Joven quemada: Luciana tenía trastorno bipolar y ya había intentado matarse

La familia Ferrer de Pergamino pasa su momento más doloroso. Ayer confirmó que Luciana Inés (31), una de sus integrantes, es la joven que apareció quemada en Candelaria el 14 de enero, en circunstancias que todavía son materia de investigación. Hoy fuentes cercanas a la causa confiaron que el padre de la joven, en su declaración ante la Justicia, aportó dos elementos importantes para el esclarecimiento del hecho: ella padecía trastorno bipolar y ya había intentado matarse en otras ocasiones.
En su comparencia ante los investigadores, Marcelo Ferrer brindó detalles de la enfermedad mental que padecía su hija. Asimismo remarcó un detalle que le llamó la atención desde el 11 de enero, día en que perdió todo contacto con la muchacha, que residía en Río de Janeiro, donde se desempeñaba como coach, pintora, artista plástica, modelo y bailarina. Dijo que notó que ella dejó la valija, los documentos y hasta dinero en el departamento que la familia tiene en Rosario y solo subió al micro para supuestamente iniciar el viaje al Brasil con un bolso de mano. Dejó entrever que ella no tenía intenciones de salir de la Argentina y que su plan era otro.
Las fuentes indicaron que de esa declaración del papá surge que Luciana al menos en dos ocasiones anteriores había intentado matarse.
El trastorno bipolar es una patología psiquiátrica frecuente en la que el enfermo alterna episodios depresivos con otros de euforia (alegría). Quienes lo padecen necesitan control médico de por vida.
Pese a que el resultado de la autopsia descartó que la muchacha haya sido golpeada o abusada sexualmente y que no encontró lesiones defensivas en el cuerpo de la chica ante el avance del líquido inflamable que le causó las heridas letales, lo que haría presumir que ella se prendió fuego a lo bonzo, los investigadores van a agotar todas las líneas investigativas.
Ya con el nombre confirmado y con las fotos de Luciana en sus manos, intentarán determinar dónde se bajó del micro, si en Posadas u en otra localidad misionera; qué hizo entre el 12 de enero, cuando arribó a Misiones (desde donde debía seguir viaje al Brasil) y el 14, cuando la encontraron quemada y agonizante. Aspiran a que aparezcan testigos que ayuden con su relato a armar el rompecabezas. Quieren saber qué lugares recorrió, si estuvo con alguien, cómo llegó a Candelaria (donde compró la botella de alcohol medicinal que terminó luego con su existencia) y, lo más difícil, determinar qué la habría llevado a tomar la drástica determinación si, como se sospecha, fue ella quien se incineró.

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