Escribe: Lic. Soledad Jouliá (*)
Todos los comienzos de año sentimos el impulso de planificar. Ya sea que estemos rodeados de agua y un poco de arena, como que el año que se inicia nos encuentre trabajando, todos nos tomamos un tiempo para pensar qué queremos lograr.
La pregunta que suena de fondo es ¿cuántos planes solemos tener, y cuántos llegamos realmente a cumplir? ¿Cómo descubrir lo que realmente queremos para armar un plan a medida de nuestras capacidades y que podamos ejecutar? ¿Qué fuerza, y cuánta energía necesitamos para llevarlo a cabo?
Muchas veces nos quedamos a mitad de camino porque planificamos objetivos personales o profesionales y nos olvidamos de revisar qué tan conectados están con el sentido más profundo de nuestra vida, con nuestra misión o propósito. Otras tantas, pretendemos llegar a la meta utilizando las mismas herramientas de siempre, y al final de la carrera nos damos cuenta que al haber hecho “lo de siempre” nos encontramos exactamente en el mismo lugar.
¿Qué hacer entonces? El Coaching es uno de los caminos para superar limitaciones. Permite hacer conscientes acciones, hábitos, valores, creencias, y juicios a fin de facilitar procesos de cambio que nos permitan llegar a la meta.
A lo largo del año se nos presentan obstáculos y limitaciones que muchas veces nos impiden llegar a donde queremos. A veces sentimos incertidumbre, nos desmotivamos, nos desorientamos, y terminamos perdiendo el rumbo. Sabemos que tenemos que hacer algo, pero ignoramos qué y cómo.
El Coaching es un entrenamiento individual que facilita la obtención resultados extraordinarios en la vida, profesión, empresa o negocios. Según esta metodología, las personas tenemos los recursos internos suficientes para lograr lo que deseamos, lo que necesitamos es saber cómo activarlos y en qué circunstancias.
Generalmente, la modalidad es de encuentros individuales, de una hora de duración, y se programan de acuerdo a las posibilidades del entrenador (Coach) y del practicante (coacheado). La duración total del entrenamiento depende de lo que se busque lograr y del proceso personal de cada uno. Se trata de un proceso de aprendizaje personalizado a través del cual se potencian al máximo nuestras capacidades, se amplia la mirada del mundo y se buscan alcanzar objetivos -personales o profesionales- que antes parecían imposibles.
En el ámbito profesional se trabajan varios tipos de coaching según la necesidad. En general se utiliza para:
– Mejorar el desempeño.
– Lograr objetivos, aumentar la efectividad operativa.
– Formar equipos de alto rendimiento
– Mejorar los vínculos
– Desarrollar habilidades de liderazgo, motivación, comunicación, gestión del tiempo.
Reinventar entonces un futuro a medida es posible, pero para ello necesitamos accionar con las mejores herramientas desde el presente y hacernos responsables. Comprometernos realmente con nuestros objetivos, y estar realmente dispuestos al “yo puedo y quiero” ser más de lo que soy actualmente.
En este sentido las creencias juegan un rol fundamental, y también nuestros valores. Muchas veces planteamos objetivos que van en contra de nuestros principios más fundamentales y terminamos sin poder cumplirlos, o nos enfermamos. En otras oportunidades pretendemos llegar a una meta y armamos un plan, pero las creencias que tenemos son limitantes, y totalmente disfuncionales a nuestros objetivos.
Diseñar un año a medida es posible y el Coaching es una herramienta clave para accionar el cambio.
(*) Licenciada en Comunicación, Trainer en PNL, Didacta Juegos Taquion, y artista plástica.
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