Legado Regional cosechó elogios y aplausos en la Fiesta del Chamamé

La representación del Parque del Conocimiento tuvo el sábado su noche de consagración, cuando más de 13 mil almas los ovacionaron de pie luego de una actuación que puso bien el alto las raíces musicales de la Tierra Colorada. Fueron 20 minutos a puro polka, galopa, chamamé y balerón que calentaron la segunda noche de las Bodas de Plata de la fiesta mayor del ritmo del sapucay.

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En poco más de 20 minutos, los representantes de la Tierra Colorada despertaron la ovación de un anfiteatro Tránsito Cocomarola que albergaba más de 13 mil parroquianos que a pesar de la amenazas de lluvia (que se concretaron apenas terminó la actuación de Legado Regional) se hicieron presentes en el escenario mayor del chamamé.

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Originalmente programados para pasadas las 22.30, la inminente lluvia originó movimientos en la grilla. Se decidió adelantar al curuzucuateño Tarrago Ros y la delegación del Parque del Conocimiento pasó a poco después de la medianoche. Este enroque no hizo más que posibilitar que mayor cantidad de público se hiciera presente a la hora del show de los misioneros.

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Finalmente, quince minutos después de la medianoche, “Tarefero de mis pagos”, entonado por Dani Pineda y Hugo Bóveda fue la encargada de abrir el set. A continuación, “El río vuelve”, una galopa en la potente voz de Gabriela Faviero levantó las primeras ovaciones que no decayeron hasta el final, más de 20 minutos después.
Es bueno resaltar los minutos con los que el programa de búsqueda de talentos ocultos en el interior de misiones contó para dar a conocer a todo el país (se transmitió en directo y en su totalidad por la TV Pública) trazos de lo que es nuestra cultura musical, tan variada como los orígenes de los cincuenta representantes que subieron al Osvaldo Sosa Cordero en la segunda noche del mayor festival del chamamé.

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De esta manera, los 18 minutos programados inicialmente se vieron incrementados ante el clamor del público, permitiendo que el set seleccionado inicialmente sea aumentado con un furioso popurrí de canciones de impronta paraguaya.
Así, las voces de Sol Ayala, Fiamma Erlt y Yamila Carvallo, cautivaron al respetable con una muy precisa selección de ritmos bien “de acá”. El chotis “Rojo surco misionero”, una “Polka rural”, el balerón “Madrugada” y de vuelta al chamamé con “Un recuerdo” y esa delicia nostálgica de “El campo en llamas”, que levantó al Tránsito Cocomarola de principio al fin. Todo esto acompañado por un cuerpo de baile que se llevó todos los elogios del público y prensa especializada.

 

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Así fue como la organización, justificadamente estricta con los tiempos sobre el escenario, a pesar de que la lluvia amenazaba decidió otorgarle a los misioneros el siempre anhelado “una canción más”. Entonces, los músicos encabezados por los fuelles mayores de Pico Nuñez (bandoneón) y Sergio Tarnowski (acordeón), arremetieron con un popurrí de galopa que enardeció a un público ya exultante que no podía acreditar cómo niños como Wictor, Pablito y Agustín, tocaron sus acordeones con una solvencia y seguridad digna de un músico experimentado.

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