Profesionales del Colegio Gutenberg de Asunción toman cursos de conservación, preservación y digitalización en la institución del Parque del Conocimiento. Manifestaron que en su país no hay una sola biblioteca como la misionera.
La Biblioteca Pública de las Misiones del Parque del Conocimiento expande su prestigio en el corazón del Mercosur. Los dos encuentros de profesionales bibliotecarios internacionales, con mucha llegada de participantes de Brasil y Paraguay, provocaron que ya, varios agentes, se interesaran en continuar su perfeccionamiento y capacitación en la BPM.
En estos días, las bibliotecarias del Colegio Gutenberg de la capital paraguaya, Martha Ocampos González y Eugenia Pojomovsky, egresadas de la Universidad Nacional de Asunción, con 25 y 3 años de antigüedad, respectivamente, han elegido a la institución misionera para mejorar notablemente sus trayectorias. Desde el martes a hoy están tomando cursos intensivos de conservación, preservación y digitalización.
“Habíamos venido a un encuentro en la Universidad Nacional de Misiones, salimos a recorrer la ciudad y nos acercamos a este maravilloso Parque del Conocimiento. Al año siguiente le dimos Me Gusta a su página Facebook y luego vinimos al primer Encuentro de Bibliotecarios que organizó la BPM, más tarde nos hicieron una visita guiada y así nos fuimos deslumbrando con esta institución” contó Martha Ocampos González.
Por su parte, la titular de BPM, arquitecta Iris Gómez sobre esta elección manifestó que «como institución es un honor recibir a profesionales de la bibliotecología provenientes de Asunción porque sentimos que estamos avanzando hacia la misión que planteamos en 2005, la cual era llegar a países limítrofes y, en ese sentido, que el Parque del Conocimiento se convierta en un nodo cultural de la región”.
Gómez contó que “es así que las dos bibliotecarias que nos visitan, asisten a estas capacitaciones exclusivas luego de participar en los dos primeros Encuentros de Agentes de Bibliotecas y Bibliotecarios del Mercosur, que también son organizados y desarrollados aquí. Entonces, como directora general, puedo decir que se trata de un reconocimiento que recibimos, porque da cuenta del lugar de relevancia que ocupamos como institución en la región”.
La escuela, en la que se desempeñan, está situada en la inexistente frontera entre Lambaré y Asunción, ocupa dos manzanas, una en la capital paraguaya y otra en Lambaré, cuenta con 1500 alumnos, desde el preescolar al secundario.
Consultadas sobre cómo analizan el recurso humano e infraestructura de BPM, fueron concluyentes: “en todo Paraguay no hay una biblioteca como esta, soñamos con tener una así”. Sobre el perfeccionamiento en sí, narraron que “debido a nuestra necesidad, de todo lo que pudimos aprovechar en el Encuentro de Bibliotecarios del 2014, nos lanzamos a Conservación, Preservación y Digitalización, tenemos mucho por aprender”.
Dijeron que, en la carrera, la materia Conservación se cursa en un semestre, pero que tiene mucha escasez de práctica, sólo una clase. Habían optado por perfeccionarse en Resistencia (Chaco), pero apenas vieron todas las posibilidades que ofrecía esta institución de la Zona Oeste posadeña, no dudaron un instante en venirse desde la capital paraguaya a Posadas.
En cuanto a la demanda laboral, especificaron que ha crecido mucho, “pero más relacionado a la cuestión archivística”, ya que las bibliotecas no abundan en el país hermano. “Cuando necesitamos un personal nuevo no encontramos, o sea trabajo hay, y mucho”.
Sobre el Colegio Gutenberg
Lo que fuera 25 años atrás un yuyal en la zona de Cuatro Mojones, se convirtió con el tiempo en el Colegio Gutenberg de Lambaré, que recibe diariamente a 1500 estudiantes gracias al trabajo tesonero de la comunidad educativa.
Para la profesora Pilar Rodríguez, que orienta a los estudiantes que pasan por el Gutenberg desde hace 24 años, cuenta que este centro de enseñanza más que un colegio es una ciudad para las familias de la institución, ya que el 50% de los estudiantes del Gutenberg son becados, algunos incluso con becas completas o parciales.
La institución se gestó en 1988, cuando la asociación no gubernamental Kinderwerk apoyó su construcción junto con la Asociación Caritativa de los Hermanos Menonitas del Paraguay. En 1989 se iniciaron las primeras clases en el colegio.
