El pasto «maldito» de Crucero, centro de la polémica tras el debut ante Tigre


El césped de la cancha de Crucero hace tiempo que es todo un tema en el ambiente del fútbol, porque es grueso y hace que la pelota ruede con dificultad, lenta. Pero ayer el pasto estaba, además, inusualmente alto. Tras el partido, previsiblemente, la gente de Tigre salió a hacer notar ese detalle, aunque sin ponerlo como excusa del empate.

Incluso el propio Gabriel Schurrer aseguró que le parecía que estaba un tanto más alto que lo normal.

Sin embargo, Alfaro no no dudó en afirmar que el recurso es «válido, si a ellos les sirve».

Pero Alfaro también aseguró que «está muy largo (el pasto). Hace 22 años que dirijo he jugado en todo el interior del país, he jugado en Brasil, en todos los lugares y nunca he visto un césped tan alto, he venido a esta cancha cuando se inauguró con Arsenal y el pasto no estaba en esas condiciones», dijo.

«Es válido, mientras la pelota pique y ruede se puede jugar pero creo que le quita naturalidad al juego, pero si a ellos les sirve, está bien», señaló.

Respecto del análisis del partido, Alfaro dijo que «fue un partido extraño para analizarlo porque las condiciones del campo o el piso hace que se tengan que jugar de una sola manera, a nosotros nos costó el arranque porque Crucero está acostumbrado a jugar las pelotas cruzadas, a las espaldas de los defensores, sabiendo que la pelota pica y se frena, por ahí nosotros perdíamos la pelota en la zona de gestación y nos faltaba velocidad para aprovechar».

Para Alfaro, de todas formas, Crucero irá perdiendo esa ventaja de jugar con el césped alto. «Van a venir equipos a jugar acá y van a venir preparados para otra cosa, se van a dar cuenta que tienen que estar preparado para las pelotas divididas y para otro tipo de complejidad».

Javier García también le apuntó al pasto

Por su parte, Javier García, el ex arquero de Boca, también fue contundente cuando dijo que «no tiene mucho análisis, hasta que no puedan cambiar el pasto, o no se si cambiarlo, pero cortarlo un poco, que esté más bajo, si no el juego siempre va a ser feo, te propone jugar segunda pelota, dividido y no un buen espectáculo». El amigo de Juan Román Riquelme se despidió con una sonrisa y dijo que «ni en el barrio vi un campo así».

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