Una semana después del hallazgo de la joven quemada en un baldío de Candelaria, los investigadores están donde empezaron. Aún no se sabe quién es la chica y cómo fue la secuencia de hechos que derivaron en que terminara con el 95% del cuerpo incinerado.
Este jueves, funcionarios judiciales le tomaron declaración a los policías que llegaron en primer lugar al escenario del hallazgo y también a los vecinos de las inmediaciones. Repitieron lo que ya habían detallado en su momento: que la joven estaba en estado de inconsciencia y que presentaba heridas “feas” desde la cara para abajo.
Hasta el momento, los dos únicos datos concretos que se tienen es que una seis o siete horas antes el hecho, la propia joven, que no tenía acento lugareño, compró una botella de alcohol medicinal en un comercio del barrio San Cayetano. Pagó y se fue sin mostrar nada raro, declaró la almacenera. Otros pobladores del vecindario no la vieron. Precisamente ese líquido fue utilizado para iniciar el fuego que llevó a la muerte a la muchacha.
El otro dato es el de la persona que fue vista alejarse del baldío donde encontraron a la víctima. Esta semana uno de los investigadores fue claro: “No sabemos si era hombre o mujer; si estaba con la chica al momento del hecho o si circunstancialmente pasaba por el lugar”. Uno de los vecinos que declaró dijo que era un hombre que llevaba puesto un short.
A la joven no la violaron ni la golpearon. Esto surge de la autopsia, que también determinó que el líquido inflamable que le causó las heridas letales a la chica se virtió estando ella erguida. Los forenses no encontraron lesiones de autodefensa. Ya horas antes los detectives empezaron a inclinarse por la hipótesis de un suicidio a lo bonzo.
Hasta el momento nadie reclamó el cuerpo, que continúa en la morgue judicial. Esta semana, el juez de Instrucción César Yaya pidió colaboración de la población y de los medios para dar con la familia de la muchacha. Recién cuando se sepa quién es y de dónde vino, tal vez se determine cómo se produjo el trágico final que tuvo.
La joven tenía: tez blanca, cabello oscuro (lo llevaba recogido cuando sucedió todo), ojos marrones, entre 60 y 65 kilos de peso y 1,63 metros de estatura. Como seña particular, mostraba un tatuaje en forma de brazalete en la muñeca izquierda.