Ayer se conoció públicamente que Ramón Baez, cacique de la aldea Andrés Guacurarí, había denunciado que funcionarios de la empresa de capitales chilenos Arauco (ex Alto Paraná) intentaron desalojar a trece familias aborígenes, entre las que viven unos 50 niños, que ocupan un predio de la compañía en Puerto Libertad. Aseguró que los enviados por la multinacional los amenazaron con armas de fuego e incluso intentaron quemar algunas de las improvisadas carpas en las que habitan los integrantes de la aldea
Al respecto, Arnulfo “Micky” Verón de Asuntos Guaraníes, afirmó que se trata de “una foto recurrente, porque la comunidad sale porque necesita su espacio, su territorio, sus actividades, pero hay una situación de atropello, de racismo, a esto hay que sumarle que las multinacionales ya no tienen personas, no tienen ojos, ni apellidos, son sociedades anónimas, y esta situación debe ser abordada. Hicimos presentaciones judiciales pero ellos no aparecen. Actúan con total impunidad y las familias están asustadas”.
“Dijeron que si no nos íbamos, iban a prender fuego las carpas en las que vivimos. Actuaron de un modo muy violento, los chicos quedaron muy asustados, lloraban sin parar”, afirmó Baez en declaraciones a Misiones Online.
El líder guaraní aseguró que las amenazas solo pararon cuando apareció una cámara de fotos entre los integrantes de la aldea y comenzaron a tomar registro del episodio. Entre los funcionarios de Arauco, que participaron del episodio de ayer, identificó a Gabriel Rodríguez y Hernán Patzer.
J.M
