocer y entender el proceso que escribió las páginas más negras de la historia del país. En el auditórium del Instituto Montoya se inauguraron las actividades en el marco del programa “Más memoria, más democracia con  justicia” con el objetivo de no olvidar.  DDHH

El gobernador, Maurice Closs, el ministro coordinador de Gabinete, Ricardo Escobar, preso político y el historiador y periodista, Pablo Camogli fueron los oradores del panel que recorrió los años en los que en nombre del Estado se torturó, se secuestró y se mató a miles y miles de Argentinos por pensar distinto.

“El pecado para que un joven de 17, 18 años se tenga que comer 7 años de cárcel fue trabajar y militar como seguramente lo hacen muchos de ustedes en los centros de estudiantes. Hoy día cuesta creer que esos hechos se concretaron absolutamente al costado de la ley, de la moral, de la ética y de la justicia. Está bueno que empecemos a mirar la cara de chicos que no vivieron ni un solo día de dictadura. Seguramente algunos dirán para qué volvemos para atrás. Justamente para que no se vuelva a repetir”, les dijo el gobernador, Maurice Closs a los chicos de escuelas secundarias que lo escuchaban.

El pecado para que un joven de 17, 18 años se tenga que comer 7 años de cárcel fue trabajar y militar

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El mandatario planteó además que este año de definiciones políticas y de recambio de autoridades, la Argentina enfrenta un claro debate de modelos. El actual que es progresista, y el liberal. “Ese concepto de ser liberal que no está mal, pero que significa que cada uno se arregla como puede. Esa visión que tiene costos sociales en el corto plazo. La matriz económica liberal fue aplicada en aquellos años de dictadura en los que se destruyó la industria nacional. Quienes hoy plantean la hipótesis de continuidad o cambio, que dicen que el país está divido tienen la visión de una economía liberal, con supuestas soluciones mágicas que sí pueden ser aplicadas como el fin del cepo al dólar de la noche a la mañana pero con graves consecuencias para los trabajadores. Yo creo que se debe plantear la continuidad con cambios, dejar las cosas buenas hechas y seguir con las que todavía faltan por hacer. Estos son modelos – el actual y el liberal – que se pueden discutir y debatir, “pero gracias a Dios se pueden discutir y debatir en democracia”.

El historiador Pablo Camogli detalló los objetivos que motorizaron lo que ellos mismos dieron en llamar proceso de reorganización nacional que no fue sino otra cosa que una desmedida violación a todo derecho del ciudadano. Objetivos no solo políticos, también objetivos sociales que llevaron a la censura, la falta de libertad de expresión, a callar voces e ideas. Objetivos culturales para unificar pensamientos, llegar a la proscripción, obligar al exilio y objetivos económicos con un plan profundo para reconvertir la economía de la industria al campo, del capital nacional al capital extranjero, una distribución de la riqueza que golpeaba hasta hacer caer a los trabajadores, (cuando la dictadura llegó a su fin en 1983 llegaba al 50 por ciento el recorte de la riqueza de los trabajadores), a un capitalismo especulativo, a la absorción del ahorro, al endeudamiento.

El 30 por ciento de los desaparecidos fueron obreros, trabajadores de fábricas y el 27 por ciento eran estudiantes que nada tenían que ver con grupos armados

El aparato represivo que implementó la dictadura tenía objetivos claros, los obreros y los estudiantes. Tanto fue así que el 30 por ciento de los desaparecidos fueron obreros, trabajadores de fábricas y el 27 por ciento eran estudiantes que nada tenían que ver con grupos armados. Se pasó entonces de un Estado de bienestar a una represión, feroz, sangrienta, desmedida, resumió Camogli.

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Finalmente, el ministro coordinador de Gabinete, Ricardo Escobar, preso político a lo largo de siete años, aseguró que pese a que la dictadura le negó el derecho a la libertad, no siente rencor, pero sí el compromiso de no bajar los brazos para que la historia no vuelva a repetirse. «Para nosotros esto no es un hecho más, es un punto de convocatoria y de reflexión y una mirada desde el pasado hacia adelante, para seguir trabajando en democracia, en el respeto a las instituciones, en la ampliación de derechos y en la igualdad”.

J.M

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