Criaba abejas africanas en su casa de Posadas, pero los insectos se escaparon y mataron a dos perros

El viernes el empresario gastronómico Gustavo Pona cortaba el pasto en su casa en la zona urbana de Posadas, cuando fue atacado por un enjambre de abejas africanas. De la desesperación se tiró a la pileta y se salvó, los perros no corrieron la misma suerte. Dos de ellos fueron forrados por abejas, cuando Pona abrió el portón para intentar que salgan, los perros ya no reaccionaban y dos chow chow murieron.

Gustavo  Pona. Radio República

Gustavo contó que estaba solo cortando el pasto el viernes a la tarde, cuando comienza a sentir un ruido, mira y era un enjambre de abejas que comienzan a atacar. En la desesperación, entra a la casa y se tira a la pileta.

“Estaba lleno de abejas arriba de la pileta, después saco la cabeza y veo que comienzan a atacar a los perros. Tengo muchos perros, salgo y guardo en la casa a los que tenía en el patio de atrás,  cuando salgo al frente para guardar a los otros, estaban forrados completamente de abejas y no podían caminar, abro el portón para que salgan. Entré a ponerme una campera y capucha, y cuando salgo una chow chow ya estaba tirada en el pasto y no reaccionaba, ya había vomitado y el otro todavía daba vueltas, en la desesperación yo no podía hacer nada, las abejas me seguían, corría, volvía”, narró Gustavo para quien  la situación vivida fue “de película, muy desesperante”.

“Los vecinos me dijeron que haga fuego –continuó Gustavo su relato-. Hice fuego en la puerta de mi casa y ellos llamaron a la ambulancia, cuando vinieron los médicos me inyectaron decadrón y seguí tratando de sacar las abejas a los perros, pero ya no reaccionaban, en ese momento llega mi señora con un veterinario. Le inyectaron decadrón a uno, cuando quise levantar al otro, le agarró un paro”, relató con desconsuelo.

Contó  que, en medio de toda esa situación, un vecino le dijo que era un enjambre que estaba buscando donde anidar, “pero cuando vinieron los bomberos y la ambulancia, vimos que ese mismo vecino tenía una colmena. Cuatro cajones. Según el veterinario eran abejas africanas”, manifestó.

Relató además que cuando vinieron los bomberos e intentaron ingresar a la casa, la dueña dijo que no podían. Luego, cuando vino el juez pudo hacerlo y se comprometieron a solucionar. “Gracias a eso el señor llevó todo y está fumigando, pero me parece que es algo que no se puede tener colmenas en pleno centro”, expresó.

“Fue muy fea la situación, menos mal no había ningún chico. Pero me pone muy mal lo de los perros, mi señora y mis hijos están muy mal por los dos perros”, expresó.

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