River deberá luchar contra viento y césped sintético

Este jueves, en su visita a Juan Aurich, buscará el triunfo sobre una superficie cuestionada incluso por los locales.

¿Así que en River se están entrenando en canchas de césped sintético? ¿Y cómo van a hacer para practicar contra el viento?». La humorada marcó una realidad en la VIDENA (Villa Deportiva Nacional), el predio donde Juan Aurich prepara su partido contra el equipo de Gallardo. En tanto, lejos de la prensa, los jugadores sudaban la gota gorda bajo un calor asfixiante en una cancha de pasto tradicional. «Están confundidos si piensan que vamos a sacar ventajas, también nos cuesta a nosotros desarrollar nuestro fútbol en ese estadio», se quejó Roberto Mosquera.

Ese estadio del que habla el entrenador es el Elías Aguirre (construido en 1968 e inaugurado en 1970), el mismo en el que Tevez clavó un golazo de tiro libre y emudeció a 22.000 peruanos en la Copa América 2004. El mismo que a partir del 2005 fue sometido a un experimento: cambiaron el césped artificial y lo reemplazaron por sintético para el Mundial Sub 17. La prueba no fue satisfactoria y, sin embargo, todo sigue igual. «Estamos esperando que lo cambien hace años», protestó el DT.

River ya sabe con qué se encontrará hoy en el reconocimiento de la cancha. «El calzado lo decidirán los jugadores. Son ellos los que tienen que sentirse comodos. En la auxiliar en River trabajamos pero no es el mismo porque tiene mas caucho el nuestro», contó Gallardo anoche en Lima. «El sintético lo único que causó fue problemas. No nos gusta jugar de local ahí porque es difícil afirmarse, adivinar cómo va a picar la pelota.

Nosotros nos entrenamos ahí una vez por semana y por espacio de una hora. Nada más. Con eso, creo, te dije todo», argumentó Mosquera. Sin embargo, Luis Tejeda, el delantero panameño del Aurich, va en otra síntonía. «No es nada del otro mundo, la única diferencia que tenemos a favor es el tiempo que el rival demora en acomodarse. Pero a la hora de jugar, a todos nos cuesta lo mismo».

Para el arquero Pedro Gallese, «el sintético no es determinante, aunque hay que tener más precaución con los piques de la pelota, parece que tiene un conejo adentro». ¿Algún consejo para su colega Barovero? «No, es un excelente arquero, y tiene que vivir su propia experiencia», analizó, entre risas.

Y en el verde césped sintético la duda es: ¿zapatillas o botines? «De local los jugadores salen a la cancha con unas zapatillas especiales. No se puede jugar con botines, es imposible», es la respuesta de Miguel Morales, el jefe de prensa de Juan Aurich. Claudio Gugnali, el ayudante de campo de Alejandro Sabella en el Estudiantes 2010, ofreció una historia particular de su visita al Elías Aguirre.

«Antes del partido, los chicos dudaban por el calzado. Un par de horas antes la mayoría se inclinó por las zapatilla, pero nosotros no teníamos. El utilero se subió a un taxi y fue a comprarlas a una casa de deportes». La anécdota tuvo un final feliz: el Pincha ganó 2-0.

En Juan Aurich hay dos argentinos. Uno que juega y hace goles, Germán Pacheco, el Francotirador. Otro que forma parte del cuerpo técnico, Sebastián Salvatore. «Jugar en sintético es jugar a otro deporte. Porque, además, esta cancha es básica: nunca se la mejoró, ni perfeccionó», dijo el preparador físico. «En lo aeróbico es diferente porque no te permite arrancar con fuerza, es traumático y esa es una de las razones por las que evitamos entrenarnos acá. Es peligroso: el año pasado sufrimos nueve lesiones. Pero peor es el viento…»

«Cuando van a patear un tiro de esquina, el banderín se mueve, se da vuelta. Y con viento a favor puede pasar cualquier cosas», indicó Mosquera. Y cualquier cosa es un gol de mitad de cancha. Como el que Rodrigo Braña marcó en aquel triunfo de Estudiantes en 2010. «Lo del césped sintético es un mito. Por algo a Juan Aurich lo llaman el Ciclón del Norte», sentenció el entrenador.

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